Insólito | China está obligando a que ejecutivos financieros privados estudien las bases del socialismo

Esta semana el gobierno chino comenzó a tomar medidas inusuales al exigir que ejecutivos de bancos internacionales dediquen un tercio de su tiempo a estudiar el socialismo chino, planteando preguntas sobre el futuro de las relaciones comerciales globales y la influencia del Estado en la economía.

Desde hace algunas semanas, el gobierno central de China está poniendo en práctica una serie de medidas dirigidas a los grandes bancos y entidades financieras privadas que tienen negocios en el país.

Según lo reportado por Bloomberg, algunos ejecutivos de empresas como BlackRock y Franklin Templeton están siendo obligados por el Estado a estudiar los principios del socialismo con características chinas, según se informó.

Las sesiones de estudio deben ocupar al menos un tercio del tiempo de los empresarios, y hasta se informó que se están organizando actividades y cursos presenciales sobre el tema.

El estudio está centrado en los principios del Pensamiento de Xi Jinping, o “socialismo con características chinas para la nueva era”, una serie de directrices promocionadas por el actual presidente Xi Jinping para analizar el rol del Estado y las empresas privadas en una economía socialista de mercado.

La filosofía es una vertiente del socialismo con características chinas adaptada a la situación actual del país. El socialismo con características chinas fue iniciado a finales de los ‘70, y se destaca por una inédita fusión entre actividad comercial privada y fuertes regulaciones estatales.

Esta combinación es a la que muchos analistas apuntan al explicar el inigualable crecimiento económico del país, que pasó de ser un país pobre a una potencia mundial en menos de medio siglo.

Además, el gobierno aprobó una serie de leyes que limitan fuertemente las posibilidades de actuación que tienen los bancos internacionales dentro de China, ampliando la influencia de los bancos nacionales.

Estos esfuerzos se corresponden con una inmensa campaña anti-corrupción dedicada, en parte, a aumentar la eficiencia de las empresas estatales del país, que se encuentran actualmente entre las empresas más poderosas y ricas del mundo, y de aumentar la influencia del Estado y su ideología sobre la economía, con tal de evitar los excesos del libre mercado.

Esta campaña anti-corrupción ya repartió varias multas y sentencias, como la multa de $31 millones que el Estado puso en marzo de este año sobre la empresa inglesa de auditoría Deloitte, después de que se descubriese que había auditado mal los balances de una empresa estatal dedicada a la gestión de deuda.

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