Materia fecal en la bahía del Brete: el estancamiento del Paraná en la zona empeora la situación

Las actividades recreativas en el balneario de Posadas y toda la zona náutica se han visto suspendidas debido a la presencia de residuos cloacales en el agua. La situación ha generado malestar y bronca entre los habitantes, ya que el fin de semana presentaba condiciones ideales para las actividades náuticas. 

Ante esta problemática, Red Ciudadana entrevistó a Héctor Cardozo, director del GIRSU (Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos) de Posadas, quien brindó detalles sobre la situación.

Según Cardozo, desde la municipalidad se ha realizado un monitoreo exhaustivo de la calidad del agua, y se recibieron denuncias por parte de los vecinos desde el viernes pasado.

Los inspectores municipales constataron la presencia de residuos cloacales en el agua y, tras realizar averiguaciones, se descubrió que había un problema con un caño troncal de tierra en la zona del Brete, donde se encuentran estaciones de bombeo de cloacas pertenecientes a la empresa SAMSA.

El caño roto ha estado arrojando materia fecal al agua, generando una grave situación sanitaria. Ante esta circunstancia, se han implementado medidas para mitigar el impacto en el río. Se ha utilizado cloro para desinfectar el agua y reducir los riesgos para la salud. Aunque la calidad del agua sigue siendo deficiente, el impacto se ha minimizado mientras se lleva a cabo la reparación del caño.

Samsa trabaja en solucionar el problema

Sin embargo, la preocupación no se limita únicamente a las actividades recreativas y a la salud de las personas. Existe una gran inquietud por el daño ambiental que se está generando y su magnitud. Cardozo aclara que desde la municipalidad se han enfocado en el monitoreo y control de los efectos ambientales. 

En términos generales, el vuelco de residuos cloacales al río no representa un peligro grave para los peces y la fauna acuática, ya que el río tiene una capacidad de autodepuración que permite la descomposición de la materia orgánica de manera natural. No obstante, los olores desagradables y otros efectos negativos sí afectan significativamente la calidad del agua.

La falta de movimiento en el agua, debido a las redes de cloacas que reducen la velocidad de circulación, ha agravado el problema, prolongando el tiempo necesario para limpiar y desinfectar la zona.

El proceso de limpieza y desinfección del río comenzará una vez que se repare la tubería averiada. Según estimaciones, la limpieza completa y la desinfección podrían llevar menos de una semana a partir de ese momento.

Es importante destacar que esta no es una situación aislada. Durante un tiempo considerable, ha habido denuncias de filtraciones de residuos cloacales y malos olores en la zona, especialmente cerca del expuerto y los clubes náuticos. 

Según Cardozo, el cambio en las condiciones del agua se debe a la reducción de la velocidad de escurrimiento del río Paraná, que ha convertido la zona en una suerte de lago debido a la escasa circulación del agua.

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