Emilio Pufahl, delegado de la Lucha contra la Trata en Misiones, resaltó el rol medular de los medios en la visibilización de casos de derechos vulnerados, mientras insistió en un abordaje transversal y organizado de este delito. A pesar de numerosas denuncias y campañas de concientización, subrayó la preocupante falta de avance en la justicia, especialmente en casos de explotación laboral rural.
Emilio Pufahl- LT4
Desde 2013, cada 30 de julio, se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, un problema persistente y grave en torno al cual la Asamblea General de las Naciones Unidas busca concientizar a la sociedad y a los gobiernos. Emilio Pufahl, delegado del Comité Ejecutivo de la Lucha contra la Trata en Misiones, comentó que realizan «una tarea silenciosa, de sensibilización, de concientización, de trabajo articulado con los distintos organismos del Estado para la prevención en los casos de trata y tráfico ilícito», declaró.
Además, manifestó que trabajan a partir de mesas interinstitucionales que funcionan en todas las provincias del país, con el objetivo de abordarlo transversalmente, debido a que «es un delito complejo, están organizados y manejan grandes sumas de dinero y nosotros entendemos que también debemos abordarlo de la misma forma, organizadamente», pues según indicó, se enfocan en la prevención, persecución del delito y asistencia y restitución de derechos a las víctimas.
Pufahl subrayó la importancia de la coordinación con países vecinos, como Paraguay y Brasil, especialmente en las regiones fronterizas. También mencionó la participación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la lucha contra el trabajo infantil y la explotación laboral.
En este sentido, el delegado habló sobre las prácticas de explotación laboral rural que siguen vigentes, a pesar de las medidas preventivas. «Estos modus operandi van mutando constantemente y van buscando la veta para que estas prácticas de explotación y de indignidad humana sigan ocurriendo», explicó.
El entrevistado describió la trata de personas como un delito complejo que conlleva una amplia logística de organizaciones internacionales, en muchas ocasiones. En su opinión, lo que no se dice a menudo es que las víctimas no se reconocen como tal debido al «trabajo sofisticado que realizan los tratantes», que hace que las personas no logren percibirse en situaciones de trata o explotación y cuando tienen oportunidad de denunciar, no lo hacen.
Por estas razones, planteó que la Justicia precisa avanzar puntualmente en la investigación de estos lamentables episodios en lugar de considerarlos “simples infracciones laborales”. Y agregó que “son condiciones de vulnerabilidad total con las que conviven las personas y muchas veces habitan”. Así, ponderó el rol de los medios para visibilizar los casos y que los organismos de justicia avancen en esta dirección.
Aún así, advirtió que si bien «hay muchas denuncias a través de toda esta campaña de concientización, cuando sale a la luz algún caso emblemático o alguna personalidad que sale en la televisión o en la radio conocida, empiezan también las denuncias a multiplicarse». Sin embargo, mencionó su preocupación por la falta de progreso en los casos de explotación laboral en la justicia. Según afirmó, «en los avances en la justicia no estamos viendo los mismos resultados».
Algunas de las terribles condiciones que sufren los trabajadores consisten en que «son explotados, no les pagan el sueldo, les sacan el DNI, aunque puedan salir, no tienen acceso, no tienen medios, o están muy lejos de la ciudad o ni siquiera saben dónde están puntualmente», manifestó asegurando que las patronales utilizan a su favor el desconocimiento y vulnerabilidad de este grupo de personas.
Finalmente, el defensor de los derechos humanos, mantiene la esperanza en el avance de la justicia en Argentina, destacando que como comunidad se recomienda estar atentos porque es un delito que muta y “son redes que ofrecen lo que uno busca, son muy auspiciosos” para captar a las víctimas. Cerró recordando llamar al 145 para pedir ayuda o para denunciar una situación cercana sospechosa.