Viviendo en una isla

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Por Adolfo Safrán (*)

 

Escuchar repetidamente tanto por los propios habitantes de Misiones, como por quienes nos visitan que “vivimos en una isla” constituye un emblema que a los misioneros no solo nos llena de orgullo, sino que además nos impone una meta cada vez mas elevada, en la senda de transformación y crecimiento de nuestra provincia.

 

Porque somos una provincia que debe soportar factores que atentan contra su crecimiento tales como una frontera con países vecinos que por lo general gozan de mejores precios que los argentinos/misioneros, el combustible más caro del país, la ausencia de gas natural, distancia importante a los puertos y centros de consumo. Y sin embargo, somos la provincia que más ha crecido en los últimos 20 años, demostrando que a pesar de pertenecer al norte argentino, habitualmente identificado como la región más pobre del país, exhibimos con envidia ajena permanentes inversiones de alto valor agregado, el desarrollo de una red vial asfaltada que recorre cada rincón de Misiones, escuelas secundarias en especial técnicas que forman a nuestros jóvenes para el mercado laboral y emprendedor, un desarrollo armónico de la población con ciudades que no distan más de 30 km entre sí y en el que la zona capital no concentra gran parte de su población, entre otros aspectos.

 

Los indicadores de coyuntura también exponen indicadores que vuelven a mostrar que vivimos en una isla:  los sectores de la actividad económica con niveles de producción y ventas muy buenos, la creación de trabajo privado formal nuevamente distinguida en Misiones, liderando estadísticas sectoriales a nivel país como la venta de motos, automóviles, ventas en supermercados, despacho de cemento, etcétera.

 

¿Qué hizo posible todo este sendero de crecimiento sostenido a pesar de las adversidades enunciadas?: Sin duda alguna el carácter del misionero que es de un emprendedor nato, que avanza y reinvierte lo cual nos hace muy distintivos; políticas de gobierno estratégicas en inversión vial para asegurar la salida de la producción, en educación para contar con recurso humano calificado, en créditos que faciliten la inversión, la ampliación de negocios y el desarrollo de nuevos emprendimientos, políticas de incentivo al consumo y a beneficios de precios como los programas “Ahora”, programas de apoyo a los productores primarios sumado a la defensa de sus intereses no solo como un acto de justicia social sino también porque el derrame económico es mucho mayor y mejor, y así podría continuar…

 

Capítulo aparte merece mencionar el desarrollo de la industria del conocimiento que Misiones apuesta fuerte y con resultados a la vista, con las inversiones en la escuela de robótica, en la escuela secundaria de innovación, en los espacios makers, que posicionan a nuestra provincia como una de las mayores generadoras de puestos de trabajo del sector a nivel país.

 

La pronta implementación de la zona aduanera especial, en etapas pero para toda la provincia, que representa un giro irreversible en el proceso de acelerar el crecimiento económico, lo que sumado al puerto de posadas, no podemos aún imaginar las consecuencias económicas beneficiosas que comenzaremos a observar en los próximos años.

 

Todo esto es posible porque existe una continuidad en las políticas de gobierno que se aplican más allá de cuatro años con la visión estratégica del conductor del espacio político el Ing. Carlos Rovira y de la mano del gobernador Dr. Oscar Herrera Ahuad en una actitud cercana a la gente y a sus problemas con el serio ánimo de resolverlos.

¿Qué podemos esperar para en 2023?

Hay algunas voces apocalípticas reiterativas de hace más de 3 años a esta parte, que anuncian lo que nunca ocurre, y que los datos de los últimos meses contradicen esas proyecciones oscuras.

 

Desde agosto pasado a esta parte hemos comenzado a observar un ordenamiento de las variables macroeconómicas, en especial una tendencia decreciente de la tasa de inflación a consecuencia de una reducción del déficit fiscal y por ende menor asistencia del BCRA al Tesoro. Es de esperar que esta tendencia decreciente continúe más allá de altibajos propios que pueda tener la estacionalidad, lo que facilite las expectativas de crecimiento para el año que viene.

 

Este ordenamiento gradual de la macroeconomía naturalmente ayuda a la economía de Misiones, pues aunque decimos que “vivimos en una isla” no estamos ajenos a los avatares propios de la economía nacional y mundial.

 

Temas pendientes de resolver son el de contar con un tipo de cambio más competitivo para las economías regionales, acceso al crédito con tasas de interés menores, facilitar el acceso a los insumos importados para la industria, en el que el proyecto de Blanqueo de Capitales juega un papel importante por el ingreso fresco de divisas que puede llegar a generar y tanta falta hacen.

 

Y para Misiones, la concreción de la zona aduanera especial, la solución de injusticias de vieja data, como el régimen de coparticipación injusto que recibimos y carecemos de los recursos para potenciar aún más el crecimiento de nuestra provincia, como así también corregir las desventajas enunciadas más arriba, representan objetivos y demandas del gobierno provincial a la Nación.

 

(*) Ministerio de Hacienda y Finanzas del Gobierno de Misiones

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