Opinión | Causa y Efecto

La falta de capacidad de liderazgo de Martín Arjol sumado a su afinidad política con la Provincia de Corrientes en perjuicio de la defensa de los intereses de Misiones comienza a sacudir los cimientos de un radicalismo misionero que sufre un masivo éxodo de dirigentes

No es nuevo que el diputado nacional misionero con grandes aspiraciones a la gobernación en 2023 demuestre sintonía con el gobernador correntino Gustavo Valdés y consecuentemente un marcado favoritismo por el “Modelo Corrientes”. Es tal la simbiosis de Arjol con los correntinos que el día de la asunción de nuevas autoridades radicales en la sede de avenida Buchardo gestionó para que sea el correntino quien entregue el diploma que lo erigió como nuevo Presidente del centenario partido en Misiones al concejal posadeño Pablo Argañaraz.

En el mismo momento que el veterinario Argañaraz era proclamado Presidente de la UCR Misiones por su jefe de Corrientes, se hacía público un movimiento que sucumbió puertas adentro el tradicional partido. El hasta entonces Presidente de la Juventud de la UCR  de Posadas, Germán Ferber, anunciaba en las redes sociales su separación de la Unión Cívica Radical: “nosotros no rompimos, no nos doblamos, no renunciamos a nuestros principios. Más que nunca tenemos como Norte la causa de los desposeídos. No vamos a cambiar nuestra metodología de trabajo.”  El comunicado que causó un cimbronazo de magnitudes gigantes fue acompañado por una foto en donde Ferber estaba acompañado por casi un centenar de dirigentes y militantes. Una postal realmente impactante.

Este acontecimiento se produjo cuando la dirigencia del partido centenario todavía se encontraba tratando de digerir uno de los golpes más duros de los últimos tiempos. El hijo de uno de los dirigentes más emblemáticos del partido de fundado por Alem, Luis Pastori, anunciaba semanas antes que abandonaba la trinchera radical.

Claro está que las preocupación desmedida de Arjol por cumplir al pie de la letra las órdenes que llegan tanto de Corrientes como de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, afectó fuertemente la contención de dirigentes radicales que comenzaron a cuestionar ciertos manejos internos sobre todo en lo que respecta a las prioridades. Los protagonistas del éxodo radical coinciden en manifestar su malestar por las desmedidas ambiciones de ciertos dirigentes como Arjol que sólo tienen en mente el 2023 y se olvidan la agenda de la gente. Molesta y mucho a una gran masa de radicales que el diputado nacional privilegie sus ambiciones personales por encima de lo colectivo.

El ex edil posadeño viene apelando a una estrategia de posicionamiento mediante el uso de una narrativa mentirosa que no se condice con lo que hace en el ámbito del Congreso Nacional. El ejemplo más burdo es el desopilante tuit lanzado días atrás en donde afirmaba ““logramos en el Presupuesto 2023 la incorporación de obras para Misiones por más de 5.000 millones que solicitamos semanas atrás, con una visión para el desarrollo de nuestra provincia”. Un verdadero disparate que generó la inmediata reacción de Luis Pastori. El ex dirigente radical e hijo de uno de los grandes referentes del radicalismo misionero, que anunció semanas atrás su pase a la Renovación, fustigó con dureza a Arjol, también vía Twitter, tildándolo de mentiroso. “Me alejé de la UCR por esto. Descarada mentira vs evidencia. Cero gestión, menos aún aporte/logro de los diputados de JxC Misiones” exclamó el jóven contador.

La gran sangría de dirigentes que está sufriendo el radicalismo local parece no encontrar un freno y por lo visto se profundizará ya que cada vez son más las voces que cuestionan el liderazgo anémico de Arjol que no logra hacer pie con las bases del centenario partido que en definitiva son quienes garantizan el despliegue territorial para conseguir el voto.

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