En momentos de dificultades económicas, es fácil sentir que nuestras vidas están definidas por lo que nos falta en lugar de lo que tenemos. Sin embargo, incluso en los tiempos más desafiantes, hay tesoros que no tienen precio, capaces de enriquecer nuestras vidas de formas invaluables.
La salud es uno de estos tesoros. Aunque el acceso a la atención médica puede ser limitado durante tiempos difíciles, la capacidad de cuidar de nuestra salud física y mental sigue siendo invaluable. La vitalidad y el bienestar que provienen de hábitos saludables y el autocuidado son regalos que no se pueden comprar.
Las relaciones significativas son otro tesoro en tiempos de dificultades económicas. A pesar de las luchas financieras, el apoyo emocional de amigos y familiares puede brindar consuelo y fortaleza. La conexión humana y el amor sincero son activos que no tienen precio.
La belleza de la naturaleza también puede servir como un recordatorio reconfortante de las cosas que son verdaderamente valiosas. Aunque los recursos financieros pueden ser limitados, la capacidad de disfrutar de un amanecer sereno o de un paseo por el parque no tiene precio. Estas experiencias simples pero poderosas nos conectan con algo más grande que nosotros mismos y nos recuerdan la belleza que todavía existe en el mundo.
Además, el acceso al conocimiento y la libertad de expresión son herramientas poderosas que no pueden ser subestimadas. Aunque las oportunidades educativas pueden ser limitadas, la capacidad de aprender y crecer intelectualmente sigue siendo invaluable. La capacidad de expresar nuestras ideas y opiniones también es fundamental para mantener nuestra dignidad y autonomía.
A medida que enfrentamos tiempos difíciles, recordemos que la verdadera riqueza no se encuentra en nuestras posesiones materiales, sino en las experiencias, relaciones y valores intangibles que dan forma a nuestras vidas. Al reconocer y valorar estos tesoros, podemos encontrar aceptación, esperanza y gratitud incluso en los momentos más difíciles.
Al enfocarnos en éstos puntos, podemos obtener varios efectos positivos en nuestra salud mental, emocional y física que a la vez nos van a abrir más posibilidades que si nos centramos en la queja, el miedo o el enojo…
Podemos experimentar una mejora en nuestro estado de ánimo y sentirnos más felices y satisfechos con nuestras vidas… reducir el estrés y la ansiedad al cambiar nuestra perspectiva y enfocarnos en lo que está bien en lugar de en lo que está mal, desarrollamos una mayor capacidad para enfrentar los desafíos y superar las adversidades.
Esto puede incluir sentimientos de gratitud, alegría y satisfacción con nuestras vidas.
Hoy te invito a que trabajes en adquirir el hábito de agradecer, por escrito, cada mañana, tres cosas que valoras de tu vida, no sólo lo económico, pero como siempre digo, también lo económico… y verás cómo el sentimiento de gratitud permite que te expandas y atraigas más cosas por las que agradecer.
¿Comenzas hoy? Probá… y después me contás.
Si por el momento crees que no estás pudiendo sólo/a, estoy para acompañarte.
Pedí posibilidad, pedí coaching!
Ester Inglese
Coach Ontológico Profesional Acreditado
Wsp 3751 660207 / IG ester.inglese
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