Mirta Portillo, de 41 años, oriunda de Misiones y residente en Santa Cruz desde hace más de 15 años, dio a luz a su séptimo hijo, Noah Maciel Portillo, el lunes a las 15:00 horas en el Hospital Regional de Río Gallegos. El recién nacido pesó 2,840 kg y midió 47 cm.
Según la ley de padrinazgo presidencial, Javier Milei podría asumir el rol de padrino del recién nacido. Mirta, quien trabaja como empleada doméstica, y su pareja, Juan Sebastián Maciel, empleado en el depósito del supermercado La Anónima, son residentes del barrio San Benito de Río Gallegos.
La familia está compuesta por sus hijos Adam, de 18 años; Ivan, de 16; Thiago, de 12; Aaron, de 8; y Ezel, de 2. Ante los desafíos que implica la crianza de siete hijos, Mirta se mostró optimista y afirmó: “Todo cuesta, pero hay que salir adelante”.
Por otro lado, sobre la posibilidad de que el presidente Javier Milei sea el padrino de Noah, Mirta expresó: “La verdad, si lo quiere hacer, bien y si no, no pasa nada”.
Además, la pareja compuesta por Mirta y Javier, fervientes hinchas de River Plate, planea transmitir esta pasión a su hijo: “Él va a ser hincha de river, aunque la mitad de sus hermanos son de Boca”.
¿Qué es el apadrinazgo Presidencial?
La Ley de Padrinazgo Presidencial (Ley 20.843) fue promulgada en 1974 bajo la presidencia de María Estela Martínez de Perón. Esta ley formaliza una costumbre que venía desde principios del siglo XX, en la que el presidente en funciones se convertía en padrino del séptimo hijo varón o la séptima hija mujer de una familia argentina.
La normativa en el momento de su promulgación buscaba combatir supersticiones que sostenían que el séptimo hijo varón podía transformarse en lobizón, una creencia que tenía su origen en Europa del Este y se popularizó en Argentina a través de las olas inmigratorias de finales del siglo XIX y principios del XX. Para evitar que estos niños fueran discriminados o abandonados, el Estado les otorgaba ciertos beneficios, como becas educativas.
Cane recordar, que el apadrinamiento presidencial no implica directamente asegurar el acceso a la educación en todos los niveles del sistema educativo. Si bien pueden existir becas u otros apoyos educativos para los ahijados, estos no son automáticos ni forman parte central de la ley del padrinazgo. Por lo tanto, el rol del padrino presidencial se limita más al aspecto ceremonial y de tradición que a la provisión de derechos educativos garantizados.
“Se extraña la tierra colorada”: Mirta Portillo habló sobre su vida en el sur y la posibilidad de que su hijo sea ahijado presidencial
En diálogo con Radio Santa María de las Misiones, Mirta Portillo, afirmó: “Nunca pensé que iba a tener siete varones, pero así fue y ya cerramos la búsqueda de la nena”
La misionera, que reside en el sur del país desde hace varios años, recordó: “Nos mudamos al sur cuando mi nene mayor tenía dos años, y ahora ya tiene dieciocho”, recordó. Entre risas, explicó que siempre esperó tener una hija, pero “me di cuenta que no estoy para la nena”.
Mirta narró que se trasladó al sur por el bienestar de su hijo menor, quien padecía de asma. “Vivíamos en Buenos Aires, pero mi nene sufría mucho con su asma. Decidimos mudarnos por el clima más seco, y él se curó. Por eso, decidimos quedarnos acá”, explicó.
En cuanto a la posibilidad de que su hijo Noah, el más pequeño de la familia, sea apadrinado por el presidente Javier Milei, Portillo manifestó que la idea es real, ya que el séptimo hijo varón puede recibir el padrinazgo presidencial, según la ley. “Podría ser, sí. Me dijeron que están en contacto con el presidente”, explicó. Al ser consultada sobre si le gustaría que Noah tenga este padrinazgo, Portillo afirmó: “Si él quiere, sí”.
Además, Portillo mencionó que eligió el nombre de Noah simplemente porque le gustan los nombres cortos, sin ninguna razón especial. También reveló que, en caso de que el padrino no fuera Milei, ya tenía en mente a su propio hermano para este rol.
A pesar de estar alejada de Misiones, Mirta Portillo admitió que extraña la tierra colorada, donde aún vive su hermana. “Se extraña, sí. Hace como tres años que no voy, pero cada vez que volvemos, nos cuesta irnos”, confesó.
En cuanto a la leyenda del lobizón, un mito que rodea al séptimo hijo varón, Portillo recordó: “Escuché, pero nunca lo creí demasiado”, concluyó.
👉 Mantenete informado siempre, estés donde estés.
Seguinos en nuestro canal de Whatsapp 📲 https://t.co/whakJNoXxh pic.twitter.com/MCb1BvpOLZ
— misionesonline.net (@misionesonline) March 18, 2024