Empresa tabacalera rechazó la prohibición de “cigarrillos electrónicos” dispuesta por Nación

El ministerio de Salud prohibió los cigarrillos electrónicos en Argentina por considerarlos “potencialmente dañinos para la salud”. Desde la empresa Massalin Particulares se opusieron a esa medida porque entienden que va “en contra de los avances de la ciencia” y aseguran que los dispositivos que se prohibieron en Argentina están homologados por agencias de salud de otros países.

El ministerio de Salud de la Nación prohibió ayer los sistemas o dispositivos electrónicos destinados a inhalar vapores o aerosoles de tabaco, denominados habitualmente como “Productos de Tabaco Calentado” (PTC), que consisten en una barra de tabaco (HeatStick) y un dispositivo de calentamiento de tabaco alimentado por batería.

La cartera que conduce Carla Vizzotti se apoyó en “múltiples investigaciones independientes” que señalaron que los cigarrillos electrónicos o PTCs “producen aerosoles con nicotina y otras sustancias químicas como el acetaldehído, la acroleína y el formaldehido, las cuales son dañinas y potencialmente dañinas para la salud”.

La noticia cayó como una bomba en la alicaída industria cigarrillera que apostaba al crecimiento en el consumo de ese tipo de productos para reemplazar la caída el en consumo de cigarrillos tradicionales que se está registrando no solo en Argentina sino en buena parte del mundo.

La cuestión también afecta a Misiones, en tanto provincia productora de tabaco que desde hace décadas busca alternativas para este cultivo, no siempre con éxito.

Una de las empresas que se refirió al particular fue Massalin Particulares, una de las más grandes compradoras de tabaco misionero.

A través de un comunicado, esta empresa expresó que la medida adoptada por Salud de Nación “va a contramano del más esencial sentido común y de los avances de la ciencia, homologados por agencias de salud a nivel global, aislando a Argentina de los avances que hoy ya existen en el mundo”.

Los empresarios de la industria del cigarrillo aseguran que los dispositivos electrónicos ofrecen una opción menos nociva que los cigarrillos tradicionales porque calientan el tabaco en vez de quemarlo, con lo cual se elimina “el principal problema relacionado con el acto de fumar”, según la empresa.

Aclararon que no se oponen a que el Gobierno avance en las regulaciones que considere pertinente, pero se oponen a la prohibición. “A lo largo y ancho del mundo, hoy las alternativas que calientan tabaco en lugar de quemarlo son una tendencia y se están regulando acordemente, no así prohibiendo. Por ejemplo, una de las entidades más reconocidas a nivel global, la FDA, autorizó en 2019 la comercialización en Estados Unidos de uno de los dispositivos que se comercializan en más de 70 mercados a nivel global: IQOS de Philip Morris International”, indicaron.

Otro ejemplo es el caso de Reino Unido, en el que la Agencia de salud del país concluyó que: “En comparación con los cigarrillos, los productos de tabaco calentado tienen el potencial de exponer a los usuarios a menores niveles de químicos nocivos y potencialmente nocivos”.

En Latinoamérica está el caso de Uruguay, donde hace algunos meses mediante el Decreto No. 87/021  reconoció el carácter diferencial de los productos de tabaco calentado y los enmarcó dentro de la normativa de tabaco vigente. La norma indica que “existen dispositivos electrónicos para la administración de nicotina que emplean una tecnología mediante la cual se calienta tabaco seco, respecto de los que existen datos científicos que indican que los mismos resultan en una menor exposición de los usuarios a las sustancias tóxicas asociadas al consumo tradicional de tabaco”.

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