El gasoducto Néstor Kirchner, en números: inversión de US$2.500 millones y creación de 40.000 puestos de trabajo

El gasoducto Néstor Kirchner, inaugurado por el Gobierno nacional en la tarde de este domingo, se extiende a lo largo de 573 kilómetros y atraviesa cuatro provincias: Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires.

La construcción de la primera etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) demandó una inversión de US$2.500 millones, pero la envergadura y logística de su construcción dejó un impacto equivalente a más del 12% del Producto Bruto Geográfico (PBG) en la zona de influencia por la que pasa el tendido, junto con la creación de 40.000 puestos de trabajo y un fuerte impulso en materia de innovación tecnológica.

En números concretos, la traza de 573 kilómetros atravesó 4 provincias, en un área de influencia de un millón de personas. En la obra, de gran logística y planificación se utilizaron 2.300 maquinarias pesadas movilizadas, 48.000 tubos de 36 pulgadas, se realizaron 13.568 viajes en camión y se utilizaron 7,6 millones de litros de combustibles.

La planta Saturno, que opera la transportista TGS, será el punto de vinculación con el gasoducto Neuba II, a través del cual llegará el gas producido en Vaca Muerta, en una primera instancia con 11 millones de metros cúbicos por día (m3d) hasta el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA).

Ese volumen se ampliará a entre 22 y 24 millones cuando se incorporen las nuevas plantas compresoras; y a 44 millones, una vez inaugurado el segundo tramo.

La inversión estimada para la Etapa I del GPNK -entre la localidad de Tratayen, en la provincia de Neuquén, y Salliqueló, en el distrito bonaerense- y sus obras complementarias que integran el gasoducto Mercedes-Cardales, el loop de ampliación Neuba II y la nueva planta compresora de Mercedes, se estiman en un total de US$ 2.524 millones.

El gasoducto, que comprende una segunda etapa próxima a ser licitada para completar otros 1.050 kilómetros de extensión, es un componente central del conjunto de obras destinadas a ampliar la capacidad del sistema de transporte de gas y a optimizar su utilización, con nueva infraestructura y su interconexión de los sistemas de transporte existentes.

Su potencial radica en las posibilidades de autoabastecimiento, en la exportación futura de gas natural y en mejoras en la competitividad industrial del país, por el desplazamiento de combustibles más caros por el gas natural de Vaca Muerta, entre los aspectos más destacados.

La envergadura que tuvo la obra se refleja en el impacto local y nacional que tuvo la inversión en el GPNK y sus complementarias, que equivale al 12% del Producto Bruto Geográfico (PBG) del área de influencias del proyecto a lo largo de las cuatro provincias que atraviesa: Neuquén, Río Negro, La Pampa y en distintas zonas de Buenos Aires.

Allí, la distribución de beneficios indirectos se percibió en departamentos como Añelo, en la provincia de Neuquén; General Roca, en Río Negro; Puelén, Limay Mahaida, Curacó, Utracán y Atreuca, en La Pampa, Adolfo Alsina, Guaminí, Tres Lomas, Salliqueló, Hipólito Yrigoyen, Carlos Casares, Exaltación de la Cruz, Lujan, Mercedes, Navarro, San Andrés de Giles y Zarate, en la provincia de Buenos Aires.

Esos US$ 2.524 millones además tuvieron su incidencia para el agregado nacional por el equivalente al 1,9% del presupuesto de la Administración Pública y al 0,4% del PIB argentino de 2022, de acuerdo a estimaciones realizadas por Energía Argentina y la Universidad de Buenos Aires.

La inversión en el GPNK, que asciende aproximadamente a $310 mil millones de pesos, es una suma que incrementará el Valor Bruto de Producción (VBP) de la economía en $540 mil millones, en valores estimados al inicio de la obra. Pero en términos relativos, ese impacto se puede traducir en que de cada $1 invertido en la construcción del gasoducto y las obras complementarias se generaron $0,74 adicionales en el resto de la economía, dentro de la cual los sectores más beneficiados fueron la industria manufacturera, la construcción, la explotación de minas y canteras, comercio, transporte y almacenamiento.

Impacto en el empleo

En materia de empleo, se afirma que la obra principal que se abarcó en tres frentes simultáneos a lo largo de la traza, tuvo un fuerte impacto en la generación de puestos de trabajo y alcanzó los 5.500 directos y unos 40.000 si se consideran los indirectos.

Para esta primera etapa de construcción, las contratistas de los renglones 1 a 4 movilizaron más de 2.300 maquinarias y equipos e incorporaron nuevas tecnologías, entre los que se incluyeron equipos de transporte; equipos de soldado; tiendetubos; equipos de elevación; grupos electrógenos; motocompresores; motobombas; excavadoras, topadoras y equipos viales.

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Se destacó particularmente el sistema de soldadura automática importado desde Estados Unidos para esta obra, cuya utilización por primera vez en Argentina incrementó significativamente el ritmo de producción, minimizando tiempos y errores.

En el mismo sentido, las plantas doble juntas permitieron soldar dos tubos de 12 metros cada uno, para bajar al terreno los caños ya con una soldadura previa y minimizar los traslados y las tareas en la traza, lo que contribuyó al salto de productividad en el proceso la construcción en tiempo récord.

Pero además de lo cuantitativo, al reducir los plazos de los 24 meses originales a sólo 10, se generaron nuevas capacidades locales para el uso de este tipo de tecnologías, lo que dejará operarios ya formados para el desarrollo de las futuras obras de ampliación del sistema de gas proyectadas.

Las empresas llevaron adelante diferentes estrategias de contratación, tales como priorizar las propias redes de reclutamiento para convocar a sus expertos de todo el país, a partir de bases de datos y bolsas de trabajo, y la articulación con gobernaciones provinciales, intendencias locales y delegaciones regionales de la Unión Obrera de la Construcción.

La prioridad fue la contratación de trabajadores provenientes de las provincias donde se realizó la obra, para la cual se incorporaron 340 mujeres que representaron un 6,9% del total, pero en casos específicos se debió recurrir a expertos calificados del exterior.

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