Fractura sin precedentes en la cúpula del PCC amenaza con desatar una violenta guerra criminal en Brasil

 La ciudad brasileña de San Pablo está sumida en la inquietud ante la fractura sin precedentes que atraviesa el Primer Comando de la Capital (PCC), la organización criminal más poderosa de Sudamérica. La división entre los altos dirigentes del grupo, encabezados por el líder encarcelado "Marcola" Willians, y la disidencia, ha generado temores de que las calles y cárceles de la región se conviertan en el escenario de una guerra interna.

El PCC, que surgió hace tres décadas en las prisiones y ahora se dedica principalmente al tráfico de drogas, se enfrenta a una posible disgregación de su cúpula, lo que podría poner en peligro su dominio tanto a nivel nacional como regional.

Según fuentes oficiales consultadas por EFE, nunca antes el líder máximo de la facción, «Marcola», había enfrentado un cuestionamiento tan significativo por parte de otros líderes del grupo. Las autoridades brasileñas sospechan que los disidentes de «Marcola» podrían haber fundado una banda separada, posiblemente denominada Primer Comando Puro, aunque algunos expertos consideran esta posibilidad remota.

El gran temor entre las autoridades es que esta lucha interna por el poder desate una violenta guerra en las calles y prisiones del estado de San Pablo, considerado el cuartel general del PCC, donde se estima que la organización cuenta con alrededor de 10.000 miembros, 2.000 de los cuales están en libertad.

El fiscal Lincoln Gakiya, quien lleva más de 20 años persiguiendo al PCC desde el Ministerio Público de San Pablo, ha señalado que ya se están investigando al menos dos asesinatos recientes y varias desapariciones relacionadas con la disputa interna.

La fractura en la organización se gestó tras la transferencia y separación de 22 líderes del PCC en 2019, lo que debilitó la comunicación entre ellos y avivó las sospechas mutuas. La desconfianza se intensificó con los asesinatos de varios líderes en los últimos años, lo que provocó tensiones internas. Las declaraciones de «Marcola» contra su segundo al mando, Roberto Soriano, alias «Tiriça», desencadenaron la confrontación definitiva, llevando a algunos capos históricos, como «Vida Loka» y «Andinho», a aliarse con «Tiriça» y amenazar de muerte a «Marcola».

Para Gakiya, esta división podría debilitar significativamente al PCC, aunque algunos expertos, como Bruno Paes, del Núcleo de Estudios de Violencia de la Universidad de São Paulo (USP), creen que la estructura de la organización puede sobrevivir independientemente de los líderes individuales. Mientras tanto, las autoridades continúan vigilantes ante el posible estallido de una guerra interna que amenaza con sumir a San Pablo en un período de violencia sin precedentes.

 

 

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