Juicio por la violación grupal en Palermo: la víctima dijo que vive con miedo y aseguró que no hubo consentimiento

La joven se presentó ante el Tribunal que analiza los hechos ocurridos en febrero de 2022. Identificó a dos de los seis acusados y explicó que jamás podría estar con un hombre porque es homosexual. También declaró su madre y el amigo que la acompañaba el día de los hechos

R., la joven que fue presuntamente abusada por seis jóvenes arriba de un auto durante la mañana y la tarde del 28 de febrero de 2022, declaró en la segunda audiencia del juicio contra los imputados y aseguró que no prestó consentimiento para tener relaciones sexuales con ninguno de ellos.

La víctima denunciante finalmente declaró de manera presencial en los Tribunales de la calle Lavalle durante la mañana de este viernes. Fue un testimonio de algo más de una hora y, como todo el juicio, a puertas cerradas, dado el carácter privado de los hechos. Lo hizo sin la presencia de los acusados, que fueron llevados a una sala contigua desde donde pudieron escuchar el testimonio de la mujer. Además de ella, testificaron su madre y el amigo que salió esa noche con ella.

R. negó que haya prestado consentimiento a sus agresores sexuales. Dijo que no tiene orientación sexual como para estar con hombres. El fiscal del juicio, Fernando Klappenbach, le preguntó si ocasionalmente estaba con hombres y ella también negó. Fue una pregunta muy puntual en la que el representante del Ministerio Público intentó indagar si ocasionalmente podría estar con un hombre. La joven lo negó de manera categórica.

“Habló bastante de cuestiones atribuibles al estrés postraumático”, relataron las fuentes. Contó que tiene pesadillas y un sueño recurrente: “Siento que me voy a morir. Sueño que me secuestran, que me llevan en un auto a un lugar muy oscuro”.

También reconoció que le daba “mucho miedo” salir a la calle, que le daba “vergüenza” su situación y que tenía temor a que la reconozcan por la repercusión mediática que tuvo el caso. De hecho, explicó que había tenido que cambiar de sector en su trabajo, donde hacía atención al público, porque le resultaba muy difícil el contacto con personas que no fueran de un círculo muy íntimo. También contó que había tenido que dejar su carrera de Ingeniería en Sistemas y que el presunto abuso cambió totalmente su vida cotidiana.

La audiencia comenzó pasadas las 9.30 con la declaración de la víctima ante los jueces Gabriel Vega, Gustavo Valle y Domingo Altieri, del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°14 de la Capital Federal, el fiscal general Fernando Klappenbach, como parte acusadora, y su abogado, Hugo Figueroa, y los defensores de los acusados, algunos particulares y otros, oficiales.

Los acusados son Ángel Pascual Ramos (24), Lautaro Dante Ciongo Pasotti (25), Thomas Fabián Domínguez (22), Franco Jesús Lykan (24), Alexis Steven Cuzzoni (21) e Ignacio Retondo (24), todos con prisión preventiva. Están imputados por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por la intervención de dos o más personas”, todos en calidad de coautores y de ser hallados culpables podrían pasar hasta 20 años en prisión.

A Cuzzoni dijo que lo recuerda pero no tiene registro de su nombre. Y sí recuerda a Retondo, el momento en que lo conoció que lo vio con una guitarra “delante de unas persianas coloridas”. En ese sentido, explicó que de aquella jornada tiene recuerdos “segmentados”. Alguien que presenció la audiencia explicó que “a medida que avanza su relato se entiende que refiere a flashes desordenados cronológicamente”.

En la declaración hecha durante la instrucción del caso, la víctima no había podido dar referencias de algún tipo en torno a la modalidad del ataque sexual ya que no recordaba nada, lo que le permitió al fiscal de esa etapa, Eduardo Enrique Rosende, inferir que eso “es absolutamente demostrativo de la falta de capacidad de prestar su consentimiento para ello al momento del hecho”.

En el requerimiento de elevación a juicio, Rosende consideró que la “falta de posibilidad de resistirse o falta de capacidad de manifestarse por la negativa, o de poner algún tipo de freno a las situaciones que la victimizaron, resultó palmaria dada su evidente vulnerabilidad, y ciertamente aprovechada por el grupo abusador para llevar adelante sus machistas prácticas libidinosas”.

Según las pericias toxicológicas, la joven había consumido esa noche alcohol, marihuana y anfetaminas. Esta última sustancia se presume que le fue dada también sin su consentimiento porque al testificar ella declaró que no había tomado ese tipo de droga. Eso lo repitió este viernes.

“Se le preguntó si había consumido alguna vez otro tipo de drogas y lo negó. Y dijo que la madre le había advertido que en caso de experimentar con drogas químicas no se mezclaban con alcohol y lo tiene presente y no hubiera mezclado”, les dijo a los jueces del Tribunal.

La víctima y su madre hicieron referencia respectivamente a que, al año del hecho, Domínguez le escribió por Instagram con un link que llevaba a un informe “periodístico” del estilo conspiranoico en el que se asevera que todo el caso fue un invento de la panadera que denunció la violación a la policía, ya que esa tarde el auto estaba estacionado frente a la puerta de su local.

La madre de R. detalló en su declaración algo que hasta ahora no se sabía, y es que antes de haber tenido una llamada telefónica esa mañana del 28 de febrero, su hija le respondió un mensaje “ininteligible”. Y que luego de eso, de tanto llamarla, la atendió. La madre declaró que en esa llamada R. le contestaba “cualquier cosa”, que varias veces le tuvo que insistir y que no daba respuestas coherentes. Los jueces ordenaron que se extraiga la impresión de pantalla para sumar a la causa ese mensaje.

Cerca de las 13 declaró también el amigo de la víctima que estuvo con ella hasta la mañana del 28 de febrero, previo a la agresión sexual en el auto. “La declaración de Iglesias fue categórica, los acomodó a todos en tiempo y lugar, cuándo llegan, cuándo se van”, explicó la fuente. Y dijo: “Te dabas cuenta que estaban demasiado interesados en ella, le caminaban por atrás, nunca la dejaban sola”.

El juicio seguirá el próximo lunes con la declaración de cuatro testigos. Entre ellos, dará testimonio “Charly”, una mujer que conoció esa madrugada a la víctima en el boliche al que habían ido y con quien habían intercambiado besos y charla. “Servirá para demostrar dónde estaba puesta la líbido de la víctima”, detalló la fuente consultada.

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