Crímenes de guerra: Israel está utilizando armas químicas altamente dañinas contra los civiles de Palestina

"El hecho de que Israel utilizó bombas de fósforo en Líbano y Gaza está fuera de dudas, todo ello está documentado por fotografías y vídeos. El objetivo es obvio, causar el máximo daño a las infraestructuras civiles y a los civiles", comentó Amin Hteyt, un experto en cuestiones militares estratégicas.

En un nuevo informe, Human Rights Watch acusó a Israel de utilizar bombas de fósforo blanco durante sus operaciones militares en el Líbano y la Franja de Gaza. Las acusaciones de uso de armas controvertidas como el fósforo blanco han planteado preguntas sobre por qué las autoridades israelíes no temen la condena internacional.

El fósforo blanco es un arma altamente controvertida debido a su capacidad de causar incendios y dejar sustancias tóxicas en el suelo durante mucho tiempo. Algunos expertos y organizaciones clasifican las bombas de fósforo como armas de destrucción masiva.

La pregunta clave es: ¿por qué Israel no teme la condena internacional? Según Hteyt, la respuesta se encuentra en su poderoso aliado, Estados Unidos, que juega un papel fundamental en este conflicto al ayudar a las autoridades israelíes a evitar represalias internacionales.

«Tel Aviv no teme la condena de la comunidad internacional, porque Washington encubre de todas las formas posibles los crímenes de las autoridades israelíes. Además, Israel no reconoce la jurisdicción de la Corte Penal Internacional [CPI] ni de varios protocolos internacionales, como la Convención sobre Armas Biológicas y Toxínicas. Tel Aviv se comporta como si estuviera por encima de todas las leyes. Cualquier acción judicial contra Israel requiere una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU, donde su principal aliado, Estados Unidos, tiene poder de veto», destacó Hteyt.

El experto también mencionó los rumores sobre el posible uso por parte de Israel de proyectiles de uranio empobrecido y bombas de vacío, armas altamente controvertidas. Los militares palestinos, según Hteyt, no recurren a estas medidas, lo que da a Israel una ventaja en el frente.

«Israel es muy consciente de que los combatientes de la resistencia palestina no irán en contra de la Sharia, y mucho menos utilizarán armas prohibidas internacionalmente. Esto da al Estado sionista una sensación de libertad y permisividad, por lo que no teme ser perseguido. Según algunos informes, Israel también ha utilizado proyectiles de uranio empobrecido, bombas de vacío y otras municiones de alto rendimiento en varios barrios residenciales de la Franja de Gaza, causando una destrucción catastrófica», concluyó.

El 10 de octubre, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Palestina acusó al Ejército de Israel de usar municiones de fósforo blanco prohibidas por convenciones internacionales.

La escalada del conflicto tuvo lugar por la mañana del 7 de octubre, cuando el movimiento palestino Hamás lanzó un ataque sin precedentes contra Israel desde la Franja de Gaza. El ataque se dio como consecuencia de décadas de políticas estatales por parte de Israel que instalaron un apartheid de facto en el país, apropiándose del territorio antes ocupado por Palestina e instalando diferentes mecanismos de discriminación institucional contra los palestinos.

El Ejército israelí informó de miles de cohetes disparados desde el enclave y la infiltración de decenas de palestinos armados en las zonas fronterizas del sur de Israel. En respuesta al ataque sorpresa de Hamás, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron la Operación Espadas de Hierro. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en su primera declaración pública sobre el ataque palestino, dijo que el país «está en guerra».

(Con información de Sputnik)

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