La Unidad de Información Financiera de Argentina identificó un posible esquema de lavado de activos vinculado a Hezbollah, reavivando las preocupaciones sobre la presencia del grupo en América Latina. Analistas advierten sobre su expansión en el crimen organizado y piden mayor concientización en la región.
La presencia del Hezbollah en Argentina y América Latina volvió al centro de la discusión tras que la Unidad de Información Financiera (UIF) identificara un posible entramado de lavado de activos. Este circuito comenzaría en Córdoba y se conectaría con el grupo libanés mediante una billetera virtual basada en Brasil, vinculada al terrorismo.
El colombiano Miguel Ángel Fierro Uribe, residente en Argentina, habría transferido alrededor de 1800 millones de pesos en los últimos dos años a una billetera virtual perteneciente a Tawfiq Muhammad Sa´id al-Law, un sirio señalado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por actividades de financiamiento del terrorismo. La UIF ordenó un “congelamiento administrativo de bienes y dinero” por seis meses, en espera de los resultados de la investigación.
Las alarmas se reactivaron en parte debido al reposicionamiento geopolítico de Javier Milei al asumir el gobierno, con un acercamiento “incondicional” a Israel, enemigo global de Irán y Hezbollah. Joseph Humire, director ejecutivo del Center for a Secure Free Society (SFS), advirtió: “Hezbollah tiene presencia en casi toda América Latina porque ha penetrado en el mundo del crimen organizado transnacional; hablamos de sicarios, contrabando de drogas, dinero o hasta tráfico de minerales”.
En septiembre del año pasado, el Departamento de Estado norteamericano, a través de su vocero Matthew Miller, advirtió que “operadores clave y financistas de Hezbollah participan de una red en América del Sur y el Líbano que genera ingresos para actividades terroristas y proporciona cobertura para su presencia en América Latina”. Esta metodología parece haber sido identificada esta semana en Argentina.
¿Dónde y cómo opera Hezbollah en la región?
En noviembre pasado, la “operación Trapiche” descubrió una red de brasileños reclutados por Hezbollah para perpetrar atentados contra objetivos israelíes. “La red allí crece por la importancia de Brasil como punto de tráfico ilícito global”, explicó Emanuele Ottolenghi, Senior Fellow del think tank Foundation for Defense of Democracies.
La cooperación en materia de seguridad entre Bolivia e Irán, la presencia iraní en Venezuela y la detención de Ayman Joumaa en la frontera colombo-venezolana son ejemplos de cómo Hezbollah ha profundizado su presencia en la región. “En los 90, cuando Hezbollah perpetró los atentados en Argentina, nadie esperaba que tuviera esa presencia en América Latina. Hoy vemos que penetró en la estructura de carteles, drogas y bandas de mafias”, afirmó Humire en el III Encuentro Regional de Foro Madrid en Buenos Aires.
Hezbollah ha utilizado el lavado de dinero como un servicio para insertarse en el crimen organizado. “Han reemplazado a muchos de los típicos lavadores de América Latina, ofreciendo un servicio 10% más económico en comisiones”, explicó Humire. Utilizan casas de cambio, casinos y autos usados para lavar dinero del narcotráfico.
En Argentina, Hezbollah tuvo que bajar su perfil tras el atentado a la AMIA, lo que les permitió crecer en otros países de la región. Sin embargo, Humire y otros analistas piden que los países de la región no subestimen la amenaza y concienticen sobre el problema: “El terrorismo no es simplemente una bomba, es un ciclo con reclutamiento y radicalización. El atentado de la AMIA no empezó en el 94, empezó una década antes”, concluyó Humire.
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— misionesonline.net (@misionesonline) March 18, 2024