Juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa | En el día en el que se cumplen 3 años del asesinato, finalizan las audiencias para testimoniales

Este miércoles a partir de las 9:00 en los Tribunales de Dolores se realizará la decimotercera y última audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, que coincidirá con el tercer aniversario del asesinato ocurrido a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell.

Durante esta jornada declararán los médicos Juan José Fenoglio y Jorge Rodolfo Velich, peritos por parte de la defensa, a cargo de Hugo Tomei. El abogado de los rugbiers visitó el martes en el penal de Dolores a los ocho acusados a los que representa y estuvo con ellos durante casi 3 horas.

Sin embargo, la atención también estará puesta en la posibilidad de que algún imputado decida prestar declaración, como ya hicieron tres de ellos.

Otros que brindaron su testimonio ayer fueron la mamá de Enzo Comelli, María Alejandra Guillén, el padre de Matías Benicelli, Héctor Eduardo Benicelli, y el de Luciano y Ciro Pertossi, Mauro Pertossi.

 

Llantos, nervios y caras de angustia: así vivieron los rugbiers las declaraciones de sus padres

En la audiencia de este martes hablaron los papás de Enzo Comelli y de Luciano y Ciro Pertossi. También expuso la mamá de Matías Benicelli. La ronda de testigos pedidos por la defensa termina este miércoles.

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Si fue o no parte de una estrategia, solo lo sabe él. Sea como sea, este martes Máximo Thomsen volvió a llorar dentro de la sala donde se lo juzga por el crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero de 2020.

El rugbier se mostró muy angustiado cuando empezó a declarar Mauro Pertossi, el papá de Ciro y Luciano.

Frente al tribunal, el hombre contó que sus dos hijos tenían sus vidas armadas antes del crimen y que ahora toda la familia vive momentos terribles.

Entre las cosas que mencionó, explicó que reciben amenazas constantes por distintos medios y que además los insultan donde van.

“Esto que pasó fue tremendo. Me echaron del trabajo, porque era muy mediático el caso. Después de 25 años, me desvincularon. Ahora no consigo trabajo, el sostén de la familia es mi esposa. Es una desgracia lo que pasó, pero mis hijos no son asesinos, son chicos, adolescentes”, dijo.

Mientras hablaba, Máximo Thomsen no podía parar de llorar. Si quería mostrar sensibilidad, lo hizo, y justo pocos días antes de que arranque la etapa de alegatos, que comenzará la semana entrante.

Sin embargo, no fue el único que se mostró angustiado. Enzo Comelli también demostró tristeza cuando su mamá se sentó ante los jueces para hablar de él.

“Estamos devastados desde ese momento. Nos cambió la vida a todos. Es una agonía constante, no podemos salir a la calle”, explicó Alejandra Guillén.

Mientras su relato avanzaba y la señora contaba que su hijo se había puesto a trabajar en la caja de un boliche para juntar dinero para sus vacaciones con sus amigos, Enzo se sensibilizó y rápidamente los ojos se le llenaron de lágrimas.

Al final de la presentación, el imputado no aguantó y se puso a llorar, aunque bajaba la cabeza para que nadie lo notara.

Para ese entonces, Thomsen seguía también llorando y se mostraba afectado por lo que declaraban los padres de sus amigos. Ciro Pertossi, en cambio, no lagrimeaba, pero sí mantenía la cabeza gacha y todo su cuerpo tirado hacia adelante. Al igual que su hermano, Luciano, los dos se veían afectados.

Por su parte, Eduardo Benicelli prestó declaración y, al igual que los demás papás, por momentos tenía que frenar su discurso porque la angustia no lo dejaba hablar.

“Es muy difícil, no hay palabras, nunca imaginé que iba a vivir algo así. Fueron tres años de mucho dolor. Y tengo algo muy claro, dolor con más dolor no se cura”, sostuvo.

El papá de Benicelli, la mamá de Comelli y el papá de Ciro y Luciano declararon este martes ante la atenta mirada de Silvino Báez y Graciela Sosa, los papás de Fernando, quienes en ningún momento bajaron la cabeza ni les sacaron la mirada a ninguno de los tres mientras hablaban.

Ayer, ambos tuvieron que retirarse ante la declaración de la madre de Blas Cinalli, aunque hoy, más enteros, estuvieron presentes de principio a fin.

 

 

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