Detección de problemas en la próstata: “Si no hay síntomas, el consejo es que a partir de los 45 años comiencen los chequeos”, señaló especialista en urología

El médico especialista en urología, Daniel Angeloni, brindó recomendaciones sobre la detección temprana de problemas de próstata y abordó inquietudes comunes acerca de la salud masculina, aclarando mitos sobre tratamientos y efectos secundarios.

Al igual que el mes de octubre está asociado con la concientización sobre el cáncer de mama (campaña del lazo rosa), noviembre se ha convertido en un mes en el que se enfoca en concienciar sobre el cáncer de próstata, utilizando el color azul como símbolo de apoyo. El especialista en urología y cirugías de alta complejidad, Daniel Angeloni, compartió los últimos avances en el diagnóstico y tratamientos de las afecciones prostáticas.

 “Si no hay síntomas, el consejo es que a partir de los 45 años comiencen los chequeos. El marcador principal utilizado en esta evaluación es el antígeno prostático específico, más conocido como PSA y sus variantes, como el PSA libre. No es el mejor marcador, pero es el que nos ayuda todos los días”, señaló.

En este contexto, explicó que el PSA  “es un análisis de sangre que se debe realizar en ayunas, sin haber andado en bicicleta o a caballo, también a veces cuando el laboratorio es muy estricto, con una abstinencia sexual de unas 72 horas”. Por otro lado, su interpretación debe ser cuidadosa y que, en caso de resultados anómalos, es recomendable repetir la prueba en condiciones controladas antes de tomar decisiones significativas.

Además, destacó que las recomendaciones de detección pueden variar según los antecedentes familiares de cáncer de próstata. Si un hombre tiene un familiar directo en la línea paterna con esta enfermedad, aconsejó comenzar los chequeos a partir de los 40 años, y si existen dos familiares con antecedentes, la detección debe comenzar a los 35 años.

En este sentido, subrayó que existen otros indicadores de la salud prostática además del PSA. Uno de ellos es el examen digital rectal, que proporciona información sobre la patología maligna y benigna de la próstata, así como datos sobre una enfermedad que tiene bastante prevalencia: la hipertrofia prostática. 

Sin embargo, reconoció que algunos pacientes pueden ser reacios a someterse a este examen. “Tenemos pacientes que son reacios y se niegan y están en su entero derecho. Entonces, hoy la tecnología aporta de que esté la resonancia nuclear magnética, que acá en la provincia hay varios centros que lo hacen y lo hacen muy bien”, afirmó Angeloni. 

También resaltó la importancia de concientizar a los hombres sobre el cuidado de su salud, no solo en lo que respecta a la próstata, sino también a otros aspectos médicos, como la salud renal. “A veces un simple examen ecográfico aporta datos muy importantes sobre la patología renal. Y no olvidemos de que tenemos dos riñones. Y esos dos riñones hay que cuidarlos y mucho”, indicó. En esta línea, recomendó que si un chequeo de PSA arroja resultados normales, es posible postergar el próximo control durante uno o incluso dos años, dependiendo de los valores obtenidos.

Por otro lado, señaló la relevancia de la raza en el desarrollo de cáncer de próstata, indicando que la población de raza negra tiene una alta tasa de prevalencia de esta enfermedad. A pesar de que el PSA es uno de los indicadores más utilizados, Angeloni destacó que otros factores, como infecciones o próstatas muy grandes, pueden elevar los valores del PSA sin necesariamente indicar cáncer. 

Sobre la hipertrofia prostática benigna, comentó que es una afección no cancerosa de la próstata que puede causar síntomas obstructivos, como disminución del calibre y la fuerza del flujo urinario, así como interrupciones en la micción y la sensación de vaciado incompleto de la vejiga. 

Además, señaló dos preocupaciones significativas: el olor a orina en la ropa interior y el impacto social que la enfermedad puede tener, ya que la necesidad constante de orinar puede afectar las actividades laborales y sociales de la persona. “Esto hace que el paciente no pueda desarrollar su actividad laboral o social, porque depende de los baños. Esta es una cuestión muy importante”, dijo. Por otro lado,  mencionó los síntomas irritativos, como la urgencia de orinar y la incontinencia ocasional. Es importante señalar que, en algunos casos, la hipertrofia prostática benigna puede revertirse sin necesidad de tratamiento médico.

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En cuanto a los síntomas urinarios, aclaró que la necesidad de orinar con frecuencia no es necesariamente un indicio de problemas de próstata. Puede estar relacionada con problemas en la uretra, la vejiga u otros factores. En caso de presentar síntomas irritativos u obstructivos, recomendó una visita al urólogo para su evaluación y diagnóstico.

El especialista desmitificó un temor común entre los pacientes sobre la posible disfunción eréctil después de tratamientos de próstata.“El único efecto secundario que puede experimentar el paciente es la retroeyaculación, lo que significa que la eyaculación se dirige hacia la vejiga en lugar de hacia afuera”, aseguró. 

Este efecto también puede ser causado por medicamentos, como los alfabloqueantes o los inhibidores de la 5-alfa reductasa, que se utilizan desde 1992. Ante esta situación, Angeloni aclaró que estos tratamientos no afectan la libido, la capacidad de tener relaciones sexuales, la erección ni el placer sexual del paciente.

Finalmente, en el caso del cáncer de próstata, los tratamientos pueden causar disfunción eréctil en un 40% de los casos, pero esta condición es tratable y no permanente. Angeloni señaló que, en casos de cáncer, la importancia de la detección temprana supera cualquier temor relacionado con el tratamiento.

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