Misiones | La recolección diferenciada de residuos en la capital misionera cumplió 3 años

El programa de recolección diferenciada de residuos en Posadas se puso en marcha por primera vez el 5 de junio del 2020, y desde entonces a marcado un cambio de paradigma en la forma en que se manejan los desechos en la ciudad. Héctor Cardozo, director de Girsu (Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos), se refirió a los avances logrados.

Además de la recolección diferenciada de residuos, el funcionario municipal valoró la importancia de involucrar a los vecinos en este proceso hacia la economía circular y el re aprovechamiento de materiales. «Arrancamos cambiando la forma y el paradigma sobre la recolección de residuos, tratando de que los vecinos se fijen que van a sacar para que después con eso se pueda llevar la economía circular, al re aprovechamiento y disminuir lo que nosotros estamos enterrando en el relleno sanitario».

Desde hace tres años, la gestión de residuos en Posadas ha experimentado significativas mejoras. La ciudad se muestra más limpia y ordenada, y los vecinos están respondiendo positivamente a las iniciativas implementadas, en este sentido Cardozo remarcó el mayor nivel de involucramiento de la comunidad, afirmando que «hay muchos más vecinos involucrado. Los vecinos responden bien, estamos mejor que antes».

La clasificación en origen es el punto de partida fundamental en este proceso de recolección diferenciada. Cardozo enfatizó en que «el principal eslabón, es la clasificación en origen. Si sale de la casa todo mezclado, es muy difícil lo que podemos hacer». Con el objetivo de facilitar esta tarea, se han instalado contenedores verdes y negros en diferentes puntos estratégicos de la ciudad, donde los vecinos pueden llevar sus residuos clasificados.

Existen 13 ecopuntos «donde los vecinos pueden llevar limpio y seco papel, cartón, plástico, metal y vidrio. A esa infraestructura, se fueron agregando los puntos limpios», donde los vecinos pueden acercar otro tipo de residuos, cómo ramas de podas, residuos grandes como, «por ejemplo se te rompió el paragolpes, y lo podes acercar allí», dijo Cardozo.

Además, detalló que lo ideal sería que el vecino, «que cada uno vaya colocando los residuos en los puntos ya separados, porque nosotros nos retiramos de a bolsones». La colaboración de los vecinos es fundamental para que los materiales lleguen en condiciones adecuadas, limpios y secos. Si bien se valora la separación de los residuos, lo más importante es que estén correctamente clasificados y en buen estado.

 

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Los puntos limpios cuentan con personal capacitado que asesora y ayuda a los vecinos en la correcta disposición de los residuos. Además, se reciben algunos tipos de residuos, como el aceite vegetal usado y las pilas, que son considerados peligrosos. Estos materiales se reciben directamente en mano y se promueve el canje de algunos productos, fomentando así la clasificación de residuos.

Convocan a los vecinos a continuar clasificando los residuos

Cardozo detalló que en estos 3 años el trabajo de concientización en la clasificación de residuos en origen no se ha detenido, y se ha notado la necesidad de volver a promover la participación de los vecinos y aumentar la cantidad de residuos separados. Para lograrlo, se han implementado diferentes estrategias que involucran una doble contenerización y cambios en el aspecto de los contenedores.

Además, el funcionario se refirió a la aplicación del chatbot, que responde preguntas frecuentes sobre la recolección, como los horarios de paso del camión de reciclaje. Además, se ha llevado a cabo una campaña puerta a puerta, entregando imanes para que los vecinos los coloquen en sus heladeras como recordatorio de la importancia de separar los residuos. El objetivo es que los vecinos se sientan cómodos con esta práctica y la consideren necesaria para cuidar el ambiente y generar empleo.

La diferenciación de los contenedores también ha evolucionado en estos tres años. Anteriormente, se utilizaban animales para indicar qué tipo de residuos correspondían a cada tarro. Ahora, se busca una señalización más sencilla pero clara, similar a las señales de tránsito, con colores y diseños marcados.

Cardozo indicó que no existe un manual universal para aplicar soluciones en todas las comunidades y ciudades. Cada lugar se comporta de manera diferente, incluso dentro de la misma ciudad. Por lo tanto, se realizan estudios constantes y se buscan alternativas para adaptarse a las necesidades de cada barrio.

En cuanto al trabajo de los vecinos con los contenedores, se ha observado una cierta relajación en un momento dado, lo que llevó a un descenso en el porcentaje de residuos separados. Esto se debió a la frustración de las personas que sí separaban correctamente al ver los contenedores contaminados por otros vecinos. Ante esta situación, se tomó nota y se está relanzando la campaña para motivar y educar nuevamente sobre la importancia de la separación adecuada.

Además, se destacó el trabajo en conjunto con los recuperadores urbanos (antes conocidos como cartoneros), quienes recolectan materiales reciclables de los contenedores para venderlos y sustentarse. Existe un centro de acopio donde los recuperadores llevan estos materiales, evitando que trabajen en sus hogares, y se les indica en qué horarios pueden recolectar de los contenedores. Esta estrategia busca aprovechar al máximo la cantidad de materiales reciclables.

Clasificación en el Centro Verde

Con respecto al trabajo que se realiza en el Centro Verde, Cardozo señaló que «todo lo que viene acá, ya fue clasificado previamente en origen». Y agregó que, «pedimos a los vecinos que clasifiquen papel, cartón, plástico, metal y vidrio», destacando la importancia de esta tarea para generar materia prima de calidad.

La clasificación no se detiene allí, ya que los plásticos se subdividen en diferentes  fracciones y colores. «Los plásticos se convierten en polietileno de alta densidad, de baja densidad, en PET, en poliestireno, cada tipo de plástico se separa y luego se vende a empresas de economía circular que los transforman en nuevos productos», explicó el funcionario.

En el Centro Verde, el proceso de clasificación es minucioso y abarca distintos materiales. «Aquí clasificamos metales como aluminio y hojalata, cartón prensado, cartón corrugado y vidrio», detalló. La separación se realiza con el objetivo de aumentar el valor del material y facilitar su posterior reciclaje.

También hizo referencia a los plásticos que no pueden reciclarse localmente, como las botellas de gaseosas. «Por cuestiones de costos de transporte, estas botellas deben llevarse a otras provincias. Sin embargo, solicitamos a los vecinos que nos entreguen las botellas vacías y las bolsas de plástico, una dentro de otra», aclaró Cardozo.

El Centro Verde de Posadas no solo se encarga de la clasificación y el reciclaje, sino que también promueve la educación ambiental. Estudiantes de la capital misionera pueden visitar el centro y presenciar el proceso de transformación de residuos, aprender sobre la importancia de adoptar prácticas más sostenibles.

Además, el centro cuenta con una huerta orgánica demostrativa que utiliza compost generado a partir de los desechos orgánicos. «La idea es que la gente vea que el compostaje sirve para producir plantas y que existen otras formas de producir alimentos», comentó Cardozo.

Los resultados del Centro Verde son impresionantes. En los últimos tres años, se han reciclado más de 500.000 kilos de materiales diversos, y se procesan alrededor de 500 kilos de residuos orgánicos diariamente. Estas cifras reflejan el compromiso de la comunidad y el impacto positivo en el cuidado del medio ambiente.

Cardozo concluye resaltando la importancia de la transparencia en el proceso y la necesidad de que los ciudadanos valoren y demanden servicios públicos con enfoque ambiental. «Necesitamos que la gente vea que este trabajo se realiza y que es importante», dijo.

 

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