Para muchos un “circo”, pero para ellos un estilo de vida sobre ruedas: el detrás de escena de los protagonistas del Circo Varekay

Para el común de las personas, el circo puede ser un espectáculo de destrezas, show y talentos, pero para sus integrantes es un estilo de vida. En esta ocasión, te presentamos un informe en el que los protagonistas cuentan cómo es su día a día en el circo.

La vida de dos artistas del circo Varekay, que estará en la ciudad de Posadas durante todo el mes de febrero a lado de la terminal, entre las avenidas Santa Catalina y Santa Cruz, cuentan cómo se vive normalmente fuera del espectáculo, dan a conocer sus actividades cotidianas, sobre sus familias, los ensayos, todo de lo que no se ve.

Su vida diaria se conforma de la preparación constante para cada show, pero también de recorrer sobre ruedas de un lugar a otro, viviendo cotidianamente sin la máscara, el disfraz, ni la música y el maquillaje.

Martin Dresdner, artista del circo Varekay, como motociclista en el globo de la muerte, comenzó contando sobre sus inicios en el circo.

“Yo soy nacido y criado en el circo, mis padres, mis abuelos, eran de circo, vengo de una quinta generación de artistas de circo. Somos nómades, porque así se le dice a la gente que viaja y viaja. Somos viajeros, andamos todo el año viajando de un lado a otro, vivimos en una casa rodante, pero somos totalmente del común de la gente, nada más que vivimos sobre ruedas”, comentó.

“Acá en el circo tengo a mi madre, después a mi familia que está constituida por mi señora y mis dos hijos. Ellos nacieron en la gira del circo, Gael es misionero y Vida es correntina. Así también fuimos nosotros en nuestra infancia y ahora se está repitiendo con las nuevas generaciones en mi familia”.

“La magia del ciclo escolar para los niños del circo”

En esa línea, habló sobre su familia, de cómo viven y cómo es para sus hijos estar desde un lugar a otro sin tener un lugar fijo como quizás es común para la vida de muchos niños. “Acá es mi casa, vivimos nosotros cuatro, Vida tiene seis meses y Gael cuatro años”.

“Es una experiencia totalmente nueva para ellos, pero en el caso de Gael que ya comenzó el jardín, en la salita de cuatro, se adaptó muy bien. La idea de conocer gente nueva, chicos nuevos, la escuela es totalmente distinta, las “seños” son totalmente distintas, se hace amigos de los niños en los lugares a donde vamos, esa es la magia que tiene el hacer el ciclo escolar en un circo. Un día te levantás en Posadas, y al otro día en Corrientes, Mendoza o Buenos Aires, esa es la vida nuestra, a donde estemos a ellos les toca ir y cumplir el ciclo escolar durante todo el año”, expresó.

Cada persona va creando su vida a través de momentos, Martin la hizo en varios circos, en ese entorno encontró a quien hoy día es su compañera de vida y la madre de sus hijos. “Yo con mi señora compartimos nuestra infancia en circos, mis padres trabajaban en un circo muy grande y la familia de ella también estaba ahí, compartimos muchos momentos durante nuestra infancia, luego de grandes nos volvimos a reencontrar y formamos pareja, una familia”.

Tal vez te interese leer: Verano en misiones: El circo Varekay como una alternativa para disfrutar de las vacaciones

El circo Varekay

En cuanto al circo, comentó que desde que su propietario tuvo la oportunidad de tener su carpa, siempre estuvo rodeado de artistas jóvenes. “Parte del espectáculo van a notar a mucha gente joven, el 90% de los integrantes somos nacidos en el circo y eso se nota arriba del escenario, aunque van y vienen, siempre se cambian, el circo es como el teatro, vivimos del espectáculo, por ejemplo, si faltan malabaristas, se los consigue por otros medios o de otro país; y así se forma un show como el del circo Varekay”.

