Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «La palabra del cielo, parte II»

El Pastor Guillermo Decena expresó que "¡La Biblia es el libro más maravilloso que podemos leer! Contiene revelaciones sorprendentes, algunas ubicadas en la superficie, y algunas otras más cuando profundizamos en su lectura. Es la carta de amor del Padre celestial para cada uno de nosotros".

«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino» (Salmo 119:103-105).

¡La Biblia es el libro más maravilloso que podemos leer! Contiene revelaciones sorprendentes, algunas ubicadas en “la superficie” y algunas otras más cuando profundizamos en su lectura. Es la carta de amor del Padre celestial para cada uno de nosotros. En ella, Él nos revela su deseo de tener una unión cercana con cada uno de nosotros, que lo reconozcamos, lo adoremos y vivamos en amistad eterna con Él.

En este marco, el Pastor Guillermo Decena enumeró algunos de los propósitos que la Palabra tiene para nosotros:

1) Para conocer mejor a Dios mi Salvador.

Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. (Jeremías 9:24)

Jeremías nos habla de la importancia de conocer a Dios, y si debemos gloriarnos, que sea de esto mismo. Es un desafío diario abrir las Escrituras y meditar para entender y conocer mejor a Dios, pero esta es la única clave, y no dedicarnos a conocer una religión determinada. La tradición religiosa es peligrosa, porque nace de la mera repetición y no de una convicción firme por conocer la naturaleza de Dios y tener una relación con Él.

Cuando le conocemos más a Dios nos damos cuenta que es un Creador de inmenso amor, que se acordó de nuestra pequeñez y se acerca para ayudarnos y restalecer una comunión que ha sido cortada desde el principio. Debemos leer la Biblia permanentemente en forma diaria y sin cesar, tomando la firme decisión en el corazón de pasar más tiempo en meditación, recibiendo lo que Dios me quiere expresar. La Palabra de Dios nos revela la inmensidad del amor de Dios para con toda la humanidad y también da testimonio claro de Jesús y de su obra en la cruz. Todas las Sagradas Escrituras dan testimonio de Jesús y apuntan a Su manifestación.

 

2) Para discernir la voz de Dios.

La palabra discernir es sinónimo de distinguir. Cuando una persona discierne algo debe juzgar, distinguir entre lo bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto y ser prudente en su manera de actuar. Distingue entre lo verdadero y lo falso. Hay muchas voces espirituales que nos van a querer hablar, tanto la de nuestra carne, como la de los demonios y por otro lado, la del Espíritu Santo de Dios. Es por esto que necesitamos conocer Su voz para poder discernir cuando es Él quien me está hablando, y no caer en confusión.

Para esto, es fundamental leer la Biblia, empapándonos y familiarizándonos con lo que está en el corazón del Padre y lo que Él anhela para nosotros. El diablo intenta engañarnos, pero si conocemos bien la voz, la voluntad y el mover de Dios, no lo logrará.

Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo (Colosenses 2:8).

Debemos entonces tener cuidado entonces de no perder la comunión diaria con nuestro Señor. Esta es la clave de la renovación espiritual constante. La meditación constante de la Palabra de Dios traerá la verdad de Dios a nuestros corazones y nos librará de los engaños malignos.

Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo (1 Juan 4:1).

Para complicarla más, el enemigo comenzó a levantar falsos profetas desde aquellos tiempos, para confundir la fe de los primeros cristianos, hasta la actualidad. Pero, al conocer sanamente las escrituras, somos libres de las falsas enseñanzas que pueden terminar apartándonos de Dios.

 

3) Para conocer la perfecta voluntad de Dios.

Al perder la presencia de Dios por el pecado, siempre quedó en la humanidad una latente necesidad de ser guiado, y esto es lo que Satanás ha aprovechado para engañar a multitudes, creando la adivinación, y todo tipo de espiritismos para tratar de buscar el éxito a través de una guía efectiva.

Son muchas las decisiones que debemos tomar a lo largo de nuestra vida. Nuestro deseo como hijos de Dios debe ser el de vivir siempre dentro de Su camino. La Biblia nos revela el corazón del Padre, lo que le agrada y lo que Él rechaza siendo este el camino más obediente para nosotros.

Salmo 119:105 Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.

Buscar su dirección a través de la lectura de las Escrituras hace que Él te guíe e ilumine tu camino. Él nos va revelando un paso a la vez y nos permite continuar confiando en Él. Lo importante es que, mientras esperamos que nos siga dirigiendo, estemos ocupados haciendo el bien que sabemos que debemos hacer.

Dios nos permite tomar decisiones, y si nos sometemos a Él, Él tiene maneras de prevenir decisiones equivocadas. La clave es no dejarse llevar por la ansiedad y el emocionalismo y desear la voluntad de Dios, no la nuestra.

 

4) Para que mi interior sea revelado.

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12)

No hay nada mejor que la palabra de Dios aplicada sanamente en dosis diarias para sacar lo que está oscuro y que lentamente puede perjudicar nuestra relación con Dios y nuestro servicio sincero para con nuestro prójimo. Uno de los problemas más recurrentes en los cristianos sinceros es no conocerse a sí mismos, y por lo tanto han llegado a un crecimiento limitado y de allí ya no pueden avanzar. La poderosa palabra de Dios es entonces nuestra solución.

La Biblia no nos deja igual, porque la Palabra de Dios es viva y llega hasta los rincones más escondidos de nuestro corazón. ¡Permitamos que haga su obra en nosotros!

Las Sagradas Escrituras dan vida espiritual. Cuando no se lee y medita en el bendito libro, la vida espiritual se va apagando hasta casi extinguirse, pero la persona, es probable, que no se da por enterada. Así ocurrió con Sansón, que no se había dado cuenta que el Espíritu de Dios ya se había apartado de él, solo que cuando quiso cumplir su ministerio y la efectividad había desaparecido.

Así mismo ocurre cuando el cristiano no se “empapa” de la vida de las Sagradas Escrituras, seguirá respirando, viviendo en la vida del cuerpo y es probable que también hará las tareas espirituales habituales, pero la vitalidad espiritual habrá desaparecido, por lo tanto los frutos habituales no permanecerán.

«El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida» (Juan 6:63).

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

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