La presidente del STJ recordó a Liliana Picazo con pesar y destacó que era “una superheroína persiguiendo al villano, representando los intereses de la sociedad”

Rosanna Pía Venchiarutti, presidenta del Superior Tribunal de Justicia de Misiones (STJ), destacó la figura de Liliana Picazo, su legado y su calidad humana. "Siempre la recordaré como una colaboradora y amiga excepcional. Era una luchadora infatigable, no se detenía hasta lograr sus objetivos", afirmó.

Venchiarutti, manifestó su gran tristeza y conmoción frente a esta pérdida, ya que Picazo, además de ser su colega, era su amiga, y la acompañó desde el primer momento. “Tuve el privilegio de ingresar al Poder Judicial en 1988, cuando ella ya estaba allí, fue en Posadas donde profundizamos nuestra relación. Recuerdo sus palabras: ‘contá conmigo nena, estoy aquí para lo que necesites’”, expresó.

Cuando Picazo llegó al Superior Tribunal, no eran tiempos fáciles, pero su espíritu incansable la sostenía. Además, poseía una hermosa voz para el canto, se apasionaba por el derecho, amaba la lectura, el cine y el teatro: “Era una luchadora infatigable, no se detenía hasta lograr sus objetivos, como lo demuestra el Pabellón de Inimputables”, recordó Venchiarutti.

Tras su partida, Picazo deja una lucha importante con banderas que ella misma plantó, como la lucha por la libertad, la defensa de la democracia, el respeto por los detenidos y las garantías constitucionales. “Aquellos que vengan después deberán alzarlas”, afirmó la presidenta del STJ.

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Por otro lado, destacó que Picazo comenzó su carrera en el Poder Judicial en una época en la que la libertad no era ejercida plenamente. Fue perseguida por la dictadura y su compañero fue detenido en aquel tiempo; por estos motivos, cada 24 de marzo era un día especial para ella, y el último fue especialmente conmovedor.

“Siempre la recordaré como una colaboradora y amiga excepcional. Aquellos que formaban parte de su equipo, la describen como una superheroína persiguiendo al villano, representando los intereses de la sociedad” señaló Venchiarutti.

Picazo también resaltaba por su oratoria exquisita, gracias a su dedicación a la lectura a lo largo de su vida, no solo de libros de derecho, sino también de poesía y otros textos. En sus argumentos y en la defensa de sus convicciones, «su figura se magnificaba, su presencia era imponente en los debates».

“A pesar de su enfermedad, que finalmente se impuso sobre ella y sus deseos, su legado siempre fue que debemos transmitir la creencia de que la Justicia debe ser creíble. Una de las responsabilidades que tenemos con las nuevas generaciones es recordarles que son hijos de la democracia y que los tiempos han cambiado”, expresó.

También recordó que Picazo solía decir: “Todos los días son 1 de mayo”, y agregó: «Ella era consciente de lo que dejaba atrás, tomaba nota de todo, a pesar de adaptarse a la tecnología; sostenía que una sentencia debía llevar una palabra, un mensaje que impactara, y eso era algo en lo que trabajaba constantemente.

Finalmente, Venchiarutti se refirió a la fallecida ministra, como una de las figuras más destacadas de la Justicia penal: “Liliana recorrió todos los despachos y estoy segura de que aquellos que la sucedan tendrán mucho trabajo por delante. La recordaremos con un buen tango; además de ser una gran amiga, su forma de desconectarse del mundo era conduciendo y viajando, y así era la persona detrás de la superheroína”, concluyó.

Liliana Picazo

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