Análisis semanal: La interna libertaria, la debacle de los grandes frentes y la oportunidad para los provincialismos

El presidente Javier Milei no consigue alinear a su tropa ni sostener alianzas y acumula reveses en el Congreso. Los viejos liderazgos de alcance nacional están en crisis. Los provincialismos como el de Misiones cobran protagonismo. La reducción del impuesto PAIS promete bajar la inflación, pero complica otros objetivos. La Legislatura de Misiones dejó sin fueros al puertista acusado de pedofilia Germán Kiczka.  

El ancho río de la política nacional luce más revuelto que nunca. Las principales fuerzas están en constante reformulación, los líderes no consiguen alinear a sus tropas y las alianzas son efímeras, circunstanciales.

En el Congreso, cada votación es un calvario para el Gobierno y esa volatilidad abre ventanales de oportunidades para los espacios provinciales que conservan la disciplina interna. Provincialismos sin ataduras a sellos nacionales, como los de Misiones, Córdoba o Rio Negro, tienen las de ganar en este nuevo escenario.

Las demás provincias empiezan a ver las ventajas de desligarse de los sellos partidarios nacionales (octógonos negros a los ojos del votante) y comienza a configurarse un escenario en el cual los gobernadores ganan protagonismo frente a los viejos patrones de la política nacional.

Con su desinterés por la construcción partidaria y su apego a la estratégica del conflicto constante, el presidente Javier Milei no hace más que profundizar la posición de debilidad en la que le tocó asumir, sin mayorías legislativas ni gobernadores propios.

No pudo o no quiso construir alianzas perdurables con espacios dialoguistas ni ordenar la interna libertaria. Como resultado, ahora ni siquiera tiene asegurado el respaldo de todos los propios y la batalla cultural se vuelve más compleja.

Aquella atractiva representación bíblica del bien contra el mal escenificada en un combate entre las fuerzas del cielo contra los orcos, se desdibuja en escaramuzas confusas en las que el fuego amigo es el que hace más daño.

La semana transcurrió de escándalo en escándalo dentro de La Libertad Avanza. El episodio rocambolesco de la visita de los diputados libertarios a los represores encarcelados tuvo una repercusión esta semana con gritos, acusaciones cruzadas entre la legisladora Lourdes Arrieta (la que dijo que no sabía quién era Astiz porque había nacido en los 90) contra el presidente de su bloque, Martín Menem, y una denuncia por violencia de género contra otro de sus compañeros de bancada.

La falta de cohesión interna entre los libertarios queda al descubierto cuando las decisiones de gestión del presidente entran en franca contradicción con su propio discurso.

La postulación de un paladín de la casta como Ariel Lijo para ocupar un sillón de la Corte Suprema y el DNU para otorgarle cien mil millones de pesos a la SIDE en formato de gastos reservados, son dos ejemplos.

El senador Francisco Paoltroni, cuyo nombre se barajó a principios de año como posible presidente del bloque libertario, fue uno de los que se despachó en contra del presidente en ambas cuestiones.

Calificó como “una monstruosidad” al DNU de los fondos reservados para la SIDE y dio por descontado que esos fondos serían utilizados de manera discrecional por el asesor estrella Santiago Caputo (a quien señalan como el monje negro detrás de Milei) y afirmó que Lijo carecía de la idoneidad técnica y moral para convertirse en juez de la Corte.

“El presidente está perdiendo el objetivo por el cual fue elegido”, repitió en varias entrevistas esta semana.

 

Se calentó la guerra fría

La principal amenaza para el liderazgo de Milei no está dentro del peronismo, mucho menos entre las ruinas cambiemitas, está mucho más cerca, es su enemiga íntima Victoria Villarruel. Una dirigente que conecta con el espíritu de época, demuestra mayor capacidad de construcción política que el presidente y cuenta con la enorme ventaja de no llevar sobre sus hombros la responsabilidad de la gestión.

La relación del presidente y su vice transcurría hasta esta semana en un contexto de guerra fría. Protagonizaban un enfrentamiento solapado que se alimentaba de desaires calculados y frases disonantes dichas como al pasar que eran matizadas luego por gestos amistosos cuando la tensión amenazaba con una ruptura.

Esa guerra se fue calentando y ahora se libra sin ningún disimulo. Villarruel cuestionó abiertamente y en términos llamativamente duros la postulación de Lijo en un almuerzo en el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y reveló que el Gobierno tiene la intención de ampliar la Corte Suprema, algo que se rumoreaba pero que el presidente nunca había confirmado.

El contrataque no se hizo esperar. La primera en salir al cruce fue la diputada Lilia Lemoine, una de las espadas mediáticas más filosas del arsenal libertario: “ella va a la Fiesta Nacional del Poncho, pero falta al Pacto de Mayo; se pelea con Francia, mientras el presidente tiene sentencia de muerte por parte de Irán; reclama cuotas de género mientras se ríe con (José) Mayans. Villarruel rompé la maldición del vice, matá el ego y ubicate”, disparó.

