Un reciente estudio realizado por un equipo internacional de científicos del clima, pertenecientes al grupo World Weather Attribution, reveló que el cambio climático tuvo un papel muy importante en las devastadoras inundaciones que azotaron el sur de Brasil entre finales de abril y principios de mayo de este año.
Según los investigadores, las lluvias extremas que provocaron las inundaciones fueron el doble de probables debido a los efectos del cambio climático.
El fenómeno de El Niño, conocido por alterar los patrones climáticos, también intensificó las lluvias, mientras que las fallas en la infraestructura de protección contra inundaciones agravaron el impacto en el estado de Río Grande do Sul, el más afectado. Las autoridades informaron que más de 170 personas murieron durante estas trágicas inundaciones, que sumergieron vastas zonas del estado, incluida la capital, Porto Alegre.
Regina Rodrigues, investigadora de la Universidad Federal de Santa Catarina y participante en el estudio, afirmó que “el cambio climático está amplificando el impacto de El Niño en el sur de Brasil, generando eventos extremadamente raros, más frecuentes e intensos”.
El estudio detalló que el evento de fuertes lluvias fue extremadamente raro, con una probabilidad de ocurrir solo una vez cada 100-250 años. Sin embargo, debido a la quema de combustibles fósiles, este tipo de eventos se ha vuelto más común. Combinando observaciones meteorológicas con resultados de modelos climáticos, los investigadores concluyeron que el cambio climático hizo que las lluvias fueran más del doble de probables y entre un 6 y un 9% más intensas.
“Si el mundo continúa quemando combustibles fósiles y las temperaturas globales aumentan 2ºC en comparación con la época preindustrial, lo cual se espera que suceda dentro de 20 a 30 años, lluvias similares serán dos veces más probables que en la actualidad”, advirtió el estudio. Lincoln Alves, otro de los autores, enfatizó la vulnerabilidad de Brasil al cambio climático y la necesidad de que tanto los tomadores de decisiones como la sociedad reconozcan esta nueva realidad.
Además del cambio climático, el fenómeno de El Niño incrementó la probabilidad de estas lluvias en un factor de 2 a 5 y aumentó su intensidad entre un 3 y un 10%. El estudio también señaló que las fallas en los sistemas de infraestructura y la rápida urbanización contribuyeron significativamente al daño causado. La deforestación y la falta de preparación para contener las precipitaciones acumuladas exacerbaron la tragedia.
Maja Vahlberg, consultora del Red Cross Red Crescent Climate Centre y coautora del estudio, subrayó la necesidad de que el mundo se prepare para eventos extremos cada vez más frecuentes debido al cambio climático. “Implementar políticas que reduzcan la vulnerabilidad de las personas, aumentar la protección contra inundaciones y restaurar los ecosistemas naturales son medidas esenciales para evitar muertes y limitar los daños causados por estos eventos”, afirmó.
El estudio, que contó con la participación de 13 investigadores de universidades, organizaciones de investigación y agencias meteorológicas de Brasil, Países Bajos, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos, ofrece una clara evidencia de cómo el cambio climático está intensificando los fenómenos climáticos extremos y subraya la urgencia de tomar medidas concretas para mitigar sus efectos.
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— misionesonline.net (@misionesonline) March 18, 2024