A tan solo 22 kilómetros al norte de San Vicente y a un kilómetro y medio en el interior del monte, se encuentra la Reserva Natural Privada Akaguapy, un espacio destinado a la conservación y la investigación científica. Sabrina Rivas, propietaria de la reserva, detalló las características y objetivos de este refugio natural que abarca aproximadamente 104 hectáreas de monte nativo.
«Nosotros tenemos aproximadamente 104 hectáreas. Contamos con seis saltos, el 96 y 97% de la reserva es monte nativo», explicó Rivas. Este vasto espacio natural está dedicado principalmente a la conservación y a actividades de investigación. «Hemos tenido investigaciones de CONICET principalmente y de otras instituciones de conservación. Lo que es avistaje de aves, de mamíferos en yerbales y todo tipo de investigación de flora también», agregó.
Aunque Akaguapy no es un proyecto turístico, está abierto para la investigación científica. «Nosotros no hacemos ecoturismo, solamente abrimos las puertas para todo lo que sea investigación científica», afirmó Rivas, subrayando la importancia del espacio para estudios de biodiversidad.
Especies y Ecosistemas en Akaguapy
En cuanto a la fauna y flora que se pueden encontrar en la reserva, Rivas mencionó una variedad impresionante de especies. «Recientemente, en la investigación de mamíferos en yerbales, tirica, también ositos hormigueros, coatí. Hay una diversidad de pájaros y mariposas que no te podría ni saber decir los nombres, pero hay muchísima diversidad», detalló.
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Yerba Mate Orgánica Akaguapy
Además de su función conservacionista, la reserva sustenta su mantenimiento a través de la producción de yerba mate orgánica. «Tenemos un pequeño yerbal orgánico, yerba mate Akaguapy certificada por OIA, que básicamente con eso se sustenta el mantenimiento de la reserva», comentó Rivas. La yerba producida en Akaguapy se distingue por sus características especiales derivadas de su entorno natural. «La yerba tiene características muy puntuales porque es un yerbal que está dentro de una reserva natural, con lo cual, al no usar agroquímicos, la cobertura del suelo es completamente distinta y está protegida por el monte», explicó.
La ubicación de la reserva también contribuye a la calidad de la yerba. «Es una yerba que prácticamente no sufre de las heladas ni de las sequías, porque estamos sobre la cuenca del Soberbio. Por ende, la calidad del producto es completamente distinta», señaló Rivas, destacando el impacto positivo de la conservación en la producción agrícola.
Conexión con la Conservación
Para Rivas, la comercialización de la yerba mate orgánica de Akaguapy es más que un negocio; es una forma de conectar a las personas con la conservación ecológica. «Para nosotros, la comercialización de la yerba es como conectar a la gente con el mundo de la conservación», concluyó.
Akaguapy representa un ejemplo notable de cómo la conservación de la naturaleza y la producción sostenible pueden coexistir y complementarse, ofreciendo beneficios tanto para la biodiversidad local como para las personas que disfrutan de sus productos únicos