Luego fue el propio Milei, cuando le consultaron en una entrevista radial si le había hecho ruido la visita de diputados libertarios a represores respondió: “absolutamente, ésa no es mi agenda”, respondió.

A nadie escapa que la agenda de lo que eufemísticamente se conoce como “la memoria completa” es patrimonio de Villarruel, quien llegó a visitar varias veces al genocida Rafael Videla.

Milei consideró que la polémica visita a Astiz y sus compañeros de presidio fue hecha “con intenciones” y apuntó contra el cura influencer, Javier Olivera Ravasi, cercano a Villarruel. “Habrá que ver qué links hay ahí”, sugirió.

Pero lo que más molesta de la Vice en el círculo más cercano a Milei es su agenda propia. Villarruel hace algo que Milei odia, viaja a las provincias y teje contactos con gobernadores. El viernes, por ejemplo, estuvo en Jujuy para la celebración de un nuevo aniversario del “Éxodo jujeño”.

 

Nuevo tablero

Mientras los libertarios se pelean, la oposición se reorganiza y teje alianzas por ahora circunstanciales que en algunos casos incluyen a sectores disconformes de LLA. Con eso lograron patearle el tablero legislativo al Gobierno.

El oficialismo hilvanó cuatro derrotas consecutivas: perdió la presidencia de la bicameral de inteligencia a manos de Martín Lousteau, vio como la oposición le dio media sanción al proyecto de financiamiento de Universidades Nacionales, Diputados votó en contra del DNU de los fondos reservados para la SIDE y finalmente el Senado aprobó la nueva fórmula de movilidad jubilatoria en la Cámara alta.

Muy probablemente la reforma jubilatoria no se aplicará, porque Milei la vetará y para que el Congreso pueda confirmarla necesitará una mayoría de dos tercios, y el DNU podría quedar firme a pesar del voto en contra de los diputados, porque todavía debe pasar por el Senado y basta con que una de las dos cámaras lo apruebe.

De lo que no se salvará Milei es de asumir el costo político de explicarle a la gente que no hay plata para recomponer los exiguos ingresos de los jubilados pero sí la hay para otorgar fondos reservados a la SIDE, fondos que siempre se usaron con fines non sanctos en Argentina.

La novedad en estas nuevas alianzas que tienen el poder de inclinar las votaciones en ambas cámaras es que ganan protagonismo los provincialismos, espacios bien cohesionados y con liderazgos propios que están abiertos al diálogo pero que no están dispuestos a acatar órdenes ni de Cristina, ni de Mauricio Macri, ni de Milei.

Es la posición en la que el Gobierno de Misiones se ubicó definitivamente en 2015 y sostuvo desde entonces y en la que también se pueden encontrar a los cordobeses, neuquinos y rionegrinos.

Buena parte de los demás gobernadores que llegaron al poder de la mano de algún partido nacional, están siguiendo el ejemplo de los provincialismos y empieza a concretarse el viejo anhelo de un amplio frente federal que tenga el volumen político necesario para pararse en igualdad de condiciones frente al poder central.

Con el peronismo sacudido por los escandaletes de Alberto y sus propias internas y Juntos por el Cambio en vías de extinción, no sería extraño ver a gobernadores como Rogelio Frigerio, Maximiliano Pullaro o Raúl Jalil, separarse de los bloques de sus partidos para unirse a este armado federal.

La Casa Rosada no ve con malos ojos esta posibilidad, porque ayudaría a debilitar a los partidos de alcance nacional y porque el Gobierno se siente más cómodo negociando con quienes tienen responsabilidad de gestión, antes que con dirigentes “sin tierra” a los que no puede amenazar con recortes de fondos.

El tiempo demostró que la opción por el “misionerismo” que adoptó el Frente Renovador fue una decisión política acertada que ahora se traduce en oportunidades concretas para obtener beneficios para la provincia.

 

El partido decisivo

Más allá de los sacudones de la política, la suerte de Milei se definirá por el grado de éxito que alcance con su radical y arriesgado programa económico.

La prioridad absoluta en esta etapa es bajar la inflación que hace tres meses está estancada en torno al 4% mensual.

Después de haber atacado todas las fuentes de emisión monetaria, lo que profundizó la recesión, la próxima medida que podría tener efecto en la inflación será la reducción del impuesto PAIS.

Con la baja de diez puntos porcentuales prevista para septiembre en la alícuota del impuesto que se aplica a la compra de divisas, se espera que se abaraten los productos e insumos importados que se encuentran presentes en prácticamente todos los productos.

Los riesgos de esa medida es que se dificulte todavía más la acumulación de reservas, se perjudique a la destruida industria nacional y quede comprometido el frente fiscal.

Con la reducción del impuesto PAIS será más barato importar, con ello habrá mayor demanda de dólares para tal fin y eso presionaría sobre las reservas. Por el mismo motivo, la producción nacional se vería comprometida frente al ingreso de productos importados más baratos.

La medida también tendría un impacto fiscal, dado que el impuesto PAIS representa actualmente el 6% de la recaudación total, reducirlo agregará tensión en un contexto en el que la recaudación está en caída producto de la baja general en el consumo y en la actividad.

Para corregir ese impacto fiscal sería necesario un ajuste más severo en el gasto público, lo que a su vez tendría impacto social y económico.

Por otro lado, si la medida resultara efectiva para que la inflación perforara el piso de los cuatro puntos y se acercara al objetivo inmediato de los 2 puntos mensuales, se terminaría con la acumulación de atraso cambiario y se abriría una ventana para motorizar una reactivación apoyada en el crédito, que debería ser mucho más barato con la inflación aplanada.

Por lo pronto la tan mentada reactivación no aparece. Según datos de la Unión Industrial (UIA), la actividad industrial registró en julio su noveno mes consecutivo de contracción. 38,9% de las empresas encuestadas reportó disminuciones en la producción, 43,7% en las ventas, 28,2% en las exportaciones y 17,3% en el empleo.

La actividad no crece porque el consumo sigue en caída. Según datos oficiales del INDEC, las ventas en los supermercados acumularon una caída real de 11,6% en el primer semestre de 2024. En junio la facturación de los supermercados cayó 7,3%.

La recaudación refleja el comportamiento del consumo. De acuerdo con estimaciones de la consultora Politikon Chaco al 21 de agosto la recaudación fiscal mostraba una caída real del orden de 7%. El IVA registraba una baja de 17% real y el Impuesto a las Ganancias del 9%, respecto de igual período del año pasado.

Ante este contexto desafiante, el Gobierno de Misiones busca romper el ciclo recesivo con medidas concretas. Los recursos no abundan, lo que obliga a actuar con precisión quirúrgica. Cada peso que ponga el Estado en procura de dinamizar la economía debe tener impacto asegurado en la actividad, el consumo, el empleo y finalmente en nuevos ingresos fiscales que mantengan la rueda en movimiento.

Los resultados están a la vista. La Secretaría de Hacienda informó que entre enero y junio de 2024 las distintas líneas que forman parte de los Programas Ahora generaron operaciones comerciales por un total de19.429 millones de pesos. El sector comercial reconoce que estos programas están salvando al sector porque generan movimiento en el comercio en este tiempo de crisis macroeconómica.

El gobernador Passalacqua lanzó a principios de la semana una nueva línea de créditos destinado a la actividad productiva de la provincia en conjunto con el Banco Macro por 1.500 millones de pesos. Y remarcó que “haciendo cuentas el otro día con Adolfo (Safrán, ministro de Hacienda), ya hemos inyectado para la producción 15.000 millones de pesos en créditos, muchos de esos casos direccionados a los yerbateros, a la madera”, consignó.

 

Puertista en fuga

La sociedad misionera se vio sacudida en las últimas semanas por las revelaciones que aportó la causa internacional que investiga a una red de pedófilos y que tienen entre los imputados al diputado provincial Germán Kiczka, mano derecha de Pedro Puerta en el partido Activar, integrante de Juntos por el Cambio.

La justicia recogió una enorme cantidad de material comprometedor en los allanamientos que practicó en viviendas de la familia Kiczka. En distintos dispositivos secuestrados se hallaron fotos, videos y diálogos que dan cuenta de las más oscuras perversiones, entre ellas la pedofilia y la zoofilia.

En respuesta al requerimiento de la Justicia, la Cámara de Diputados de la Provincia le retiró los fueros al mencionado legislador, sobre el cual pesa un pedido de captura, le rechazó la renuncia y aprobó la conformación de una comisión investigadora que hará su propia evaluación de los hechos. Además, se decidió suspender el pago de la dieta desde este mes.

Los legisladores de la renovación actuaron de acuerdo con los requisitos de la Justicia y en consonancia con los reclamos de una sociedad que estalló en indignación y reclamó que se investigara a fondo. Los bloques opositores, en cambio, mantuvieron silencio y recién se expresaron cuando ya no les quedaba alternativa.

“Aceptar la renuncia hubiera sido el camino corto y más fácil, pero no se le permitió porqué el bloque mayoritario de la renovación asume la responsabilidad de investigar para conocer la verdad y exponer al acusado a que rinda cuentas ante el peso de la justicia. No se protege corporativamente a nadie y es la gente la única que merece las explicaciones”, afirmaron desde el bloque de la renovación.

Juntos por el Cambio, que lejos de condenar hizo y un silencio llamativo, carga ahora con el peso de una sociedad que mira con desconfianza y los condena por callarse tanto tiempo ante semejante aberración.

Pero más allá de Kiczka, hay una responsabilidad política de quien lo hizo diputado y quien lo trajo a la política que no se puede evadir.

También hay responsabilidad en quien lo haya ayudado a escapar del alcance de la justicia y no son muchos los que tendrían la capacidad y los contactos para eso.

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