Corrientes | El guaraní, de ser mala palabra a vivir un incipiente proceso de revalorización

La lengua guaraní tuvo un período de prohibición tácita porque se asociaba a la pobreza y a la marginalidad. Ahora, hay un creciente interés y el desafío sigue siendo que forme parte de la currícula escolar. 

Pocas cosas definen a un pueblo como su lengua, y Corrientes y el guaraní son un ejemplo de ello. Es un idioma que muchas veces permite decir algo que en castellano parece imposible, aunque tenga una traducción más o menos cercana.

Angá, manté, angaú son términos que en la provincia perduran y que se usan con asiduidad incluso entre los más pequeños.

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Lo cierto es que el uso del guaraní pasó por varios momentos y hoy se encuentra saliendo de uno: el de la negación y la marginalidad; ya que Corrientes tiene una ley que establece que la lengua nativa debe ser enseñada en las escuelas, con el objetivo de preservarla y volverla a poner en valor. Pero, como suele ocurrir con muchas normativas, su aplicación no resulta sencilla.

Más allá de esto, se avanza en un sentido que los especialistas consideran más que positivo.

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Sobre esta cuestión, República de Corrientes dialogó con Carolina Gandulfo, coordinadora del Centro de Estudios Etnográficos de la Facultad de Humanidades de la UNNE, docente y promotora del guaraní.

La especialista señaló que “la enseñanza del guaraní en las escuelas no se está implementando; hay solo algunas experiencias acotadas en algunas primarias y secundarias”.

Aunque destacó que “en el nivel superior se ve un poco más, en carreras relacionadas con el turismo y la salud, sobre todo, como enfermería”.

Gandulfo sostiene que el guaraní tendría que ser incluido de alguna manera en las currículas escolares ya desde el nivel inicial. La apertura del profesorado formal el año pasado es una de las grandes noticias para el idioma y su conservación como bien inmaterial.

“Era una demanda histórica de personas que se formaron fuera del sistema oficial. Hay mucha gente que quiere formarse y son cerca de 40 los inscriptos”, contó la investigadora.

 

Recuperación

El proceso de revalorización que viene experimentando el guaraní no es tan fácil de explicar, señaló la especialista. “No hay una explicación lineal, tiene mucho que ver con una tendencia al reconocimiento de la diversidad y a la conservación de las lenguas propias”, expresó.

La lengua pasa hoy, aseguran, por un punto de inflexión. Si bien el quiebre no se terminó de dar, profesionales afirman que se está en ese camino y se evidencian ya algunos cambios positivos en este sentido.

Paraguay

Muchas veces se compara la aceptación y el uso del guaraní en Corrientes con Paraguay, pero lo cierto es que el idioma no siempre fue valorado como ahora en el vecino país. “Ellos también atravesaron procesos de prohibición similares a los de acá”, dijo Gandulfo.

Justamente por esta cuestión, Corrientes desarrolla diferentes actividades que buscan fortalecer el idioma guaraní y ponerlo en valor.

El profesorado formal ya en curso es uno de los grandes pilares de la revalorización. También se avanza en el intercambio de experiencias con Paraguay, para seguir fortaleciendo su enseñanza, popularización y su uso, siempre con el apoyo de las normas que lo promuevan.

Música

El chamamé siempre fue una de las principales vidrieras que tuvo el guaraní. Muchos de los temas clásicos del género musical están escritos y cantados en guaraní o mezclado con el castellano. Uno de los ejemplos más icónicos es el de Kilómetro 11, aunque existen muchísimos otros.

Por eso quizás algunas frases suenen absolutamente familiares en los oídos de un correntino, aun cuando esa persona no sepa hablar ni entienda el guaraní.

Aníke nderesará es una expresión que casi a nadie puede resultarle ajena en esta parte del país, incluso a los que no saben su significado. Por eso el chamamé actuó -y lo sigue haciendo- como reservorio de una lengua que muchos quisieron olvidar o debieron hacerlo, pero que hoy vive un proceso de resurgimiento.

Especialistas aseguran que el proceso de revalorización no es sencillo y mucho menos ágil, pero destacan que esta tendencia está en marcha hace ya un tiempo y se están dando avances visibles, que generan optimismo.

“Mala palabra”

El guaraní perdió terreno y tuvo varias décadas en las que tuvo que convivir con la marginalidad. Los padres dejaron de enseñarles a sus hijos y muchos tuvieron vergüenza de hablar esa lengua. Era mala palabra.

“Hasta hace apenas 15 años, el guaraní estaba invisibilizado, había como una especie de prohibición tácita, estaba mal visto”, comentó Carolina Gandulfo.

La especialista comentó que “antes se decía para qué voy a aprender guaraní” y señaló que “cuando se promulgó la ley empezó a cambiar la manera en la que la gente se relaciona con el guaraní”.

“Hace algunos años, los hijos les pedían a sus padres que les enseñaran, pero esto no pasaba”, agregó.

El guaraní atravesó por un proceso que puede relacionarse con el chamamé. De ser algo popular pasó a considerarse culturalmente bajo, sin valor, para luego comenzar a resurgir, pasos que esta lengua comenzó a dar hace unos años, todavía de manera tímida, pero persistente.

La docente explicó que “el guaraní era asociado directamente con la pobreza. Tengo que hablar bien el castellano para que no se note que sé hablar guaraní”, dice Gandulfo que fue el pensamiento muy extendido durante años y que quizás permanezca aún en muchas personas.

 

(Fuente: La República de Corrientes)

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