Ángeles Chamorro, enfermera asistencial de Terapia Intensiva del hospital, explicó cómo trabaja esta área que recibe a bebés prematuros extremos. El sector está equipado para el seguimiento y cuidado del niño, y garantiza además que los padres y familiares puedan visitarlo y acompañarlo.
A terapia intensiva ingresan aquellos bebés prematuros de alto riesgo, que tienen desde 500 kilogramos. También reciben a pacientes con determinadas patologías que necesitan de cuidados especiales.
El sector cuenta con 15 incubadoras y un personal de salud multidisciplinario que se encarga de seguir el crecimiento del bebé.
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Chamorro explicó que, una vez estabilizado el niño prematuro, los padres pueden entrar a la sala a visitarlo y permanecer el tiempo que quieran. No obstante, para el resto de las visitas hay horarios específicos.
Actualmente, señaló, “están todas las unidades ocupadas” dentro de terapia intensiva. Pero, a medida que mejoran los niños, se los traslada a otras áreas de menor complejidad, y así se destinan esas incubadoras a otros bebés que esperan ser internados.