La prohibición del uso de teléfonos celulares en las escuelas mejora el bienestar y el rendimiento estudiantil, según un reciente estudio hecho en Noruega

Una investigación del Instituto Noruego de Salud Pública revela que la prohibición de teléfonos celulares en las escuelas, adoptada en ese país desde febrero pasado, mejora el bienestar y el rendimiento estudiantil. Los hallazgos muestran una disminución en visitas médicas relacionadas con problemas psicológicos, menos casos de acoso escolar y un aumento en el rendimiento académico.

Una reciente investigación liderada por Sara Abrahamsson, del Instituto Noruego de Salud Pública, reveló resultados impactantes sobre los efectos de la prohibición de teléfonos celulares en las escuelas de Noruega.

El estudio, que combina datos administrativos detallados con encuestas sobre las políticas de teléfonos celulares en las escuelas intermedias, presenta un panorama claro de cómo esta medida puede influir en el bienestar y el rendimiento de los estudiantes.

Según el estudio, la prohibición de smartphones tuvo un efecto positivo en varios aspectos clave. En primer lugar, se observó una disminución significativa en las visitas médicas relacionadas con síntomas y enfermedades psicológicas entre las niñas. Este hallazgo sugiere que la eliminación de la distracción constante de los dispositivos electrónicos puede tener un impacto beneficioso en la salud mental de las estudiantes.

Además, la investigación reveló que el acoso escolar entre ambos géneros disminuyó después de la prohibición de los teléfonos inteligentes. Esto indica que la ausencia de dispositivos electrónicos puede contribuir a crear un entorno escolar más seguro y positivo para todos los estudiantes.

Otro hallazgo destacado es la mejora en el rendimiento académico de las niñas. Después de la prohibición, se observó un aumento en el promedio de calificaciones. Estos efectos fueron aún más pronunciados entre las niñas de bajos recursos socioeconómicos, lo que sugiere que la prohibición de teléfonos inteligentes podría tener un impacto especialmente positivo en los estudiantes más vulnerables.

Por lo tanto, “prohibir los teléfonos inteligentes en la escuela es una herramienta política de bajo costo para mejorar los resultados estudiantiles”, concluye la investigación.

Sara Abrahamsson, responsable de ese estudio, es investigadora en el Centro de Fertilidad y Salud del Instituto Noruego de Salud Pública en Oslo, Noruega, e investigadora afiliada en el Centro de Investigación Experimental sobre Equidad, Desigualdad y Racionalidad en la Escuela Noruega de Economía.

Este estudio se conoció luego que la Dirección de Educación de Noruega prohibió desde el mes de febrero el uso de teléfonos celulares y los llamados relojes inteligentes en escuelas primarias, secundarias y preparatorias.

Las reglas son más estrictas para las escuelas primarias, donde el uso de dispositivos digitales privados no será posible ni durante las clases ni durante los descansos.

En las escuelas secundarias, se permiten excepciones a esta regla durante el tiempo libre de los estudiantes, y en las escuelas preparatorias, la prohibición se aplica sólo durante el horario lectivo.

Esta medida fue adoptada desde el Ministerio de Educación de Noruega, argumentando que según numerosos estudios, muchos estudiantes tenían problemas con la lectura, la concentración en clase y la motivación.

Así, Noruega se sumó a Suecia y Dinamarca, donde también está prohibido el uso de teléfonos celulares en las escuelas.

 


 

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