Es francés y apostó por una nueva vida en Misiones: cría cerdos y cabras que viven sueltos en el monte y elabora productos premium

Oriundo de Francia, Frederic Boulay, se instaló en la Argentina en 2009. Su interés por vivir en un entorno natural lo llevó a criar cerdos y cabras aplicando un sistema amigable con el medio ambiente y que ciuda la calidad de vida de los animales. Hoy, instalado en Santa Ana, vive de la comercialización de carne de cerdo y de productos derivados de la leche de cabra.

En una chacra en el interior de Santa Ana, el francés Frederic Boulay encontró la oportunidad de vivir de la ganadería. Cuando recién se instaló en el país, intentó producir y comercializar mamón y maracuyá, pero por distintas razones no logró mantenerlo en el tiempo. Hoy, vive en la misma chacra donde cría, faena y comercializa carne de cerdo, embutidos, queso, dulce de leche y otros derivados de la leche de cabra.

En diálogo con Misiones Online, explicó que junto a sus trabajadores tomó el compromiso de apostar por una “crianza libre” de los animales. En vez de mantenerlos encerrados en corrales con pisos de cemento, como es práctica en la cría industrial, se trata de dejarlos libres y sueltos en pleno contacto con la naturaleza y la intemperie. “Nosotros elegimos criar animales felices, es decir, que viven libres en parques o sueltos en medio del monte. Sin estrés, sin presiones”, indicó Frederic Boulay, propietario de La Bergerie.

Tanto las cabras como los cerdos cuentan con galpones y corrales donde se alimentan a base de maíz, hojas y agua. Pero estos fueron construidos únicamente como “refugios” dado que permanecen siempre abiertos para que puedan salir y entrar cuando quieran, aseguró el productor ganadero.

Los cerdos y las cabras cuentan con dos predios separados de monte, de aproximadamente una hectárea cada uno, delimitados por hilos electrificados para evitar que los animales se escapen de ese espacio controlado. Allí pasan el día, las cabras comiendo hojas y los chanchos comiendo de todo un poco, corriendo y deambulando, hasta que al caer la tarde vuelven a sus corrales para pasar la noche.

Este tipo de crianza le permitió a Boulay traer razas de cerdos que en otras condiciones de producción sería inviable por las altas temperaturas de la región.

Actualmente, en su chacra, Boulay cuenta con más de 100 cabras y un plantel de 17 madres porcinas que incorporó recientemente. “Queremos que estas madres se adapten acá, que también se rustifiquen porque mientras la gente no quiere que los cerdos blancos salgan afuera por temor al sol, nosotros preferimos que vivan en el monte. Nos conviene porque de esa forma no son tan frágiles, se acuestan en el barro y aprenden a cuidarse a sí mismos, que es capaz de sobrevivir a la intemperie. Esa es la única manera de tener un animal feliz”, aseguró.

“Un animal está feliz cuando puede vivir tal como lo pide su instinto y no sobre un piso de hormigón que le impide cualquier cosa”, sostuvo el productor ganadero. Y agregó, que esta forma de crianza genera además que el animal esté en constante movimiento por la misma dinámica de vivir en el monte desviando ramas, huyendo de otros animales o jugando con los de su misma especie, lo que hace que la carne no tenga tanta grasa.

Además, aseguró que esta crianza libre no requiere grandes gastos (como muchos creen) lo único que se necesita es un techo bajo el cual se puedan resguardar y donde diariamente se les deposite los alimentos y, algún tipo de red de contención para mantener alejados a los animales de senderos o espacios donde transitan los vehículos.

“Queremos demostrar que este sistema funciona para que otros productores se atrevan a criar animales felices en el campo y entiendan que no se necesita una gran inversión para hacerlo, sólo así seríamos todos más felices y los animales primero”, sostuvo.

El resultado de este sistema de cría es una carne mucho más magra, dado que los animales están en constante movimiento, y de una calidad diferencial.

Por otro lado y ante la posibilidad de que La Bergerie crezca a gran escala y comience a fijarse en el comercio exterior, el francés aseguró que no está en sus planes y afirmó que aunque reconoce que cualquier productor quiere que su comercio crezca, por ahora él sólo busca mantener su esencia: “animales libres y clientes satisfechos con el producto final”.

“Ya sea la leche, embutidos o la carne de cerdo, siempre nos piden más y nosotros no queremos crecer mucho porque sentimos que nos vamos a perder. Para poder contestar bien a todos los pedidos tendríamos que tener más animales en la misma superficie o menor duración de vida, y no queremos llegar a eso, porque sino vamos a ser igual que los otros, vamos a perdernos”, expresó.

Qué productos comercializa y dónde se pueden conseguir

La Bergerie ofrece carne porcina fresca envasada al vacío, embutidos (tradicionales, ahumados, y otros) y carne cruda deshidratada. También, ofrece leche de cabra y distintos derivados como los quesos (saborizados, untables y otros) y dulce de leche. Todos son producidos dentro de la misma chacra y bajo sus supervisión, aseguró.

“Misiones es una zona con muchos golosos y de buen comer, porque además de vender en ferias, siempre hacemos degustación y, ni bien prueban, enseguida quieren llevar en cantidad para comer en su casa y hasta nos llaman para hacer más pedidos”, manifestó el propietario de La Bergerie.

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El primer viernes de cada mes, La Bergerie expone sus productos en Posadas, en la Feria del Palacio de Justicia. También se puede encontrar el primer y tercer miércoles de cada mes en la feria del Tribunal de Cuentas. Además, se sumaron recientemente a la feria que se realiza todos los lunes en la Cámara de Representantes de la Provincia.

“Y con esto ya conseguimos vender casi más que lo que producimos. Lo que nos gusta es que tenemos muchos clientes que vienen a vernos hasta acá”, expresó.

“Nuestro orgullo no está en la cantidad de animales que vendemos” 

Lejos de preocuparse por competir en la capacidad de comercialización con otros productores pero, reconociendo que es lo que les mantiene en pie, Boulay aseguró que venden entre 1 millón y 1.700.000 pesos por mes.

“Sacar un balance de la cantidad de animales es difícil porque estamos faenando cada semana, lo cual nos deja una cifra bastante importante para nuestra escala. Si pensamos a escala de granjas industriales, seguramente nuestros números serían ridículos, pero no pasa nada. Nuestro orgullo no está en la cantidad de animales ni en la cantidad que vendemos, sino en la satisfacción del cliente”, aseguró.

“Pero si escucháramos toda la demanda tendríamos que tener dos veces más cerdos y cabras, y deberíamos preocuparnos por tener la pastura, la gente y organización necesaria para mantener como queremos a los animales. Hoy nuestra prioridad es tener animales felices y sin estrés”, agregó.

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