Un nuevo informe de MapBiomas, que analiza datos desde 1985 hasta 2023, revela que Brasil tuvo una pérdida alarmante del 33% de sus zonas naturales, lo que equivale a 110 millones de hectáreas de vegetación nativa. Esta reducción incluye la vegetación autóctona de los cinco biomas del país, junto con áreas como aguas superficiales, playas y dunas.
El análisis de MapBiomas muestra que, en 1985, las áreas naturales representaban el 20% del territorio nacional. Sin embargo, en los últimos 39 años, la expansión de actividades antropogénicas, como la agricultura, la urbanización, la minería y la acuicultura, ha acelerado significativamente la pérdida de estos territorios. Hoy, los bosques ocupan el 59,08% del país, mientras que el 32,52% está destinado a la agricultura.
El bioma del Pantanal fue el más afectado, con el 82% de sus municipios registrando pérdidas en áreas naturales. Además, esta región ha sufrido una reducción del 61% en su superficie de agua. La región de Matopiba, que incluye los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía, también presenta un deterioro significativo, con municipios que han perdido más del 30% de su vegetación nativa.
Los estados de Rondônia y Tocantins lideran la pérdida de vegetación nativa, con el 96% de sus municipios afectados, seguidos de Maranhão con el 93%. En contraste, Paraná, Río de Janeiro y São Paulo han registrado un aumento en la vegetación nativa, siendo Río de Janeiro el único estado en aumentar su cobertura forestal del 30% al 32% en los últimos 39 años.
Según Tasso Azevedo, coordinador general de MapBiomas, esta pérdida de vegetación nativa influye negativamente en la dinámica climática regional y disminuye la capacidad de protección durante eventos climáticos extremos. Las tierras indígenas, que representan el 13% del territorio brasileño, demostraron ser las áreas más resistentes, con una pérdida de vegetación inferior al 1% durante el mismo periodo.
Los estados con la mayor proporción de vegetación nativa son Amapá y Amazonas, ambos con el 95%, y Roraima con el 93%. En contraste, Sergipe, São Paulo y Alagoas tienen las menores proporciones, con un 20%, 22% y 23%, respectivamente. Esta tendencia evidencia un desafío crítico para la conservación ambiental en Brasil, que enfrenta una continua degradación de sus ecosistemas naturales.
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— misionesonline.net (@misionesonline) March 18, 2024