El Pastor Guillermo Decena explica que la obra de Jesús en la cruz, ningún ser humano podría haberla hecho, solo Él podía darnos la libertad, y la sangre de la cruz fue el comienzo de todas las victorias posteriores. La Biblia dice que hay un problema en la humanidad que solo la sangre podía solucionar.
«Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis» (Juan 19:34-35).
Aquí hay una progresión entre el perdón de Dios, el Espíritu Santo en nosotros y la fe salvadora. De principio a fin la vida de Jesús ha sido extraordinaria, sobrenatural y llena de detalles importantes. Cada uno de estos detalles tiene un significado esencial.
¿Por qué brotó sangre y agua del costado de Jesús? Cuando un hombre era condenado a ser crucificado, era regla no dejar los cuerpos en las cruces durante la noche. En la crucifixión de Jesús, se hace más urgente, ya que, al día siguiente era el sábado de Pascua.
Para acelerar la muerte a los inculpados que seguían vivos, se les rompía las piernas con una maza, para que no tuvieran como sostener su cuerpo y murieran rápidamente. En el caso de Jesús no fue necesario, porque ya estaba muerto. Sin embargo, un soldado para asegurarse, le atravesó con la lanza el costado, del que fluyeron sangre y agua. Así se cumplió la profecía de Zacarías 12:10: “Me mirarán a mí, a quien traspasaron”.
Era necesario que la sangre viniera antes del derramamiento del agua. La Sangre vino primero y después el río del Espíritu de Dios. Por esto debemos aplicar la sangre de Cristo a nuestra vida para que después de ella pueda venir todo lo demás, incluyendo los milagros por el Espíritu de Dios. Así como el mar rojo significa el paso de la esclavitud a la libertad, un hecho imposible para el ser humano. Los hebreos jamás hubieran sido liberados de la esclavitud, pues era algo infranqueable que solo Dios el todopoderoso podía hacer. Así mismo es la obra de Jesús en la cruz, ningún ser humano podría haberla hecho, solo Él podía darnos la libertad, y la sangre de la cruz fue el comienzo de todas las victorias posteriores. La Biblia dice que hay un problema en la humanidad que solo la sangre podía solucionar.
«Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús…» (Romanos 3:23-25)
La gente de Israel tenía conciencia de que la muerte a causa del pecado estaba sobre ellos, por eso había que ofrendar sacrificios que fueran aceptados de parte de Dios.
La sangre del sacrificio de un animal debía ser derramada, porque ella representaba la vida misma: «Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona» (Levíticos 17:11).
«El siguiente día vio Juan (el bautista) a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29). Jesús se presentó como el sacrificio perfecto y su sangre, a diferencia del antiguo pacto, no solo cubre sino también limpia completamente todo pecado.
Todo ser humano perdido y sin esperanza puede ser salvo por medio de la sangre de Cristo, que fue derramada en la cruz del Calvario como el Cordero enviado por Dios. La Biblia declara que el cristiano es separado por Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu Santo, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre: Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas (1Pedro 1:2).
El Pastor Guillermo Decena destacó una serie de puntos:
1. LA SANGRE DE CRISTO PURIFICA.
El cristiano debe conocer y experimentar el poder de esa sangre bendita, puesto que desde que recibió a Jesucristo en su corazón, empezó a actuar para ser presentado puro delante del Señor, y vivir para siempre con Dios. «La ley dada por medio de Moisés establecía que todo pecado debía ser purificado con sangre, a través de un sacrificio» (Levíticos 14:25).
«Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión» (Hebreos 9:22).
«De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas…» (2Corintios 5:17-19).
Las cosas nuevas se refieren al perdón de los pecados, que nos reconcilia con Dios y nos da una nueva vida. La sangre que limpia hace que podamos recibir la obra del Espíritu Santo que libera. Dios te perdona a través del arrepentimiento por la sangre de Cristo.
