Corea del Norte ha lanzado este miércoles su primer misil balístico intercontinental en tres meses, en lo que parece ser una respuesta directa al supuesto reciente vuelo de un avión espía estadounidense sobre su Zona Económica Exclusiva.
Dos días antes del lanzamiento, el régimen de Kim Jong-un había amenazado con «impresionantes consecuencias» tras asegurar que un avión espía estadounidense había sobrevolado su espacio aéreo.
El lanzamiento del misil ha generado preocupación tanto en Corea del Sur como en Japón. Tokio ha anunciado una respuesta coordinada ante esta provocación norcoreana. «Se acaba de celebrar una conversación telefónica entre Japón, Estados Unidos y Corea del Sur a nivel de director general del Ministerio de Asuntos Exteriores», declaró Hirokazu Matsuno, secretario del Jefe de Gabinete de Japón. «El Gobierno responderá en estrecha cooperación con Estados Unidos, Corea del Sur y la comunidad internacional, incluso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y seguirá haciendo todo lo posible para recopilar, analizar y supervisar la información para proteger la vida y los bienes de la población».
Según fuentes oficiales en Tokio, el proyectil fue disparado desde la región de Piongyang y voló aproximadamente mil kilómetros durante un tiempo récord de 74 minutos. Esta duración marca un hito, siendo la mayor registrada por un arma lanzada por Corea del Norte. Finalmente, el misil cayó en aguas entre la península de Corea y Japón.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, hizo hincapié en el hecho de que el programa de misiles norcoreano viola el derecho internacional y múltiples resoluciones de las Naciones Unidas. Desde Vilna, donde se celebra una cumbre de la Alianza Atlántica, Stoltenberg expresó su preocupación y destacó la necesidad de tomar medidas firmes para abordar esta amenaza.
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, convocó una reunión de emergencia con el Consejo de Seguridad Nacional de su país en la capital lituana y advirtió sobre la implementación de nuevas y potentes sanciones internacionales contra Corea del Norte. El objetivo es ejercer una mayor presión para frenar el programa de armas nucleares y misiles balísticos del régimen de Kim Jong-un.
La comunidad internacional, especialmente los países vecinos de Corea del Norte, se mantienen en alerta ante estos desarrollos y buscan una respuesta coordinada para hacer frente a esta creciente amenaza en la región. Con información de Euro News.
