Se terminaron las semanas en las que hablaban los candidatos y llegó el día en el que le tocó hablar a la gente y su mensaje volvió a ser un categórico rechazo a la grieta y un elocuente apoyo al Frente Renovador, ahora en su versión NEO, tanto que duplicó en votos a la sumatoria de los demás frentes.
A 20 años de que el Frente Renovador revolucionara la política provincial rompiendo el bipartidismo PJ-UCR con una propuesta rupturista para la época, la fuerza política ideada y llevada a la práctica por Carlos Rovira ganó en forma aplastante su décimo primera elección provincial consecutiva y su sexta a gobernador.
Volvió a ganar, esta vez con una propuesta que se destaca por la participación de jóvenes en lo que dio en llamarse la Renovación NEO y con la estrategia de siempre de plantear una agenda propia con eje en lo provincial frente a una oposición que en todo momento intentó nacionalizar las elecciones, al punto que Juntos por el Cambio cerró su campaña con visitas de todos los presidenciables de ese espacio.
Horacio Rodríguez Larreta, Eugenia Vidal, Patricia Bullrich y Miguel Pichetto pasearon sus aspiraciones políticas por distintos puntos de la provincia, repitieron discursos pensados para Buenos Aires y para la disputa presidencial. Tuvieron nulo efecto en las provinciales del domingo.
La renovación en cambio consiguió ganar a pesar de un contexto nacional que tira para abajo, a pocos días de una nueva corrida del dólar blue que sembró incertidumbre y en un contexto inflacionario que no da tregua.
Logró hacerlo porque desde 2018, cuando la crisis económica argentina se agudizó, a esta parte, supo construir un microclima que protegió a los misioneros, especialmente a los sectores de ingresos medios y bajos, de los efectos más negativos de esa crisis.
Los programas Ahora sostuvieron el poder de compra de los asalariados, lo que también benefició al comercio, las líneas de crédito a tasa subsidiada mantuvieron a la industria activa y las políticas de Estado sostenidas a lo largo de las administraciones, sumadas a la inversión en infraestructura favorecieron la llegada de nuevas inversiones.
Una clave importante para entender este nuevo triunfo electoral por amplio margen pasa por el alto grado de aceptación de la gestión de Gobierno y de las líneas políticas que lleva adelante la renovación. Si en algún momento de los últimos veinte años hubo resistencia de algún sector de la sociedad, el empresariado por ejemplo, eso cambió de manera rotunda.
Las mismas cámaras empresariales que hace algunos años planteaban críticas y hasta amenazaban con adoptar medidas de fuerza en disidencia con la política fiscal, hoy muchos de sus integrantes militan en las filas del Frente Renovador y hasta ocupan cargos en la estructura de gobierno.
Es que las políticas que sirvieron para morigerar en Misiones los efectos de la crisis nacional tuvieron efectos muy positivos para un sector privado que se beneficia de manera contante y sonante con el crecimiento económico de la Tierra Colorada, que contrasta con lo que ocurre en la región.
Eso se vio reflejado en las urnas de forma contundente. Por ejemplo, en las mesas del Centro de Posadas, en las que influye de forma significativa el humor del empresariado local, el Frente Renovador ganó de forma clara.
La apertura a la participación de los jóvenes, que llegaron en masa y con agenda propia, y a referentes de los más diversos ámbitos no hizo más que potenciar la oferta electoral de la renovación.
En la vereda política opuesta, la estrategia de nacionalizar las elecciones no rindió frutos. El Frente de Todos prácticamente desapareció del mapa y se llevó puesto al Partido Agrario y Social (PAyS) que si bien pudo retener la intendencia de Colonia Aurora, perdió más de 10 mil votos en San Vicente, municipio en el que había ganado hace cuatro años, y también tuvo una pobre performance en la zona del Alto Uruguay, donde tradicionalmente se hacía fuerte.
Las aspiraciones de Juntos por el Cambio tampoco resultaron satisfechas. El votante misionero le dio la espalda en municipios en los que este frente había cosechado mayor cantidad de votos hace dos años y en algunos municipios del Alto Uruguay quedó tercero, detrás de la renovación y del alicaído Frente de Todos.
En Posadas tenían expectativas de ganar la intendencia, perdieron por más de 36 mil votos lo que representa algo más de 26 puntos porcentuales; en Eldorado se llevaron una paliza: 68% a 17%. En Oberá competía por la intendencia el presidente del PRO Misiones, Horacio Loreiro, y se decía que tenía buenas chances de ganar, no estuvo ni cerca, JxC perdió 34% contra 60% y el otro distrito en el que tenían cifradas esperanzas es Iguazú, allí también perdieron, aunque por un margen más escaso: 43% contra 49%.
Tras las elecciones hubo pase de facturas en Juntos por el Cambio. Los que empujaron el carro de la campaña en las provinciales dicen que hubo un amplio sector de la dirigencia y de la militancia que no movió un dedo, mientras que los acusados por una supuesta falta de entusiasmo dicen que los dejaron afuera del reparto de los cargos.
Por otra parte hay una parte importante del voto radical histórico que sigue sin tragarse el sapo de tener a un Puerta dentro de la alianza. El hecho de que el hijo del exgobernador apostoleño, Pedro Puerta encabezara la lista de candidatos a diputado nacional no ayudó a sanar esas heridas.
Se vio en los resultados: la lista de diputados de JxC recibió 16 mil votos menos de los que recibió el candidato a gobernador Martín Arjol, claramente a Pedro Puerta lo cortaron de la boleta.
Para la oposición quedó planteado un escenario preocupante de cara a las elecciones nacionales de octubre, en las que se elegirán diputados nacionales y senadores. Los cambiemitas confían en que en esa instancia sí funcionará su discurso pro-grieta, otros empiezan a advertir que si no cambian algo terminarán cosechando resultados tan pobres como los del domingo último.
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— misionesonline.net (@misionesonline) March 31, 2023
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