– LIMPIA DE TODO PECADO: «Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado» (1 Juan 1:7).
Cuando se habla de limpiar, nos indica que la sangre de Cristo limpia al creyente de todo pecado, e incluso enfermedades, así como al leproso que le dijo a Jesús que si Él quería podía limpiarlo (Mateo 8:2).
2. EN LA SANGRE DE CRISTO HAY REDENCIÓN.
La palabra “redención” quiere decir: liberar al esclavo por recepción de un rescate. Esto significa pagar el precio de un rescate para lograr la liberación. Por eso, la obra de Jesucristo redimió a los hombres de toda iniquidad.
«Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras» (Tito 2:14).
Esto aún nos habla de toda maldición heredada por los pecados de los antepasados. Gracias a Su sangre, hoy tenemos todo el derecho de ser libres de esa herencia maligna si vivimos como hijos de Dios. Si tenemos una actitud correcta y con perseverancia, entonces la obra se va completando. Por esto viene la exhortación del apóstol Pablo: «Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios» (1 Corintios 6:20).
Él nos rescató de la vana manera de vivir que se heredó de los padres, de la esclavitud de la tradición, y el único pago de rescate fue la preciosa sangre de Jesucristo.
«Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata…» (1Pedro 1:18-19).
3. LA SANGRE DE CRISTO QUITA EL PECADO.
«Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados» (Hebreos 10:4; 11-12).
En el Nuevo Testamento se enseña que la sangre de los toros y de los machos cabríos no pueden quitar los pecados, sino que sólo la de Cristo, quien realizó una vez y para siempre un solo sacrificio por los pecados de toda la humanidad.
«La sangre de Cristo quita el pecado, porque en Él no hay pecado» (1 Juan 3:5). La palabra “quitar” significa levantar, llevar, sacar de encima o afuera, por lo que Cristo llevó nuestros pecados sobre sí mismo, para que ya no los cargásemos nosotros.
También es por eso que los pecados no perdonados son una carga, un peso tremendo para el ser humano, que puede aplastarlo y quitarle las fuerzas. “Venid a mí los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar…” (Mateo 11:28).
4. LA SANGRE DE CRISTO LIMPIA LA CONCIENCIA.
(Hebreos 9:14) La conciencia se refiere a “aquella facultad mediante la cual se llega a saber la voluntad de Dios, como aquello que está dispuesto a gobernar la vida, por ejemplo: el sentido de culpa delante de Dios”
“Aquel proceso de pensamiento que distingue lo que considera moralmente bueno o malo, alabando lo bueno, condenando lo malo, y así impulsando a hacer lo primero y a evitar lo malo”.
Entonces, comprendemos que la sangre de Cristo es suficiente para aclarar el pensamiento del cristiano, fortaleciéndole la conciencia para que distinga entre lo que proviene de Dios y no dejarse influenciar por la acusación que proviene del enemigo o por personas usadas por él para condicionar nuestra vida. La Sangre de Cristo nos ha otorgado libertad y victoria contra las obras del maligno.
La película “La Pasión de Cristo” es impactante por el realismo. Cuando el soldado romano toma la lanza y la clava en el costado de Jesús, es salpicado por Su sangre. Esto es una muestra real de lo que sucede en un acto tan cruel.
Sin embargo, haber sido salpicado por la sangre de Cristo no garantiza ningún beneficio si no tenemos fe en la persona divina de Jesús, siendo el cordero de la pascua, pagando el precio por fe. La fe es la que activa el poder de Dios a nuestro favor.
Tenga fe en el sacrificio de Cristo, en el precio que Él pagó con su preciosa sangre. El derramamiento de la sangre de Jesús habla de un Dios que quiere perdonar a la humanidad, vayamos a Él con arrepentimiento para que nos perdone.
«Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana» (Isaías 1:18). «Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados» (Isaías 43:25).
Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!
Pastor Guillermo Decena
Victory Church