No es obligatorio que lo estemos, a toda costa. Si te gusta la Navidad, maravilloso, sino, también lo es. Comienza diciembre y las calles, los mensajes, los comerciales, nos recuerdan que se acerca la fecha de los reencuentros y las celebraciones, y como dicen los expertos quizás sea la época del año que más emociones experimentamos.
Las principales son la nostalgia y la tristeza, pero también la ilusión y la esperanza, especialmente en los niños.
Por otra parte, hay quienes sienten mucho stress, o ansiedad por las compras y la organización durante Navidad. Otros sienten alegría, melancolía o enojo.
Estas emociones, van a depender de nuestra experiencia, de nuestra historia personal, los eventos que vivimos, de cuánto pudimos concretar de lo que nos habíamos planteado a principio de año, si tuvimos alguna pérdida y muchas otras cuestiones.
Lo importante es que no nos presionemos por sentir eso que se nos pide o que tengamos culpa por no sentirlo sino que aceptemos cómo nos sentimos y que tratemos de adaptarnos a la situación lo mejor que podamos.
Si las emociones que te despiertan son displacenteras, quizás sea el momento de pensar en algún cambio, en comenzar a conocerte, en apoyarte en tus seres queridos.
También quizás puedas plantearte algún nuevo objetivo y eso te motive y te permita experimentar otro tipo de emociones.
Por otra parte, algo que si podés controlar es lo que pensas sobre la fecha, si crees que la Navidad es triste por ejemplo, seguramente los pensamientos irán en esa dirección. Relativizar la fecha, colocarla en un lugar mas neutro, ayudará a verla desde otra perspectiva.
Recordá que lo importante es que puedas vivirla libremente, y que lo hagas de una manera sana.
Podés hacer regalos, cenas especiales y agasajos a tus seres queridos y también tenés derecho a no hacerlo: hay muchas maneras más de demostrar cariño y atención.
Podés ir a grandes fiestas, o podés pasarla en pijama viendo una película. También es válido no celebrar nada, puede que tu religión no tenga conexión con la Navidad o no te de ganas de festejar porque estás pasando un momento personal difícil, y podés no elegir a tu familia de origen para pasar esa fecha.
Te dejo 3 tips que te pueden servir:
- Evitá conflictos familiares, son sólo unas horas, es un evento que termina.
- Quédate en compañía de las personas con las que mejor te sentis. Conectá con vos y pregúntate, qué querés hacer. Y hacelo. Lo que piensen o sientan los demás con eso no es tu responsabilidad.
- La felicidad, la alegría y la gratitud pueden parecer una traición para tus seres queridos que ya no están, pero no es así. No te sientas culpable por eso.
Lo importante es que la vivas como la sientas y que no te fuerces a sentir eso que se nos pide para que puedas vivirlas de una manera tranquila. Sin mandatos sociales. Y que sea saludable para vos.
Felices Fiestas.
Ester Inglese
Coach Ontológico Profesional Acreditado
Socio AACOP Internacional 6580
Coach de Prosperidad en formación
WhatsApp 3751 660207 – @ester.inglese
