En un esfuerzo por abordar el preocupante aumento de la temperatura global, los científicos están explorando nuevas vías que podrían ayudar a desviar los rayos del sol y enfriar el planeta temporalmente. Una de estas innovaciones es la geoingeniería solar, que busca iluminar las nubes y hacer que reflejen más luz solar hacia el espacio.
Este martes se realizó la primera prueba al aire libre en Estados Unidos de una tecnología diseñada para lograr este propósito. Los investigadores estaban ansiosos por verificar si la máquina, después de años de desarrollo, podía rociar de manera constante aerosoles de sal del tamaño adecuado al aire libre, fuera de un entorno controlado de laboratorio. Esta tecnología, de tener éxito, podría eventualmente ser utilizada para cambiar la composición de las nubes sobre los océanos de la Tierra.
El impulso hacia la geoingeniería solar se debe en parte al continuo aumento de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que dificulta alcanzar los objetivos establecidos para mitigar el cambio climático. Ante este escenario, diversas entidades, incluyendo universidades, fundaciones, inversionistas privados y el gobierno federal, han comenzado a respaldar iniciativas que van desde la captura de dióxido de carbono hasta la modificación de las nubes marinas.
Robert Wood, científico principal del equipo de la Universidad de Washington, señaló que cada año con nuevos récords de cambio climático y temperaturas extremas, el campo científico se ve impulsado a buscar soluciones alternativas.
Blanquear las nubes marinas es una de las estrategias propuestas para aumentar la reflectividad de la Tierra y devolver la energía solar al espacio, lo que a veces se denomina modificación de la radiación solar. En comparación con otras técnicas, como la inyección de aerosoles en la estratosfera, el blanqueamiento de las nubes marinas se considera una opción más localizada y utiliza aerosoles de sal marina relativamente benignos.
Aunque la idea de intervenir en los sistemas naturales genera controversia, los investigadores del estudio del martes fueron discretos con los detalles, preocupados de que los opositores intenten detener el progreso de la investigación.
Si bien el gobierno de Estados Unidos financia investigaciones sobre diversas intervenciones climáticas, la Casa Blanca se distanció del estudio en California. En un comunicado enviado a The New York Times, se afirmó que el gobierno no está involucrado en el experimento de Modificación de la Radiación Solar que tuvo lugar en Alameda, California, ni en ningún otro lugar.
La idea de blanquear las nubes marinas no es nueva. En 1990, el físico británico John Latham presentó la idea de inyectar partículas en las nubes para contrarrestar el aumento de las temperaturas. Latham propuso la creación de una flota de navíos sin tripulación que rociaran continuamente diminutas gotas de agua de mar en el aire para desviar el calor solar. Esta técnica se basa en el efecto Twomey, que sugiere que grandes cantidades de pequeñas gotitas reflejan más luz solar que un pequeño número de gotas grandes.
Sin embargo, blanquear las nubes marinas plantea desafíos técnicos. Es crucial que el tamaño de los aerosoles sea el adecuado, ya que partículas demasiado pequeñas o demasiado grandes podrían no tener el efecto deseado o incluso ser contraproducentes. Además, se requiere una cantidad significativa de aerosoles del tamaño correcto para lograr un impacto significativo.
El desarrollo de esta tecnología ha sido respaldado por figuras prominentes de la industria tecnológica, como Bill Gates, quien financió la investigación inicial junto con otros científicos. El equipo detrás del proyecto ha trabajado arduamente para desarrollar una boquilla que pueda rociar aerosoles de sal marina con precisión.
A pesar de los avances, aún se necesitan más pruebas para determinar la viabilidad y efectividad de esta técnica. Los resultados de la prueba realizada en Alameda se analizarán durante los próximos meses para evaluar su potencial y posibles aplicaciones futuras.
Kelly Wanser, fundadora de la organización sin fines de lucro SilverLining, quien está involucrada en el proyecto y espera que estas pruebas ayuden a desmitificar las tecnologías de intervención climática. Además, ya se están considerando nuevas fases de investigación, como la aplicación de la técnica en el océano para influir en las nubes a mayor altura.
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— misionesonline.net (@misionesonline) March 18, 2024