Soledad Albornoz, dueña de Toresco Cafetería, narró en diálogo con Re-nacer cómo surgió su negocio junto a su pareja. Describió su recorrido desde los inicios cuando restauraron una bicicleta de los 60 y vendían en la plaza del microcentro posadeño hasta la consolidación de una marca reconocida.
Albornoz rememoró los comienzos del emprendimiento que hoy es un referente en la ciudad de Posadas. La idea de montar una cafetería surgió en un viaje a Europa que hizo junto a su hermana tras recibir su título de ópticas contactólogas en la Universidad de Buenos Aires. “Ese viaje nos permitió conocer diversos tipos de negocios, y en Austria vimos una iniciativa en las calles que nos llamó mucho la atención”, recordó.
Al regresar a Argentina y después de un breve periodo en Brasil, donde tuvieron una óptica, las consanguíneas volvieron a Posadas con la chispa del emprendimiento aún encendida. “En ese momento yo estaba de novia hace poquito con Nico y él estaba estudiando la carrera de Contador y yo tenía esa necesidad de buscar a ver qué hacer, o sea, tenía eso adentro, a ver qué puedo hacer”, dijo.
De esta manera, en 2015, mientras tomaba mate un domingo con su novio Nico, Albornoz le presentó el concepto de una cafetería montada en una bicicleta. “Nos pusimos a investigar de inmediato y encontramos una bicicleta antigua de los años 50 en Mercado Libre”, relató.
Con entusiasmo, Albornoz detalló que inflaron las ruedas y llevaron la bicicleta a su casa para comenzar su transformación en una cafetería móvil. “Hicimos todo rápido, desde armar el mueble con un carpintero que incluso nos regaló un espejo, hasta capacitarnos en la preparación de café y encontrar proveedores”, explicó. El primer intento de negocio lo hicieron en la costanera de Posadas, donde la originalidad del proyecto comenzó a atraer la atención de la gente.
Consolidación y crecimiento
Al poco tiempo, Toresco Cafetería ganó popularidad y reconocimiento en la región. Según Albornoz, el hecho de plantear algo diferente resultó la clave de su éxito. “Nos contactaron de diferentes provincias y hasta de otros países interesados en nuestra propuesta”, subrayó. Así, su negocio se trasladó de la plaza donde inicialmente se instaló, a la apertura de su primer local.
La pareja nunca dejó de estudiar y capacitarse en el mundo del café. “Nos especializamos como baristas, conocimos tostadores, y buscamos siempre la mejor pastelería”, contó.
Actualmente cuentan con tres sucursales en Posadas y planean seguir creciendo. Albornoz destacó la importancia de invertir constantemente en el negocio. “La tecnología, el desarrollo personal y del equipo, el marketing y la publicidad son esenciales”, señaló la misionera.
De esta manera, confesó que su sueño es franquiciar y abrir nuevas sedes en otros países, por lo cambiaron a un nombre que reflejara su esencia, pasando de Bici Café a Toresco, derivado de pintoresco, con el objetivo de apuntalar la profesionalización de su cafetería. “Una vez que teníamos el nombre, empezamos el proceso de rebranding y llegamos al diseño de la marca”.
“Para crecer, hay que invertir constantemente en el negocio, ya sea en tecnología, desarrollo del personal, marketing, publicidad o conocimiento. Nico y yo estamos siempre estudiando y aprendiendo. A mí me apasiona; leo todo el tiempo y miro todas las charlas TED. El desarrollo personal de cada uno impulsa el crecimiento de todos”, concluyó.