Un latido comprometido: tabaco, cigarrillos y vapeadores, una combinación explosiva para el sistema cardiovascular

Como cada 31 de mayo, se celebra el Día Mundial Sin Tabaco con el objetivo de mostrar la importancia de la lucha contra la epidemia del tabaquismo: la principal causa de muerte prevenible en todo el mundo. En este sentido, Mariano Olmedo, médico cardiólogo, se refirió a los daños que este producto y sus derivados causan en nuestra salud.

En los últimos años, se hizo hincapié en los peligros del tabaco no solo en relación con el cáncer de pulmón, sino también con respecto a las enfermedades cardiovasculares. Aunque la advertencia «fumar es perjudicial para la salud» se encuentra presente en los paquetes de cigarrillos debido a la ley 23.344 que obliga su implementación, es fundamental concientizar a la población sobre el daño que el tabaco causa en el sistema cardiovascular.

Según explicó Olmedo, el consumo de tabaco afecta negativamente las arterias, especialmente a nivel del corazón, lo que puede llevar a enfermedades coronarias, como la enfermedad coronaria y la enfermedad carotídea, responsables de accidentes cerebrovasculares e infartos, respectivamente. Estas enfermedades se encuentran entre las principales causas de mortalidad en todo el mundo.

La enfermedad cardiovascular coronaria, que conduce a los infartos, suele observarse con mayor frecuencia en hombres mayores de 45 años. Sin embargo, ciertos factores de riesgo, como la diabetes, el colesterol alto y el tabaquismo, pueden hacer que esta enfermedad se presente de manera temprana, incluso en personas jóvenes aseguró el cardiólogo.

En los casos de infarto en pacientes menores de 45 o 40 años, el tabaquismo es uno de los factores de riesgo que se evalúan para determinar su presencia, sostuvo y agregó que el consumo de tabaco desde temprana edad puede provocar enfermedades cardiovasculares prematuras.

Cabe destacar que fumar no sólo causa cáncer, sino que puede ocasionar daño a casi todos los órganos en el cuerpo, incluyendo los pulmones, el corazón, los vasos sanguíneos, los órganos genitales, la boca, la piel, los ojos y los huesos.

El tabaco es una planta. Sus hojas se fuman, se mastican o se aspiran para experimentar una variedad de efectos. El tabaco contiene el químico nicotina, que es una sustancia adictiva. El humo del tabaco contiene más de 7000 químicos, de los cuales se sabe que al menos 70 causan cáncer.

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Vapeadores y una nueva generación de adictos a la nicotina

Por otro lado, Olmedo se refirió al uso de los vapeadores y cigarrillos electrónicos y explicó que si bien se sabe que inhalar sustancias químicas a través de estos métodos es perjudicial para la salud en general y puede tener alguna incidencia en la aparición de enfermedades cardiovasculares, los resultados de los estudios no son concluyentes. Sin embargo, la alerta radica en que se observó que el uso de vapeadores puede llevar a un mayor consumo de tabaco o causar adicción al vapor, y la presencia de nicotina puede ocasionar daños a la salud.

En este sentido, en el Día Libre de Tabaco se desalienta también el uso de los vapeadores, ya que se busca concientizar sobre el consumo de tabaco en todas sus formas.

Es importante destacar que la distinción entre vapeadores y cigarrillos electrónicos no es completamente clara. A menudo, se utiliza el término «cigarrillos electrónicos» para referirse a los vapeadores, ya que ambos involucran la vaporización de sustancias para su consumo. Sin embargo, la diferencia radica en la sustancia utilizada y no tanto en la forma de consumo en sí.

En conclusión, tanto el consumo de tabaco como el uso de vapeadores representan un grave riesgo para la salud cardiovascular. Es fundamental tomar conciencia sobre los peligros asociados y promover acciones para prevenir y reducir el consumo de tabaco en todas sus formas, con el objetivo de preservar la salud y bienestar de la población.

