El deporte, como actividad humana de competición de destrezas, de entrenamiento o simplemente como disciplina de recreación u entretenimiento no se encuentra ajena a prácticas antiéticas o ilegales.
El interés por los deportes presenta un sostenido crecimiento a nivel mundial. Es así que los deportes han experimentado la globalización absoluta en los últimos 25 años, llegando a marcar hitos históricos de asistencia a estadios, compra de derechos televisivos y audiencia. Ejemplos de ello es el Super Bowl, con un estimado de 110 millones de audiencia en su última edición (disputado entre Chiefs de Kansas City y Eagles de Filadelfia), únicamente superado por los eventos de Patriots-Seahawks del año 2015 (114.4 millones de espectadores) y el Patriots-Falcons del año 2017 (112.3 millones de espectadores). La final de la copa mundial de fútbol 2022 marcó un enorme récord de 6.3 billones de espectadores.
Esta atracción masiva que despiertan los deportes es un atractivo para organizaciones que dedican su actividad a influir de manera directa o indirecta en los resultados deportivos y así capitalizar ganancias. Estas prácticas de intervención (hecha por terceros o protagonistas) en resultados o desarrollo de encuentros o campeonatos deportivos no se encuentra permitida.
Debido a esta situación, las organizaciones deportivas (FIFA, NFL, entre otros) en conjunto con los Estados y organizaciones Internacionales han tomado cartas en el asunto para prevenir y combatir los actos de corrupción que atentan contra el deporte transparente.
Acción de Naciones Unidas en la prevención y Lucha contra la corrupción deportiva
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas, emite un informe anual acerca de la corrupción deportiva. Sin embargo, más allá de la importancia de los datos que arroja el documento, también trabaja en conjunto con FIFA en programas de capacitación de lucha contra la corrupción y específicamente contra el amaño de partidos.
En su informe, la Oficina de la ONU explica que uno de las razones de la corrupción es la disparidad económica entre los actores del deporte. Se estima que existen alrededor de 14.000 tenistas profesionales en el planeta, pero alrededor de 600 únicamente logran cubrir los gastos de su entrenador personal. Por otro lado, alrededor de 11.000 atletas participaron d ellos JJOO de Invierno, de los cuales la gran mayoría no alcanza una situación financiera estable. Estas realidades empujarían al deportista a participar en apuestas deportivas, amaños u otros métodos para lograr ganancias, más aún en los últimos años de carrera.
Actualmente la Convención Internacional contra la Corrupción en el deporte cuenta con 188 Estados firmantes. Un artículo importante es el Nº 13 de la Convención, la cual establece la necesidad del compromiso y participación de los individuos y grupos ajenos a los organismos públicos, es decir, el compromiso ciudadano.
FIFA y World Rugby han adoptado sus códigos internos de disciplina para perseguir todos los actos antiéticos o ilegales, en orden a acompañar en conjunto los esfuerzos con los Estados y la ONU. En el caso de FIFA, además, sostiene la importancia de que los clubes elaboren programas éticos internos, para mitigar o prevenir actividades ilícitas dentro d ellos clubes.
Sin embargo, aún queda mucho por avanzar y desarrollar por la ONU y los grupos de interés.
El desarrollo de las actividades ilícitas que rodean al deporte
Es inevitable recordar el caso denominado “FIFA Gate”, que sorprendió al mundo entero cuando en el año 2015 la justicia de los Estados Unidos publicó sus investigaciones a miembros de la FIFA y UEFA por sobornos en razón de los derechos de televisación y otorgamiento de sedes de los mundiales de fútbol. Sin dudas este caso fue un elemento fundamental para que el deporte mundial avanzara en paso firma hacia la prevención de prácticas ilícitas en el deporte.
Alrededor de las últimas dos décadas las organizaciones de apuestas deportivas se han desarrollado ampliamente, asentando sus operaciones en Estados donde su detección es extremadamente difícil.
Existe el fenómeno de “Courtsiding” que es cuando un espectador observa un encuentro deportivo y envía información a estos operadores ilegales de otros países, para que aprovechando la demora de la transmisión oficial, se utilice la información para apuestas deportivas ilegales.
Es de resaltar que el amaño de encuentros deportivos – uno de los principales y más usados medios de corrupción- es combatido por todos los organismos deportivos y su prevención depende en gran medida del compromiso de todos los protagonistas (organizaciones internacionales, clubes, deportistas, espectadores).
Actualmente en la República Argentina, la Fiscalía de Delitos complejos de la Ciudad de Buenos Aires lleva adelante investigaciones en relación a supuestas apuestas deportivas ilegales realizadas en base a encuentros de fútbol de Primera División, Nacional B, B Metropolitana y Torneo Federal A.
Las actividades ilícitas dentro del deporte deben prevenirse desde su origen (clubes deportivos, organizaciones) y son los Estados los que deben fortalecer las herramientas para ello y en su caso consolidar penas concretas. El deporte siempre debe perseguir el “fair play” (juego limpio).
(*) Carlos A. Garcia: Abogado, UCSF- Derecho del Deporte, Derecho Empresario, Universidad Austral