Reflexión del Pastor David Decena: «Gestionar la tempestad»

El Pastor David Decena expresó que -"la vida de Cristo creciendo en nosotros nos da las herramientas necesarias para salir firmes de cada tempestad. Herramientas para atravesar las tormentas como hijos de Dios. El apóstol Pablo nos muestra el camino para gestionar las tormentas de la vida, veamos lo que nos dice".

«…Llevábamos ya mucho tiempo sin comer, así que Pablo se puso en medio de todos y dijo: —Señores, debían haber seguido mi consejo y no haber zarpado de Creta; así se habrían ahorrado este perjuicio y esta pérdida. Pero ahora los exhorto a cobrar ánimo, porque ninguno de ustedes perderá la vida; solo se perderá el barco. Anoche se me apareció un ángel del Dios a quien pertenezco y sirvo, y me dijo: “No tengas miedo, Pablo. Tienes que comparecer ante el césar y Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo”. Así que ¡ánimo, señores! Confío en Dios que sucederá tal y como se me dijo. Sin embargo, tenemos que encallar en alguna isla.” (Hechos 27:21-25 NVI).

Esta historia del apóstol Pablo es una ilustración perfecta sobre cómo gestionar una tormenta. Recordemos que Pablo estaba preso por predicar a Jesús, y era trasladado a Roma, por recurrir a una facultad de todo ciudadano romano, que era apelar al emperador. En ese viaje tenemos esta historia, registrada por Lucas, que nos muestra cómo todos pasamos por problemas, pero no todos respondemos de la misma manera. Por más desafiantes que sean las pruebas de los hijos de Dios, la paz que Jesús practicó no sólo puede sostener nuestro corazón, sino permitirnos bendecir a quienes nos rodean.

Atravesar la tormenta como todos: La descripción del barco es una descripción de lo que provoca una tormenta en aquellos que no confían en Jesús. Sin el Señor, que es el Príncipe de Paz (Isaías 9:6), el barco de nuestra vida se encuentra “atrapado” muchas veces por las tormentas (vs. 15). Esta sensación es terrible, porque lleva a muchos a declarar aún el “fin de toda esperanza” ante la circunstancia (vs. 20). Además de estar atrapado, al barco también le “amarraron con sogas todo el casco (…) para reforzarlo” (vs. 17). Esto representa los esfuerzos humanos para sobrellevar las situaciones difíciles de nuestra vida. Es imposible que con nuestras propias fuerzas podamos vencer algo que solo con Cristo se atraviesa en victoria. Por esto mismo muchos se cansan, y dejan el barco de su vida “a la deriva” (vs. 17). En otras palabras, se dejan llevar por el caos de las circunstancias.

Aún podemos arrojar “al mar los aparejos”, que es otro símbolo de intentar salir de la tormenta
con nuestra propias fuerzas, pero eso será en vano (vs. 19). Sin Cristo las tormentas son un problema imposible de sobrellevar. En palabras de Jesús, es como no tener las palabras de Dios en nosotros, y por lo tanto seríamos como un “hombre insensato que construyó su casa sobre la arena” (Mateo 7:26).

La vida de Cristo creciendo en nosotros nos da las herramientas necesarias para salir firmes de cada tempestad. Herramientas para atravesar las tormentas como hijos de Dios. El apóstol Pablo nos muestra el camino para gestionar las tormentas de la vida. Él, que iba preso en ese barco, fue el que trajo la salvación de todos los que estaban “sin esperanza”.

El Pastor David Decena propuso meditar «en algunas de las revelaciones que nos deja esta impactante historia»:
– Primera revelación importante: No importa el problema, importa la relación.
La relación que Pablo tenía con Dios era tan estrecha que supo por Él, aún antes de que este barco salga, que les esperaba un desastre. Esto le permitió advertirle al centurión que era responsable, pero éste no le hizo caso (vs. 10 y 11). La respuesta del soldado es la típica respuesta de alguien que tiene su corazón cerrado a Dios.
Pero fue ese mismo soldado romano el que luego hizo caso a Pablo, cuando éste le advirtió que nadie debía bajar del bote si querían salvarse (vs. 31 y 32). Nuestra relación con Dios es el valor más importante que tenemos en las circunstancias difíciles. Si podemos invertir nuestra vida en trabajar esa relación, los resultados se verán en los buenos y en los malos tiempos. En los buenos tiempos invirtamos nuestra vida en Él como Pablo, porque en los malos tiempos nuestra fortaleza vendrá de su palabra: “No tengas miedo, Pablo…” (vs. 24).


– Segunda revelación: Toda dificultad revelará nuestra identidad.
Como vimos, el apóstol Pablo afirmó delante de todos que su vida pertenecía al Dios al que servía. Ésta fue una reafirmación de la identidad que Pablo había construido en Cristo por muchísimos años, a través de pruebas y dificultades. El enemigo nos quiere llenar de pensamientos negativos, que quieren inducirnos a la incredulidad.
Pero para que él no triunfe, debemos construir una vida sólida en Cristo. Al punto que podamos afirmar como Pablo: “Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí” (Gálatas 2:20).


– Tercera revelación: Aún en los problemas, Dios nos quiere a su servicio.
Es muy usual encontrarse con creyentes que dejan de servir al Señor en medio de sus dificultades. Pero Pablo se mostró como un instrumento de salvación con sus palabras para 270 personas que necesitan encontrarse con el mismo Jesús que Él había conocido.
Las circunstancias difíciles no son una oportunidad para huir, sino para reafirmarnos en lo que Dios nos llamó a realizar. El enemigo nos tentará para que soltemos aquello que estamos haciendo al servicio del Señor. Por eso, en tiempos de dificultad, sirvamos a Dios con aún más determinación, sabiendo que mientras lo hacemos, Él se está ocupando de nuestros asuntos.
En tiempo de dificultad podremos ser instrumentos de salvación para los demás. Lo más impresionante es que el ángel, más allá de animar a Pablo, vino a comunicarle que Dios le había “concedido la vida de todos” los que estaban en el barco (vs. 24).

* Dos cosas importantes:

Primero, hay poder en la oración. Por lo que el ángel le dice, es obvio que Pablo le
había pedido al Señor que tuviera misericordia de todos los que estaban en el barco.

Y en segundo lugar, un cristiano maduro en su fe, en medio de sus propios problemas, no pierde de vista los problemas de los demás.
Mi confianza es que en esta temporada Dios nos permite ser hijos que atraviesan toda dificultad gestionando lo que viven con la paz que da el Espíritu de Cristo que habita en nosotros.

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor David Decena

Victory Church

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