En nuestra vida cotidiana, los hábitos juegan un rol mucho más profundo de lo que a veces somos conscientes. Lo que hacemos día tras día configura, casi sin darnos cuenta, nuestra manera de ser y de estar en el mundo, de ahí la importancia de elegir cuáles vamos a sostener a favor de nuestro bienestar y cuáles eliminar para mantenernos en un equilibrio saludable.
Los hábitos son esas pequeñas acciones, esos gestos aparentemente insignificantes, que repetimos una y otra vez. Pero, cuando los observamos nos damos cuenta de que no son solo rutinas automáticas, sino manifestaciones de nuestras creencias, emociones y modos de interpretar la vida.
Cada hábito habla de nosotros, de cómo vemos el mundo y de cómo nos vemos a nosotros mismos. ¿Estamos actuando desde el miedo o desde la confianza? ¿Estamos priorizando el autocuidado o el abandono? ¿Estamos eligiendo conscientemente o reaccionando por inercia?
El desafío, entonces, no es solo cambiar un hábito porque «no nos gusta», sino indagar qué historia interna está detrás de ese hábito. Como coaches, acompañamos a nuestros coachees a ver más allá de la superficie, a preguntarse: ¿Qué me está mostrando esta acción repetitiva sobre mi ser? ¿Qué posibilidad se abre si transformo este hábito?
El poder transformador de los hábitos conscientes
Los hábitos, pueden ser potentes herramientas de transformación. Pequeñas acciones repetidas con intención, pueden generar cambios profundos en nuestra coherencia interna.
Elegir quién queremos ser, cada día.
¿Te has detenido a observar qué hábitos están sosteniendo tu ser actual?
Hoy te propongo un ejercicio… ¿vamos?
Busca un lugar tranquilo donde puedas estar con vos mismo, sin distracciones.
Hace una lista de todas las actividades que realizas cada día, desde el momento en que te despiertas hasta que te vas a dormir, desde las grandes acciones hasta pequeños detalles como mirar el celular al despertar, tomar café, revisar redes sociales, etc.
No te juzgues ni intentes cambiar nada en esta etapa, solo describe lo que haces de forma habitual.
Reflexiona: ¿Qué te aportan estos hábitos?
-A la derecha de cada hábito, escribe cómo te hace sentir esa acción. Puede ser algo positivo como “me relaja” o “me da energía”, o algo negativo como “me estresa” o “me desconecta”.
Ahora vamos a clasificarlos, en dos columnas:
– En la primera, coloca los hábitos que te acercan a tu bienestar, que te generan satisfacción, energía, coherencia interna, o que están alineados con la persona que deseas ser.
– En la segunda, coloca los hábitos que percibes como limitantes, aquellos que te quitan energía, te generan malestar o que no sientes que aporten valor a tu vida o desarrollo personal.
Por último, vayamos al compromiso: Elige un hábito para trabajar
Elige uno limitante y pregúntate ¿Cómo puedo transformarlo en algo más alineado con la vida que quiero? No se trata de eliminarlo de golpe, sino de elegir un cambio pequeño pero significativo. Por ejemplo, si notas que revisar el celular al despertarte te desconecta, podrías comprometerte a dejarlo en otro cuarto durante la noche y dedicar tus primeros minutos del día a una breve meditación o lectura.
Es importante que hagas un seguimiento: luego de una semana… observa ¿Qué cambios has notado al transformar tu hábito? ¿Cómo te sientes con respecto a tu bienestar y coherencia?
Este ejercicio te ayudará además, a crear un plan concreto para transformarlos de manera que trabajen a tu favor. ¿Qué te parece?
Si crees que por el momento, no estás pudiendo sola/o, estoy para acompañarte.