“El día a día en un circo es muy familiar, yo tengo mi trabajo, salgo, voy, vengo, trabajo en relaciones públicas, pero también estoy un poco en el espectáculo. Mi señora me acompaña, es la directora del show, arma las coreografías, vestuarios, siempre con la cabeza enfocada en el circo”, sostuvo.

En ese contexto, señaló que también el día a día se basa en preparar cada función. “Esta es la primera ciudad del año, y no paramos hasta fin de año. En el comienzo de cada espectáculo se estrenan muchas cosas, se estrenan vestuarios, iluminación, y todo eso lleva mucho trabajo en cuanto a preparativos para que a la hora del show salga perfecto.  Entonces cada uno en el circo tiene sus responsabilidades, se cumplen horarios y después cada uno tiene el resto del día libre para salir a pasear, conocer la ciudad y disfrutar con la familia”.

La vida en el circo es muy familiar, a pesar de estar de un lugar a otro y de realizar las actividades cotidianas, todo está organizado para cumplir un objetivo, el de sorprender en cada función.

“Llega la noche y se prenden las luces, se empieza a escuchar la música, comienza a llegar la gente, las chicas y chicos se preparan, se maquillan, se verifica que todo esté en condiciones para el espectáculo, eso es lo que nos llena, todo lo que comprende la vida del circo, este es mi lugar”.

Por su parte, la acróbata y trapecista del circo, Tamirez Jahn, indicó que tiene una vida muy “común” dentro de lo que implica vivir en ese ruedo.

“Mi día a día es común, como cualquiera, tengo dos hijos y mi pareja. Me levanto a la mañana, les preparo el desayuno, luego el almuerzo, lavo ropa, las rutinas habituales de la mayoría. A veces, en algunas ciudades cuando hay gimnasio cerca, voy, por las tardes ensayo porque mis números de altura se necesitan tener mucha fuerza”.

Asimismo, comentó que está hace muchos años formando parte de Varekay. “Hace 14 años que estoy con el circo, me vine desde Brasil, soy de allá, tengo una hermana más grande que hacía mucho que estaba acá y un día me llama y me dice que venga a conocer el circo y me encantó la vida y me quedé. Ahora tengo pareja, tengo a mis hijos que también me acompañan y son parte del espectáculo”.

En cuanto a la escuela, “ellos van en cada ciudad que vamos, es decir, en una escuela distinta. Nosotros tenemos un pase que hay que presentar en cada colegio, y por ley, cada uno tiene que aceptar y recibir a los niños del circo. En cada ciudad conocen a maestras y amigos distintos”.

“Cada uno tiene su adaptación, en mi caso Benjamín (7 años), al comienzo en el preescolar le costó un poco, pero luego le agarró confianza a la maestra y se adaptó mejor. Durante la pandemia, cuando estuvimos un año y medio parados, tuvo una sola escuela, luego al arrancar nuevamente con el circo, se adaptó muy a la siguiente, y ahora cuando nos quedamos mucho tiempo en un lugar, ya tiene ganas de conocer a otros compañeros, se pregunta cómo será en el otro pueblo. En cambio, Mateo (4 años), todavía no comenzó el ciclo escolar y no tuve ninguna experiencia con él”, dijo Tamirez.

El hecho de recorrer diferentes puntos para poder mostrar su función, hace que muchos de los hijos de los artistas nazcan en diferentes ciudades y el caso de Mateo, su hijo de 4 años, no fue la excepción porque nació en Misiones. “Mateo nació acá, en Posadas, en el circo cuando hay alguien que está embarazada, se espera hasta el último momento para que nazca el bebé, y es lo que ocurrió con él porque justo teníamos la carpa acá en la ciudad”.

“Eso es lo que sucede cuando somos todos una familia”, la fortuna de tener a sus seres queridos acompañándolos, “se hace más fácil todo”.

“Vivimos en una casa de ruedas, somos una gran comunidad, no tenemos un lugar fijo, pero esta es nuestra vida, detrás del maquillaje somos personas comunes y corrientes que viajamos a distintos lugares para brindar un espectáculo”, concluyó la trapecista.

protagonistas del Circo Varekay

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas