La Granja Agroecológica "La Lechuza" en General Alvear, Misiones, liderada por Reto Sonderegger y Javiera, se ha comprometido desde 2011 a no usar agroquímicos. Ofrecen productos orgánicos y servicios de alojamiento, además de ser una área natural protegida que contribuye a la biodiversidad.
Dentro de la granja agroecológica, desde sus comienzos en 2011, decidió prescindir del uso de agroquímicos como el glifosato para el tratamiento de los suelos. Sonderegger explicó que tanto él como Javiera no provienen de Misiones; ella nació en Buenos Aires y él en Suiza. «Yo soy agricultor orgánico de formación, nunca aprendí a usar agroquímicos, así que es mejor no hacerlo», declaró.
Desde el inicio del proyecto, se comprometieron a mantener prácticas sostenibles, a pesar de los desafíos que esto implica. El agricultor detalló que la granja produce sus propios biofertilizantes para fomentar la floración y fructificación de las plantas y controlar insectos. «El mayor desafío en la agricultura ecológica aquí en Misiones es la hormiga cortadora», señaló y subrayó la importancia de los controles biológicos y la creación de hongos antagónicos accesibles para los colonos que buscan evitar el uso de venenos.
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La granja no solo se dedica a la horticultura, sino que también ofrece una variedad de productos y servicios. «En los primeros años montamos una granja muy diversificada con animales y mucho enfoque en horticultura. Producíamos mucha verdura y teníamos un sistema de venta directa al consumidor», comentó Sonderegger.
Además, desde 2015, la granja comenzó a ofrecer alojamiento y servicios gastronómicos, lo que ha contribuido al crecimiento del proyecto.
Compromiso con la biodiversidad
Sonderegger destacó que la granja se convirtió en un área natural protegida hace un año, en colaboración con el Ministerio de Ecología. «Siempre estábamos protegiendo, pero está bueno oficializar», expresó.
El agricultor mencionó que han registrado mucha fauna en la granja, aunque todavía faltan algunos mamíferos grandes como el tapir y el yaguareté. «Es lindo ver cómo en todos estos años no fue fácil, pero hay mucho más vida ahora en este espacio», reflexionó.