Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «Cómo han caído los valientes»

El Pastor Guillermo Decena expresó que "a lo largo de la historia del cristianismo, uno puede observar un hecho muy triste: personas que una vez estuvieron arriba, sucede algo y caen en desgracia, cometen un error y toda su vida se desmorona. Veamos lo que dice la Palabra de Dios".

La caída de los referentes en el pueblo de Dios: En Israel también pasaron situaciones de hombres prominentes que cayeron, y sus historias podrían servirnos de ejemplo y aprendizaje en este tema. David escribe un cántico de lamento que describe el momento de dolor, cuando Saúl cae muerto en batalla: «¡Ay, Israel! Tu gloria yace herida en las alturas de los montes. ¡Cómo han caído los valientes!» (2 Samuel 1:19 NVI).

En este cántico, David repite tres veces la misma frase ¡Cómo han caído los valientes! y es sin dudas el lamento del Espíritu de Dios cuando ve caer a las personas principales que Él coloca en eminencia, para llevar a su pueblo a la victoria. Así mismo fue con Saúl, quien fue levantado por Dios para la victoria y terminó en derrota. Pero fueron sus errores los que lo llevaron a la caída.

Estás son historias escritas para nosotros, para advertirnos y mantenernos alertas. Así lo declaró Pablo: «Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga» (1° Corintios 10:12).

A lo largo de la historia del cristianismo, uno puede observar un hecho muy triste: personas que una vez estuvieron arriba, sucede algo y caen en “desgracia”, cometen un error y toda su vida se desmorona. La caída más triste es cuando habiendo conocido lo más sublime de la Creación, se cae en desgracia. Satán es ejemplo perfecto de eso. Habiendo sido creado como ángel portador de luz, termina como ángel caído portador de tinieblas.

Más cerca nuestro, Adán y Eva cayeron terriblemente después de haber gozado la gloria de Dios, fueron echados de su presencia, estado del cual ya no hubo vuelta atrás. Dios quería otra cosa para ellos, pero neciamente eligieron otro camino. Su pecado tuvo consecuencias plenas en su espíritu, alma y cuerpo. Su espíritu ya no se podía comunicar con Dios, su alma ya se convertiría eternamente en mendiga del amor puro, que no logra encontrar en la tierra, ¿Y el cuerpo? Obviamente enfermedad y muerte, la consecuencia inmediata de su pecado. Sus cuerpos, ya no percibían igual el cuerpo del otro, ni a sí mismos se percibían iguales. Algo cambia para siempre con sus órganos sexuales y por eso lo primero que hacen es cubrirlos con hojas de árboles. La Biblia no aclara si su pecado comienza allí, en sus órganos reproductivos, pero claramente el pecado impactaría y traería consecuencias sexuales, por lo que Dios les hace vestidos de pieles para cubrirse.

Es por ello que hay que consagrar en santidad el área sexual de acuerdo a la palabra de Dios y no a lo que nos parece. Jesús es drástico con este pecado y habla de cortar desde los pensamientos la raíz pecaminosa. Las caídas espirituales y el pecado sexual están estrechamente relacionadas y se constituye como el arma favorita de Satanás para despojar al pueblo de Dios de los mejores líderes.

El Pastor Guillermo Decena cita algunos ejemplos de la Biblia, de líderes que cayeron por el pecado sexual:

1) La caída de Sansón.

Sansón es el caso de alguien llamado a ser un vencedor en todas las áreas de su vida pero que desperdició su riqueza espiritual. Su nacimiento fue profético. Un ángel de Yahveh se apareció a su padre, Manoa, de la tribu de Dan, en la ciudad de Zora, y a su mujer, que era estéril. El ángel les adelantó que su hijo liberaría a Israel de los filisteos. También les dijo que la futura madre no debía tomar ni vino ni sidra ni comer cualquier comida. A esta mujer se le apareció el ángel de Jehová, y le dijo: «He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo…» (Jueces 13:3-4).

