Eduardo Goldfart, productor y exportador de té, realizó un balance de la situación del sector durante el 2022,. Indicó que “no ha sido nada sencillo, nada fácil”. También se refirió a la sequia que azotó a la región a principio de año, y también a los distintos tipos de cambios para la exportación.
El exportador de té, explicó que, “venimos de una sequía importante que tuvimos durante los meses de enero y febrero, lo cual retrasó muchísimo nuestra producción, sumado a esto el tema de los valores, los fletes marítimos que han sido altísimos, lo cual nos ha sacado bastante de competencia en cuanto al mercado internacional”.
Y agregó que, “el reto de los tealeros fue sobrevivir. Al igual que otras economías regionales”, también se refirió a la cuestión vinculada al dólar, “de los veinte y pico de tipos de cambio que existen, nos pagan el peor”.
Otra de las cuestiones que también afecto a la producción del té tuvo que ver que a mediados de año hubo lluvias que mejoraron las condiciones, pero, “en octubre los fríos nocturnos durante todo el mes, fueron complicados para nuestra área, por lo cual se atrasaron mucho las cosechas y la primera cosecha que tuvimos fue de muy bajo rendimiento”.
Goldfart también se refirió a los precios que se acordaron, “este número que se ha fijado, al productor no le alcanza, al industrial y exportador no le alcanza porque dependemos de un mercado internacional. Recordemos que el 95% de la producción de té se exporta”.
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El exportador también destacó que, “estamos contando con el apoyo de la provincia y, aun así, la cosa es muy dura. No es un tema ni doméstico ni provincial, es un tema nacional. La política nacional del tipo de cambio puntualmente, nos complica” en la exportación.
Con respecto a la situación del próximo año, y la posibilidad de un dólar té, Goldfart destacó que, “sabemos que el gobernador de la provincia está haciendo intensas gestiones. Eso es así. No sabemos qué tipo de repercusión tendrá porque los esquemas de nivel nacional están a la vista. Y las decisiones que toman también son muy sectorizadas, y las economías regionales y seguimos olvidados en todo eso. La perspectiva de la producción de té no va a ser muy buena”.
Y agregó que, “otro problema que tuvimos en el sector también es la faltante de repuestos para máquinas y eso es bastante complejo con un montón de inconvenientes».
Por último, remarcó que esta crisis de rentabilidad no afectó a la calidad del té misionero, “la calidad sigue siendo la misma, es un té para uso de frío, para blends, en algunos países lo usan para envasado, en otros para saborizar, tiene múltiples usos. Pero en cuanto a la calidad, o sea, baja la calidad cuando el clima no es bueno”.
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