El pasado jueves, Paraguay tomó la decisión unilateral de abrir al máximo el vertedero de Aña Cuá, un brazo esencial del río Paraná, provocando un desbalance significativo en la generación de energía para la represa de Yacyretá.
Esta acción, que tuvo lugar entre las 19 y 23 horas del 7 de septiembre, tensionó aún más las ya delicadas relaciones diplomáticas entre Argentina y Paraguay.
El vertedero de Aña Cuá, vital en la administración del caudal ecológico del río Paraná, cuenta con compuertas que permiten regular el paso de 1.000 metros cúbicos por segundo. Sin embargo, en la jornada citada, técnicos paraguayos ajustaron estas compuertas para liberar 2.000 metros cúbicos, incrementándolo posteriormente a 4.000.
Solo tras la intervención del titular de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) por Argentina, Fernando de Vido, el viernes alrededor de las 17 horas, las operaciones del vertedero se normalizaron. De Vido expresó su preocupación y alarma ante la prensa, «Ayer recibimos una comunicación de que, por una medida unilateral, decidieron abrir las compuertas del brazo Aña Cuá. Llevaron el caudal, que normalmente es de 1.000 metros cúbicos por segundo, a 1.500, luego a 3.000 y finalmente a 4.000”.
El reclamo argentino fue dirigido al recién nombrado titular de la EBY por Paraguay, Luis Benítez Cuevas, quien supervisó el retorno de las compuertas a su estado original. No obstante, el incidente no ha pasado inadvertido. De Vido señaló que si esta situación se hubiera prolongado, la generación de energía, vital para la Argentina, hubiera sido gravemente afectada.
Este incidente pone en el foco la delicada equidad y colaboración binacional en la administración de recursos compartidos. A medida que las investigaciones continúan, se espera que ambas naciones encuentren un terreno común para evitar futuros desencuentros de esta magnitud.
Una medida de la EBY afectará a la altura del río Paraná