Esta mujer debía cuidar su cuerpo, el ángel le estaba diciendo que debía pensar en el hijo que va a llevar en su vientre, para que pueda cumplir el llamado de Dios. La grandeza de Sansón consistía en la descomunal fuerza que le concedía el Espíritu Santo.

Muchas veces he observado la fuerza que los demonios le dan a la gente poseída, como el endemoniado gadareno, que aun rompía cadenas, ¡cuánto más el poderoso Espíritu Santo no dará fuerza a sus hijos! Pero el final de Sansón fue vergonzoso, terminó ciego, esclavo, y sin el don sobrenatural que Dios le había concedido.

¿Pero cuál fue el motivo para tan lamentable desenlace? Desobedeciendo la voz de Dios y de sus padres, fornicaba con mujeres del enemigo, contaminándose con ellas. La vieja estrategia diabólica funcionó y todavía funciona. El pecado de fornicación deja al creyente ciego, atado y sin manifestación del poder de Dios en su vida. Antes de morir, Sansón se arrepintió, pero fue el pecado sexual el que lo empujó a su caída, el que lo privó de disfrutar de la presencia de Dios.

 

2) La caída se Salomón.

Salomón nació en un palacio y fue destinado a reinar. Dios le concedió sabiduría, tal es así que fue el hombre más sabio del mundo. Y dijo Dios a Salomón: «Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti…» (2° Crónica 1:11-12).

A pesar de toda la envidia que vendría, Dios promete darle sabiduría, bienes materiales y esplendor o gloria. Dios lo protegería. Pero Salomón no terminó bien, pues su corazón se desvió por una sola razón: el pecado sexual. Así dice la Biblia: «Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David» (1Reyes 11:4).

Si te consideras ya viejo espiritualmente, cuídate del pecado sexual, pero si eres nuevo espiritualmente cuídate del pecado sexual también, porque la fornicación viene primero y después la caída. Esto te hace terminar confundido, atado e idolatrando cualquier cosa, dándoles lugar a los demonios, así como Salomón.

 

3) El caso de David.

David fue un caso muy interesante. Mientras se mantuvo en santidad sexual, con su hondita, la gloria de Dios se movía con él. Cuando dejó la inocencia y se dedicó a tener una colección de mujeres, las consecuencias no tardaron en venir: ceguera, ataduras y apartarse de la bendición de Dios.

No le alcanzaba las mujeres que tenía, que hasta que se propuso agregar a su colección una mujer casada, ¡y mando a matar a su esposo! Dios no lo toleró más, mandó su juicio y David nunca más fue el mismo. El preludio de su caída fueron los pecados sexuales.

Los grandes valientes han caído por este pecado. Cuando al profeta caído, llamado Balaán, le piden que maldiga a Israel, él contesta que no puede ya que no había pecado grave en Israel. Pero les aconseja una estrategia diabólica: hacer caer en pecado sexual a Israel, mezclándolos con mujeres paganas, y ahí sí se lo podría maldecir (Números31:16).

Esta es una gran advertencia para nosotros. El tentador no ha cambiado su estrategia favorita. Por ello, «el que piensa estar firme cuídese que no caiga» tiene un contexto que nos muestra a que se refiere con los desenfrenos de fornicación del antiguo pueblo de Israel.

Leamos algo de este maravilloso pasaje: Todo eso sucedió para servirnos de ejemplo, «a fin de que no nos apasionemos por lo malo, como lo hicieron ellos. No sean idólatras, como lo fueron algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se entregó al desenfreno. No cometamos inmoralidad sexual, como algunos lo hicieron, por lo que en un sólo día perecieron veintitrés mil. Tampoco pongamos a prueba al Señor, como lo hicieron algunos y murieron víctimas de las serpientes. Ni murmuren contra Dios, como lo hicieron algunos y sucumbieron a manos del ángel destructor. Todo eso les sucedió para servir de ejemplo, y quedó escrito para advertencia nuestra, pues a nosotros nos ha llegado el fin de los tiempos. Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer» (1° Corintios 10:6-12).

Que tengas un feliz domingo, Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

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