En este contexto, haciéndose eco de esta tendencia actual, la Federación Argentina de Cardiología (FAC) recuerda que los cigarrillos electrónicos o vapeadores, también representan un riesgo para la salud

Según datos de la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2018, entre los adultos, el consumo de cigarrillos electrónicos fue del 1,1%, mientras que en los jóvenes entre 13 y 15 años fue del 7,1%. Actualmente, más de 12 millones de adultos en los Estados Unidos usan cigarrillos electrónicos, con las tasas más altas entre 18 y 24 años.

El vapeador es un dispositivo que produce un aerosol que se aspira, simulando el acto de fumar. Está constituido por 3 elementos: una batería, un atomizador y un cartucho. El líquido de los cartuchos puede contener nicotina en dosis variables, tetrahidrocanabinol (THC), canabinoides, propilenglicol, glicerina vegetal, saborizantes (menta, mango, caramelo, café, chocolate), aromatizantes y otros aditivos como acetato de vitamina E.

Según la Dra. Cecilia Cortes (MP 4774), cardióloga miembro de la FAC, “las diferencias en el voltaje de las baterías y los sistemas de circuitos para calentar la solución y transformarla en un aerosol pueden contribuir a la formación de sustancias tóxicas en las emisiones. Están fabricados por las mismas compañías que venden cigarrillos ordinarios. Su publicidad está pensada para la gente joven. No son inofensivos, emiten aerosol y no vapor de agua. El aerosol contiene numerosas sustancias tóxicas y cancerígenas. Además, los datos científicos existentes demuestran que no sirven para dejar de fumar”.

Recomendaciones de la FAC para evitar y abandonar el consumo de tabaco

Ante estos datos alarmantes, si bien en el pasado se consideró de manera errónea que el uso de vapeadores o cigarrillos electrónicos como una alternativa para dejar de fumar, actualmente no se recomienda debido a que pueden llevar a la misma adicción y contener sustancias dañinas para la salud. Por lo tanto, no se considera una opción válida.

La segunda opción recomendada por la FAC es buscar la orientación de especialistas en cesación tabáquica. En la provincia de Misiones, existen profesionales especializados en el abandono del tabaco que trabajan en hospitales y ofrecen técnicas y apoyo terapéutico para ayudar a los pacientes.

Dejar de fumar no es sencillo, y contar con un grupo terapéutico puede ser de gran ayuda. En los últimos diez años, se desarrollaron medicamentos que ayudan a controlar los síntomas asociados con el abandono del cigarrillo, como los parches de nicotina, los chicles de nicotina y otras medicaciones más complejas.

Por lo tanto, se recomienda acercarse a estos profesionales o grupos de apoyo y, si se tiene el deseo real de dejar de fumar, hacerlo, ya que es sumamente beneficioso para la salud.

Síntomas y advertencias del daño que el tabaco genera en nuestro sistema cardiovascular

En cuanto a los síntomas o advertencias relacionados con la salud cardiovascular y generados por el consumo de tabaco, las enfermedades cardiovasculares más asociadas son el accidente cerebrovascular y el infarto de miocardio. El infarto se caracteriza por dolor intenso y opresión en el pecho, falta de aire con el ejercicio y otros síntomas.

El accidente cerebrovascular se manifiesta con síntomas como pérdida de fuerza en una mano, dificultad para hablar, pérdida de la noción del tiempo y caída de una parte de la cara. Estos síntomas vasculares requieren atención inmediata y suelen ser percibidos por los familiares.

En términos generales, se estima que cuando una persona deja de fumar por completo, entre cinco y diez años después se reduce significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares asociadas al tabaquismo.

Sin embargo, es importante destacar que el daño provocado por el cigarrillo en las arterias puede persistir y aumentar el riesgo de complicaciones incluso después de dejar de fumar.

