“En otra época buscábamos vender más, ahora nos conformamos con sostener mercados”, señaló el tealero Eduardo Goldfart desde la Tea Conference en Canadá

Eduardo Goldfart, industrial del sector tealero y socio de Valmitran SA, participa en la Tea Conference en Canadá, donde analizó el difícil contexto que atraviesa el té argentino. A nivel local, la superproducción y la caída de la demanda han generado altos niveles de stock, mientras que la inflación y el atraso cambiario afectan la competitividad de la industria. Internacionalmente, la fuerte competencia de Kenia, que ha incrementado su producción, complica la colocación del té argentino, especialmente en el mercado estadounidense. Pese a los desafíos, Goldfart destacó la mayor cohesión entre productores e industriales y el impacto económico significativo que tiene el té en la provincia de Misiones.

Eduardo Goldfart, industrial tealero y socio de la empresa Valmitran SA, participa en la Tea Conference, un evento anual que reúne a productores y compradores de té. Es organizado por las asociaciones de té de Canadá y de Estados Unidos. “Participan compradores de estos orígenes y productores de países como India, Kenia, Sri Lanka, China y Vietnam, entre otros. En Argentina somos varios los industriales exportadores que vamos a estar presentes”, señaló Goldfart.

A pesar de las expectativas que siempre genera este tipo de eventos, el empresario adelantó que las circunstancias actuales del mercado del té, tanto a nivel nacional como internacional, son muy diferentes a las de otros años. “Venimos con expectativas que son distintas a lo que pudo haber sido en otra época. Antes siempre queríamos vender más, subir precios, pero hoy el contexto es sumamente desfavorable para el té argentino”, explicó.

Goldfart mencionó que, en el ámbito local, el sector enfrenta problemas de superproducción y caída de la demanda. «El año pasado hubo una superproducción de té en Argentina, lo cual nos generó mantener altos stocks. Normalmente intentamos terminar la cosecha con stock cero, pero este año no sucedió», comentó. Esta situación, sumada a una reducción en las ventas, tendrá un impacto directo en la próxima campaña de cosecha. Además, la industria enfrenta un contexto económico complicado debido al atraso cambiario y el aumento de costos en insumos clave como el combustible y la electricidad. «Estamos muy mal parados todos, desde el pequeño productor hasta la industria exportadora», añadió.

En cuanto a las relaciones dentro de la cadena productiva del té, Goldfart destacó un cambio positivo en la dinámica entre productores e industriales, quienes en el pasado eran vistos como contrincantes. «Hoy en día estamos todos en el mismo barco, desde el pequeño productor hasta el más grande industrial, y esto es algo que no recuerdo haber visto antes. Además, contamos con el apoyo del gobierno de la provincia», afirmó.

A nivel internacional, la competencia también es feroz. Kenia, uno de los principales productores de té en el mundo, ha incrementado notablemente su producción, lo que complica la colocación del té argentino en mercados clave como el estadounidense. «Kenia ha tenido una superproducción muy importante, al punto de suplir la pequeña disminución de la India. Es muy difícil competir», sostuvo Goldfart, agregando que el principal objetivo de la industria argentina en estos momentos es «mantener los niveles de venta y que el mercado americano no nos baje más los precios».

Goldfart resaltó que el mercado del té en Argentina depende casi exclusivamente de las exportaciones, a diferencia de otros productos como la yerba mate, que cuenta con un mercado interno robusto. «El mercado del té es el mundo, no existe un mercado local», explicó. Esta dependencia externa genera una vulnerabilidad mayor ante las fluctuaciones internacionales, como la actual sobreproducción de té a nivel global. «Es una lucha constante, y no va a ser nada sencillo», advirtió.

En cuanto a la situación en Misiones, de cara a la próxima campaña de té, Goldfart manifestó que los productores enfrentan una situación compleja debido a los altos niveles de stock acumulados. «Dificulta la colocación de cantidades e incluso el manejo de precios. Los compradores se cuestionan por qué pagar más por un té nuevo si pueden comprar más barato el té viejo, y viceversa», explicó.

A pesar de los desafíos, Goldfart subrayó la importancia del té para la economía provincial. «El té tiene un impacto significativo en la economía de Misiones, no solo por las industrias y productores, sino también por el efecto multiplicador que genera en sus proveedores», concluyó.

El panorama es incierto, pero Goldfart confía en que, tarde o temprano, el mercado del té se estabilizará. «El té es la segunda bebida más consumida del mundo, y eso nos da esperanza de que, con esfuerzo, podremos superar estos momentos difíciles», finalizó.

 

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