“No midieron las consecuencias y me llevé la peor parte”, dijo Michael Verón sobre la “bienvenida” que tuvo en el Club de Suboficiales del Ejército en Apóstoles

Michael Verón, de 26 años, quien fue víctima de un ritual de "bienvenida" en el destacamento militar de Apóstoles cuando aspiraba a convertirse en suboficial, está parapléjico, sigue internado y contó que perdió el conocimiento "21 días".

El hecho ocurrió el 8 de junio del 2022. En ese momento, su familia denunció que el joven había sido humillado y forzado a tomar bebidas alcohólicas, entre otros abusos. Verón participaba en un almuerzo en el Club de Suboficiales del Ejército en Apóstoles para celebrar su egreso y el de otros cuatro jóvenes que se iban a incorporar al Regimiento de Monte 30, cuando sufrió el desplazamiento de la cuarta y quinta vértebra de la columna. Las lesiones ocurrieron cuando el joven fue arrojado a una pileta.

Dos semanas antes había muerto el subteniente Matías Chirino de 22 años en una situación similar. Chirino había sido obligado a celebrar junto a sus compañeros y jefes del Grupo de Artillería Nº 3 del Ejército Argentino su «iniciación» en la unidad militar de Paso de los Libres, ubicada a 370 kilómetros de la capital correntina. Chirino fue obligado a beber y comer en exceso y luego a tirarse a la pileta.

En el caso de Verón, durante el ritual, que es conocido como «bautismo» o «iniciación», le hicieron hacer un asado para todos pero no se lo dejaron comer» y «le hicieron tomar vino puro con fondo blanco, mezclado con chimichurri, limón y otras bebidas alcohólicas», había contado Mónica, la madre del joven.

A más de un año de ese brutal episodio, Verón contó que «muchas cosas no recuerdo. Fue el 8 de junio del año pasado cuando mi familia recibió la peor noticia que nos cambió la vida a todos. Estaba haciendo la carrera militar y me hicieron la bienvenida en el destacamento de Apóstoles».

Añadió: «Cada actividad que se hacía estaba ordenada, no me acuerdo si me caí o me empujaron o me tiraron. Acá los chicos no midieron las consecuencias y me llevé la peor parte yo y mi familia».

«La caída en la pileta me provocó una lesión dejándome parapléjico, donde tuve varias intervenciones quirúrgicas. Hoy estoy con tratamiento de psicólogos y psiquiatras, se hace muy pesado esto», dijo Verón en diálogo con el programa «Yo no fui» en Radio con vos.

El soldado estuvo 21 días internado en Misiones y, al levantarse, estaba con un «fuerte dolor» e «intubado». Actualmentee sigue hospitalizado en una clínica de rehabilitación en la provincia de Buenos Aires y le reclama al Ejército que le dé apoyo para que no pierda el contacto con su familia, oriunda de Misiones.

«Ojalá que esto cambie después de lo que me pasó a mí», indicó y señaló que «hay que poner un punto final» a estos brutales rituales del ámbito militar.

 

 

 

Fuente: Página 12

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