Los antecedentes de haber fumado durante mucho tiempo pueden influir en la salud vascular a edades más avanzadas. Aunque el proceso de recuperación lleva tiempo, siempre es recomendable dejar de fumar y permitir que las arterias se mantengan más saludables a lo largo del tiempo, en lugar de seguir fumando y dañándolas continuamente.

Día Mundial sin Tabaco: la principal causa de muerte prevenible en todo el mundo

Cada 31 de mayo, y desde 1987, se celebra el Día Mundial sin Tabaco con el objetivo de informar al público acerca de los peligros que tiene el consumo de tabaco. Asimismo, es una oportunidad para destacar mensajes concretos relacionados con el control del tabaco y generar conciencia en las personas de todo el mundo sobre las acciones que pueden realizar para reivindicar su derecho a la salud y a una vida sana protegiendo a las futuras generaciones.

Actualmente, el consumo de tabaco es la principal epidemia prevenible a la que se enfrenta la comunidad sanitaria. Desde 1987 el Día Mundial sin Tabaco llama la atención sobre esta epidemia y sus efectos letales.

El consumo de tabaco mata cada año a casi 6 millones de personas, una cifra que se estima aumentará hasta más de 8 millones de fallecimientos anuales para el 2030 si no se intensifican las medidas para contrarrestarlo.

Los efectos nocivos del tabaquismo son múltiples tanto para personas fumadoras como para aquellas que se exponen al humo del tabaco ajeno.

Cada 31 de mayo la OMS celebra el Día Mundial sin Tabaco para difundir y concientizar sobre los efectos nocivos y letales del consumo de tabaco y la exposición al humo del tabaco ajeno. Según la OMS, el tabaquismo causa el 25% de todas las muertes por cáncer en el mundo.

“El consumo de nicotina y de productos de tabaco aumenta el riesgo de padecer cáncer, enfermedades cardiovasculares y neumopatías”, señala la Dra. Paola Caro, directora Médica de vittal. Y explica que “el uso de cigarrillos electrónicos aumenta el riesgo de padecer cardiopatías y afecciones pulmonares”.

La exposición al tabaco afecta la salud pulmonar de las personas en todo el mundo y de diversas maneras:

-Cáncer de pulmón (el consumo de tabaco es responsable de dos tercios de las muertes por cáncer de pulmón en todo el mundo); también las personas expuestas al humo de tabaco o fumadores pasivos sufren mayor riesgo de contraer cáncer de pulmón. Según la Directora médica de vittal, se requieren diez años de abandono del hábito de fumar para que el riesgo se reduzca a la mitad.

-Enfermedades respiratorias crónicas. El tabaco es la causa principal de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). “El riesgo es especialmente alto en personas que comienzan a fumar a una edad temprana ya que el humo del tabaco retrasa significativamente el desarrollo pulmonar”, subraya la Dra. Caro.

Tabaquismo e infancias

Los bebés expuestos en el útero materno a las toxinas del humo del tabaco a través del tabaquismo materno o de la exposición materna al humo experimentan con frecuencia disminución del crecimiento de los pulmones.

“Los niños pequeños expuestos al humo del tabaco ajeno corren riesgo del aumento de la frecuencia de las infecciones respiratorias, así como también el asma, neumonía y bronquitis”, informa la Dra. Caro.

Según informó la OMS, se calcula que en el mundo 165.000 niños mueren antes de los cinco años por infecciones de las vías respiratorias causadas por el humo del tabaco.

La adicción al tabaco y su vinculación con la genética

Hay ciertos factores genéticos que fomentan la predisposición a esta adicción e influyen a
que las personas desarrollen o no este hábito.

El Día Mundial Sin Tabaco se celebra en todo el mundo el 31 de mayo de cada año, con el objetivo de informar acerca de los peligros que supone el consumo de tabaco, las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras, las actividades de la Organización Mundial de la Salud – OMS – para luchar contra la epidemia de tabaquismo, y lo que las personas de todo el mundo pueden hacer para reivindicar su derecho a la salud y a una vida sana, y proteger a las futuras generaciones.

El tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de diversas enfermedades y pese a conocerse los múltiples perjuicios que causa a la salud, el consumo
sigue aumentando en todo el mundo.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el tabaco es responsable de la
muerte de 8 millones de personas al año. De estos, 1,2 millones son fumadores pasivos, es
decir, personas que no fuman, pero están expuestas al humo del cigarrillo.

El humo de este producto es tóxico, ya que contiene más de 7.000 sustancias químicas, de
las cuales al menos 69 son cancerígenas. Es por ello que existe una fuerte vinculación
entre el cigarrillo y esta enfermedad, que no solo afecta a los pulmones, sino también a
todos los demás órganos y tejidos en el cuerpo humano, como la boca, tráquea, faringe,
vejiga, hígado, páncreas, riñones y otros.

Además, su uso excesivo representa un problema no solo para la salud física y emocional
del individuo, sino que también ocasiona perjuicios a las personas de su entorno, como
amigos, familiares, y a la sociedad en su conjunto.

Son múltiples los factores que desencadenan la decisión de los fumadores de adquirir este
hábito. Están por un lado los aspectos ambientales, como el entorno familiar, el contexto
cultural, el estímulo de los amigos y el consumo temprano de estos productos.

Muchos otros están relacionados con la salud mental de las personas. Aspectos como la
ansiedad, la depresión, la baja autoestima y el estrés, entre otros problemas, afectan la
forma en que éstas se enfrentan a la vida, y elementos como el consumo de sustancias y
los efectos neuroquímicos que provocan, contribuyen a aliviar en lo inmediato estos
sentimientos de malestar.

Estudios científicos han demostrado que cada vez que un fumador consume tabaco su
cerebro libera sustancias químicas en el torrente sanguíneo que conducen a una sensación
momentánea de placer y bienestar.

En esta asociación entre el consumo de la sustancia y el sistema de recompensa se evidencian, además, los factores genéticos que pueden estar relacionados con la adicción.
El componente genético determina la adicción al tabaco.

En el marco del Día Mundial sin Tabaco, Genera, primer laboratorio latinoamericano
especializado en genómica personal, reveló los factores genéticos que fomentan la
predisposición a esta adicción y analizó cómo estos influyen a que las personas desarrollen
o no este hábito.

El gen CHRNA5, que codifica la subunidad 5 alfa del nAChR, se relaciona con la sensación
agradable durante la experiencia inicial al fumar. Este es responsable de una proteína
involucrada en la transmisión rápida de señales entre neuronas y también participa en la
producción de estructuras presentes en los receptores nicotínicos. Las variaciones pueden
predisponer al individuo a la dependencia de la nicotina.

Por su parte, la Hidrolasa de Amidas de Ácidos Grasos o FAAH por sus siglas en inglés, es
un gen codificador de proteínas que regula un importante neurotransmisor asociado con
la sensación de recompensa. Una variación en este gen que disminuya el rendimiento de
esta proteína puede predisponer al individuo al alcoholismo.

Entender mejor el cuerpo a partir de los genes

Muchas características del cuerpo y la mente tienen que ver con el ADN de cada persona.
Entender cómo la genética puede influir en el cuidado, ayuda a saber cuáles son las
principales necesidades del organismo y poder elaborar planes eficientes y a medida.

En ese sentido, en la actualidad existen test genéticos que permiten obtener más
información sobre cómo funciona el cuerpo y cómo los genes pueden ayudar a tener una
mejor calidad de vida.

Estudiar el ADN para identificar la predisposición a este tipo de adicciones es posible
mediante los test de Salud y Bienestar de Genera. Tanto el estudio de los genes CHRNA5
como el FAAH, entre muchos otros, están presentes en el informe Genera You, dentro de
los paneles de Bienestar, incluidos en los paquetes Standard y Premium. Estos paneles
también revelan rasgos relacionados con la nutrición, la actividad física, el envejecimiento,
el cuidado específico de la piel y más.

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