Tras cuatro audiencias en el Salón de Usos Múltiples del Palacio de Justicia, el Tribunal Penal Uno condenó a Julio Werner Lutz (30) a la pena de 4 años de prisión por chocar y matar a Fernando Vázquez (24) en 2016.
Con una ronda de alegatos que inició pasadas las 9.30 horas de este jueves y concluyó cerca de las 12.30 horas, el Tribunal Penal Uno, presidido por Gustavo Bernie y acompañado por Viviana Cukla y Miguel Mattos (subrogante), condenó a Julio Werner Lutz a 4 años de prisión por el delito de homicidio culposo.
El ahora condenado llegó a juicio imputado por homicidio simple, pero tanto desde el Ministerio Público Fiscal como desde la defensa, coincidieron que para la condena sea aplicado el homicidio culposo.
El hecho investigado se remonta al 20 de agosto de 2016 sobre las avenidas Alicia Moreau de Justo – ex ruta 213- casi Las Américas, alrededor de las 21.30 horas.
Julio Werner Lutz, a bordo de un Ford Fiesta Kinetic, embistió de atrás a la motocicleta de 125 cc conducida por Fernando Fabián Vázquez, quien falleció al instante, cuya causa efectiva de muerte fue un traumatismo cráneo encefálico con compromiso vertebral alto que provocó hemorragia masiva en el cerebro.
Este jueves, en primer término, el Fiscal Martin Rau comenzó su alegato recordando que el imputado se encontraba en el Autódromo, junto a Florencia y Sabrina. Al salir, se dirigieron por avenida Fangio hacia ex ruta 213, a gran velocidad y trasponiendo semáforos en rojo. Luego, se produce el hecho delictivo.
«El imputado, habiendo consumido alcohol y un porro, en exceso de velocidad y habiendo sido advertido por sus acompañantes del auto de que había una motocicleta parada a la izquierda, decidió trasponerlo y chocar a Fernando Vázquez».
Mencionó que valoró toda la prueba incorporada, en debate y en instrucción, pasando luego a analizar los dichos del imputado. «Nos dijo que esa noche estaba en el Autódromo y se cruzó con las chicas, compró tres latas y salió apurado. Cuando entro a la rotonda, ve que delante de él venía un vehículo automotor que circulaba por la derecha igual que él, pensó que el auto seguiría porque estaba el semáforo en amarillo, entonces pegó un volantazo y chocó la moto. Dijo que le reventaron los airbags en la cara y no entendía que pasó».
Tras ello, según la propia declaración de Werner Lutz en el debate, paró el auto, gritó y le avisaron que había chocado a una persona. Le llamó a su papá y le pidió que venga. Llegó un 206 y bajo una conservadora para que suban las mujeres que lo acompañaban.
Relató que fue al oculista luego de estar catorce meses detenido y le diagnosticaron un tumor que le provoca la falta de visión en el ojo izquierdo.
«Florencia dijo que él los busco y cuando salieron del Autódromo iba muy rápido y zigzagueando, aproximadamente a 130 kilómetros por hora. El imputado tomo cerveza, champagne y fumo un porro».
Según la testigo, no hubo ningún volantazo porque fue su amiga quien levantó el freno de mano antes del accidente.
Luego, en la jornada del miércoles, Sabrina dijo que el imputado la buscó a las 18.30 de su casa y luego, a Florencia. Tomaron cerveza y, cuando salieron, iban a gran velocidad y le aceleró al auto de Denis Vuotto. Llegando al lugar del hecho, vieron la moto, le gritaron, pero Lutz no hizo caso.
El representante del Ministerio Público Fiscal luego se refirió al testimonio de Gonzalo Silva, al cual muchos testigos lo ubican en el lugar del hecho. Conducía un Fiat 600.
«Contó que le pasó por la izquierda un Ford Fiesta rojo, cuando llegó al semáforo escuchó una explosión. Chocó a un chico que estaba en una moto. Luego paró un 206, tuvieron la intención de levantar a las chicas, bajó la conservadora y le pidieron que la llevará y la devolviese. Vino una policía y pensó que quería llevársela del lugar del hecho».
Se incorporó por lectura la declaración de un suboficial que llegó al lugar del hecho, quien constató que cuando llegó a la intersección de las avenidas, la víctima ya estaba muerta. Posteriormente, otro uniformado que trabajaba en la comisaría decimoquinta, da un dato de color: no hubo huellas de frenada y que el vehículo se detuvo a 200 metros.
«El deceso de la víctima fue violenta. No sé encontraron rastros de frenado, ni de un volantazo. El vehículo iba a 99,5 kilómetros por hora. A 67 metros del lugar del hecho quedó el cuerpo de la víctima y el auto a 140», explico Rau.
