La empresa emblema de Misiones fue vendida a precio vil durante el gobierno de Ramón Puerta. Sin embargo, en 2017 fue adquirida por el Grupo Arcor por una estratosférica cifra. Hace más de 25 años el pueblo misionero se sigue preguntando adónde fue a parar ese dinero.
La terrorífica década del ’90 en Argentina tiene como nota sobresaliente la venta de las joyas de la abuela, es decir, las empresas estatales. Los servicios públicos; de radiodifusión, energéticas, se remató sin el más mínimo reparo. En la mayoría de los casos a precios menores que los de mercado. Misiones no fue la excepción y también padeció ese siniestro festival de privatizaciones. La provincia era gobernada en aquel entonces por el máximo exponente del neoliberalismo más corrosivo de la Argentina, un tal Federico Ramón Puerta, poderosísimo empresario del sector yerbatero.
El 12 de diciembre de 1996 es una fecha muy significativa en la historia de Misiones, ese día, de la mano de Puerta, se autorizó la venta de una de las empresas emblema de la provincia. Se trató de una operación plagada de irregularidades que comenzaban con el precio de venta. Los 50 millones de dólares en los cuales se cotizó, hasta ese momento, la imponente empresa del Estado Provincial, fueron objetados como muy bajos por quienes se oponían a su venta. Además de los puestos de trabajo en riesgo, sumado a la reconversión de una compañía que generaba valor agregado para trasladar la inversión solamente a la producción de materia prima.
Las promesas de quien fuera presidente de la Nación por algunas horas tampoco se hicieron realidad. El oriundo de Apóstoles había prometido que los recursos se iban a destinar a la producción primaria y a mejorar la oferta forestal.
Si recurrimos a las investigaciones periodísticas de la época, que tuvieron lugar con posterioridad a la venta, las mismas relatan que “a inicios del año 1998, luego de un largo proceso de privatización, el consorcio nacional BISA – Zucamor S.A. adquiere el 93 % del paquete accionario de la compañía, situación que se mantiene hasta la fecha. Los u$s 46.560.000 se repartían en tres clases. La «A» correspondía al Estado Provincial con 25 millones de dólares; la clase «B» al Estado Nacional con U$S 17.395.000 -luego cedidas a la Provincia- y la clase «C» perteneciente al sector privado con U$s 3.578.000”.
De los libros y balances contables surge que se desconoce el paradero de 40 millones de dólares de parte de la venta de la empresa insignia del Estado misionero.
La ruta del dinero P
La ley de privatización establecía que de la “clase A”, el 80% (20.5 millones de dólares) debía ser destinado a promoción y protección del sector forestal y el 20% restante (U$S 5.117.032) a un programa denominado FIDA-BID, que era un convenio con Israel de “diversificación productiva”. Por otra parte, la “clase B” debía tener como destino Rentas Generales, Bienestar Social, Salud Pública, Educación, Programas de Reconversión y Saneamiento de las Cooperativas e Industrias. En tanto que la “clase C” sería distribuida entre el sector privado.
Todo el dinero de la venta ingresó a Rentas Generales en noviembre de 1998, pero no se sabe en qué cuenta terminó: de los fondos de la “clase A”, solo hay registro de 588.000 dólares para construir la pista de aterrizaje de la localidad de Apóstoles -que emulaba a la que construyó el líder de la casta neoliberal, Carlos Menem, en su Anillaco natal-, para la que se creó un Programa de Lucha Contra el Fuego. No hubo un solo beneficiario del plan de desarrollo forestal y se destinaron U$S 2.188.330 al 20% FIDA-BID.
Del resto no hay ningún tipo de información. De las acciones “clase B”, el Instituto de Fomento Agroindustrial debió recibir 5 millones, pero no hay certezas de cuánto recibió y en el banco Macro se depositaron otros 4 millones, de los que dio U$S 1.182.000 a apenas 15 beneficiarios porque la Provincia no pidió otras operaciones. De las acciones privadas, ni Papel Misionero (u$s 508.200), ni el Instituto de Previsión Social (u$s 1.269.196), ni el Instituto Provincial de Lotería y Casinos (u$s 80.291), respondieron sobre el destino del dinero. Electricidad de Misiones SA cobró u$s 858.901 en bonos, cuando debía haberlo hecho en efectivo.
Desde el Estado Provincial en los últimos años se pidieron informes a todos los organismos y una audiencia al Fiscal de Estado Fidel Duarte para avanzar en las investigaciones.
Hasta el momento, no se pudo dar con el paradero de cerca de 40 millones de dólares (más de 16.000 millones de pesos) que desaparecieron en la gestión del ex gobernador Federico Ramón Puerta. Mientras tanto, al día de hoy los misioneros se siguen preguntando ¿qué pasó con dinero de las ventas de las joyas de la abuela? ¿Responderá alguna vez Puerta por semejante vaciamiento del Estado o seguirá siendo uno de los grandes beneficiarios de la impunidad del período de saqueo más grande de la historia de la República Argentina?
El día que Arcor desembolsó cerca de 250 millones de dólares por Papel Misionero
En 2017 quedaba en evidencia lo que todos los misioneros decían: la privatización de Papel Misionero fue un escándalo mayúsculo y uno de los grandes ejemplos de corrupción durante el gobierno de Ramón Puerta.
El día martes 18 de abril de 2017 la empresa Arcor SAIC confirmó que adquirió el 100% de las acciones del Grupo Zucamor, que en la década del ´90 se transformó en dueño de Papel Misionero a precio vil.
Los medios nacionales informaron en ese momento que el gigante industrial de Arroyito (Córdoba) realizó una inversión cercana a los 250 millones de dólares para hacerse de la adquisición de Papel Misionero, con el objetivo de quedarse con la producción de su principal competidor en el rubro de los envases para sus productos.
A través de su adquisición, el grupo Arcor se hizo de la producción de papel Kraft y bolsas de papel para cemento, harina y azúcar, y le permitió consolidarse como líder de la región en la confección de este tipo de envases.
Para tomar real dimensión del tamaño de Papel Misionero, la empresa cuenta con un patrimonio forestal calculado en más de 23.000 hectáreas, de las cuales el 68% es bosque nativo, el 31% plantaciones y suelos reforestables y el 1% destinado a otros usos.
En la localidad de Capioví es dueño del Club Papel Misionero, ubicado en pleno centro de la ciudad en una parcela de varias hectáreas.
Dentro del municipio de El Soberbio se encarga de la conservación de la “Reserva Natural Cultural Papel Misionero” que, con una superficie de más de 10.000 hectáreas, integra la Reserva Biósfera Yaboty.
A todo lo mencionado, se le debe sumar el huerto semillero clonal y la producción de plantines, debiéndose destacar que la planta de Puerto Mineral consume casi 400.000 toneladas anuales para la producción de papeles para embalaje.