Análisis | Todos contra todos

Las internas de la principal fuerza opositora a nivel nacional siguen escalando. Esta semana el fuego cruzado se disparó no solo entre los partidos que integran Juntos por el Cambio, sino dentro de los mismos espacios: Rodríguez Larreta vs Bullrich, con Macri en el medio.

Mientras que en la UCR se produjo un cruce entre Morales y Cornejo a raíz del papel del centenario partido de cara a las elecciones del próximo año.

La novedad que presentó esta semana la interna opositora es que se dio con mucha virulencia dentro de los partidos que la componen. Ya no solo es PRO contra UCR, y Elisa Carrió apagando el incendio con nafta. Ahora, las divergencias se producen dentro de los mismos partidos.

El liderazgo de Macri dentro del PRO fue desafiado no solo por el alcalde porteño, sino también por Patricia Bullrich, presidenta del espacio. Ambos se ven como candidatos a presidente e incrementan las críticas hacia el otro. En los últimos días se hizo público un video en el que Bullrich increpa al Jefe de Gabinete de Larreta, Felipe Miguel, por críticas vertidas por el funcionario hacia su persona: “No me crucés más por la tele porque la próxima te rompo la cara; conmigo no se jode, te lo aviso», amenazó la ex funcionaria de De la Rúa.

Anteriormente, Larreta se había diferenciado de la ex ministra de Seguridad al mencionar que él era uno de los fundadores del PRO, a diferencia de ella, a quien considera una outsider.

En el campamento radical la situación no difiere demasiado, en un acto conmemoratorio por el aniversario nro. 39 de la recuperación democrática, el titular del partido y Gobernador de Jujuy Gerardo Morales subrayó que su espacio está preparado para gobernar el país, desafiando el lugar subalterno que el PRO designó desde los inicios de la alianza para la UCR.

Además, el jujeño no ahorró críticas al periodo presidencial en que JxC manejó las riendas del país: “Liderar es tomar decisiones y asumir las consecuencias, marcar un rumbo, tener la capacidad de escuchar, tener la humildad de saber que hacemos cosas bien y mal. Liderar no es creernos que somos el mejor equipo de los últimos 50 años y después fracasar”, espetó el boina blanca.

Por lo cual recibió una reprimenda del senador nacional y ex gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo: “Lo que surgió del acto no fue la conmemoración de un triunfo histórico del radicalismo, sino una crítica a Macri, pero ese no era el objetivo del acto” y sentenció: “Macri es nuestro aliado, mal que le pese a algunos, vamos a hacer proselitismo con su gente”.

Para completar el cuadro, “Lilita” se propuso como candidata ante la poca credibilidad que muestran todos los posibles candidatos en este escenario. En lo que si coinciden todos los involucrados en este paso de comedia es que en caso de llegar a gobernar a partir de diciembre de 2023 propiciarán un ajuste del gasto público de magnitud, privatizarán lo que queda de compañías estatales, prohibirán y criminalizarán la protesta social (con la participación de las FFAA en las calles), congelarán salarios y jubilaciones, y quitarán todos los derechos posibles.

Lo han dejado bien claro Macri y Larreta, por ejemplo, el primero lo explicita claramente en su último libro, escrito por el ex ministro de Cultura Pablo Avelluto, y el alcalde porteño, que se encuentra de gira proselitista por todo el país, ha expresado en reiteradas ocasiones que el próximo presidente no tendrá 100 días de gracia para tomar decisiones drásticas, sino 100 horas.

Precisamente, una parada en su gira de campaña que tuvo Rodríguez Larreta fue Posadas, donde pasó sin pena ni gloria. Su puesta en escena brindó muestras de como se piensa la política desde ese espacio: conferencia de prensa a puertas cerradas solamente con un puñado de dirigentes afines. Claramente, este desempeño no ayuda en una provincia donde el grueso de la población exige, con justa razón, el fin del centralismo porteño y sus representantes.

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Este derrotero de JxC abre la puerta a otras opciones, como el caso del libertario Javier Milei, quien se encuentra en la cima de las preferencias misioneras según diversas mediciones efectuadas en las últimas semanas, fundamentalmente en el sector más joven de la población. Lo cual refleja el hartazgo que pesa sobre los dos grandes frentes que integran la grieta.

En el mismo sentido, la preferencia por un candidato por fuera de ambos espacios se traduce en lo local en el predominio renovador. El misionerismo como eje y el reclamo de un país más federal es ampliamente valorado por la ciudadanía. La dirigencia local del PRO, del radicalismo y del kirchnerismo en Misiones sufre la consecuencia de la mala imagen nacional de sus referentes.

En cuanto al posible candidato de JxC en Misiones, con una conducción desarticulada, el supuesto “candidato natural” proveniente de la UCR no tiene el respaldo del PRO. La recriminación que reciben los radicales de sus socios macristas es la misma que le hacen a nivel país, que no saben gobernar y dejan el escenario peor de lo recibido.

Por lo descripto es que la opción provincialista se impone como una fuerza que brinda soluciones a los problemas cotidianos de los habitantes de todo el territorio misionero. Casos como el del intendente de la capital se replican a lo largo de la provincia: “Lalo” Stelatto registra casi el 85% de imagen positiva, lo cual le abre la puerta a continuar por un mandato más que le permita completar el plan de una nueva ciudad.

El arte de la política consiste en elegir los mejores hombres para cada tiempo, pero no para ganar elecciones sino para tener la mejor gestión en comparación con el resto del país. Misiones lo ha logrado poniendo como finalidad central el desarrollo y la felicidad del ciudadano misionero. Las elecciones son la aprobación por haber gestionado bien y la autorización para continuar por el mismo camino, mejorando siempre.

 

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