Apunto a qué el imputado tenía antecedentes por cruzar en rojo y conducir en estado de ebriedad.
«Fue objeto de cuestionamiento si la conducta fue dolosa o culposa. Florencia dice que la música estaba fuerte, pero se escuchaban entre ellos, que le avisaron al chico que estaba la moto, pero él no paró. Es un testimonio subjetivo. Si hay dolo, el imputado debe haber aceptado el resultado, pero debo analizar la duda a favor de Lutz. Sabrina dice que el no vio la moto, que estaba en estado de shock, que le gritó, pero él no escuchó. Esto pasa cuando es una conducta culposa. Él se subió antirreglamentariamente a conducir, tomó alcohol y fumó un porrito».
Hizo referencia a qué ha quedado acreditado una conducta de conducir un vehículo automotor grave y una falta al deber de cuidado, conducción inexperta y antirreglamentaria. «Ciertos aspectos de la causa benefician al imputado, no se vio reflejada en la prueba el elemento cognitivo del dolo».
Por último, El Fiscal Martin Rau le pidió al Tribunal que condenen al imputado a 5 años de prisión de cumplimiento efectivo y 10 años de inhabilitación y costas.
No vio la moto
Posteriormente, fue el turno de alegar de la defensa, en cabeza del reconocido abogado penalista Eduardo Paredes, quien dio una clase magistral de derecho.
Mencionó que por el alegato del Ministerio Público Fiscal y su pedido de homicidio culposo, hizo reducir un poco su exposición. «Cada debate se tiene que saber porque se pide lo que se pide».
Explicó que la hipótesis se construye por los dichos de Sabrina y Florencia y, la contra hipótesis surge durante el debate, con la declaración de Lutz. Dijo que la prueba testimonial es la más falible. «Se cree que la memoria funciona como una cámara fotográfica, pero funciona cuando uno empieza a recordar».
En su declaración, Florencia Wille Bille dice que su amiga (Sabrina) acciona el freno de mano antes del impacto y después del accidente, Lutz se asustó y llamó a su papá.
«Ella menciona que la amiga accionó el freno de mano antes del impacto. Cómo ella puede saber que era un chico si no recuerda la ropa que tenía puesta y además era de noche».
Se refirió a qué, desde la defensa, trataran de probar que Lutz no vio nunca a la moto. «Un auto a 140 kilómetros por hora recorre 50 metros en un instante, por lo cual lo que ella dice que le avisaron que estaba la moto, puede no ser cierto».
Siguió, «No es posible que Florencia haya visto la moto desde la rotonda, teniendo en cuenta además que era de noche. El no vio la moto, es una violación al deber de debido cuidado. Sabrina Chávez dice que el no vio la moto, fue sorpresa. El novio, ni podía ver la moto. Nunca tuvo que haber manejado, ni tenido registro de conducir».
Continuó analizando la declaración de Silva, que condice con lo que contó Lutz. Según el imputado, él iba por la derecha, le cruzó al Fiat 600, hizo una maniobra a la izquierda y le chocó a la moto. «Silva en su declaración dijo que no sabía con que chocó el Ford Fiesta, era de noche y había un problema en la visión de la moto».
Explicó que Lutz siempre estuvo en violación de debido cuidado, nunca tuvo que haber manejado, ya que no tiene visión del lado izquierdo. «Tiene una optometría de 9 o 10 en su carnet de conducir. Tenía un tumor que presionaba el nervio óptico izquierdo, no veía, y de ese lado se produjo el accidente. El impacto del auto es bien sobre el borde de la moto».
Dijo que, si se cree que el imputado no ve del lado izquierdo, hay un error de tipo inevitable, es decir no hay delito. «La segunda hipótesis es que el venía por el lado izquierdo, con música fuerte y el semáforo del lado derecho. Ve el auto de Silva y el chico de la moto estaba con ropa oscura, no lo vio. Nosotros tenemos visión periférica, él no».
Expresó que las personas nos manejamos con pautas culturales, no llevamos ni el Código Penal ni la Ley de Tránsito en la mano. «No hay que mirar el resultado, la muerte es una tragedia, responder a la familia no es posible».
Siguió, «La pena no resocializa, es dolor. No hay sentido de aplicarle una pena alta. El no puede manejar nunca más, y no lo va a hacer nunca más. Ni en la mejor cárcel una persona aprende a vivir en libertad encerrado».
Señaló que un juez hace control constitucional, no es un legitimador de pena. Pidió la absolución de Wener Lutz o que subsidiariamente se le aplique la pena mínima.