Muchas veces, resignados, andamos por la vida diciendo… “y qué querés que haga, no hay otra opción…” “es lo que me tocó “ o “no me quedó otra”…
Y lejos de haber aceptado la situación, encima nos quedó la sensación que nos molesta cuando pensamos “qué lindo si hubiese sido diferente”… “me hubiese gustado tal cosa” o nos quedamos con esa nostalgia de que “podría haber sido mejor”, lo que además nos puede generar frustración, enojo o decepción. Y fin de la historia.
Poder dar ese paso hacia la aceptación, es un maravilloso avance hacia la alegría, hacia esa rendición de lo que es (digo rendición y no resignación) que nos va a permitir sentir emociones como tranquilidad, serenidad, confianza y claridad.
La invitación de hoy es a mirar la situación desde más de un lugar, a conversarlo con tus seres queridos, a ver cómo lo hizo otra persona, a imaginar posibles caminos.
“Siempre podemos elegir” tiene que ver con que hay más de lo que muchas veces vemos y esto generalmente tiene que ver dónde ponemos el foco… quienes somos ante esa situación, qué expectativas teníamos, soltar el control que pretendemos ejercer… o lo que sea que se muestre en ese momento.
¿Estás en el lugar de ser víctima de la situación, de que el otro (puede ser persona, situación, hecho de la vida) tiene más poder, está un escalón más arriba que vos o es más grande?
¿Estás mirando las consecuencias, lo negativo, lo que perdiste, lo que falta?
¿Te preocupa la mirada del otro, el compromiso a la imagen o estás aferrado a creencias que te limitan?
¿Probaste a cambiar de mirada? ¿Te pusiste en el lugar del otro? ¿Podrías imaginar cuáles son los motivos por lo que hace lo que hace? ¿Te preguntaste qué haría otra persona en tu lugar? ¿Podrías observar la situación desde afuera como si fueses un espectador? ¿Podes ver posibilidades a partir de tu situación actual?
¿Qué ganás con esto? Quizás te resulte difícil pensar que perder a un amigo por ejemplo, te haga ganar algo, pero si, podés encontrar motivos para sentir que también ganaste… elegí que vas a pensar sobre lo que pasó… quizás fue experiencia para futuras relaciones -“buena” o “mala”, según lo creas- , quizás sea la libertad de ser vos misma/o porque aunque no lo estabas reconociendo esa persona condicionaba tu manera de ser, probablemente ganaste tiempo para elegir cómo querés que sean tus vínculos, o tal vez, ganaste humildad, aprendiste a pedir perdón, a reconocer lo que podrías haber hecho diferente y a perdonarte.
Así que recordá, la vida no nos trae lo que queremos, trae lo que trae (en todo caso, podemos trabajar para manifestar otro tipo de vida y eso si también es una elección) y tiene que ver con lo que venimos a aprender en ésta vida… nuestro gran poder está en saber qué hacer con eso.
Ahí hacemos la diferencia, ahí podemos elegir, qué hacer con lo que pasa, qué aprender de la situación, qué hacer hacer diferente la próxima vez ¿y si elegís mirar los beneficios? encontrar fuerza en la adversidad, o seguir dando ese amor que tenés, eligiendo ponerlo en otro lado…
Ahí volves a ser el protagonista de la historia, ahí aumentás tu autoestima, aprendes y ganás, si eligiendo, ganás.
Pensalo, probá.. y después me contás!
Si crees que por éste momento, no estás pudiendo sola/o, estoy para acompañarte. Pedí posibilidad, pedí coaching.
Ester Inglese
Coach Ontológico Profesional Acreditado
Coach de Prosperidad en formación
wsp 3751 660207 / IG ester.inglese