Pese a la fuerte represión policial, continúan las protestas en Irán por la muerte de Mahsa Amini

(Reuters) - Los iraníes mantienen las protestas antigubernamentales a pesar de la represión estatal cada vez mayor. El líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, descalificó las manifestaciones como "disturbios dispersos" planeados por los enemigos de Irán.

Las protestas iniciadas por la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, mientras estaba detenida por la policía de la moral iraní el 16 de septiembre, se han convertido en uno de los mayores desafíos al liderazgo clerical desde la revolución de 1979.

Una multitud de al menos 100 personas bloqueó una carretera en el centro de Teherán, de acuerdo a un video. Otras imágenes en redes sociales mostraban a decenas de policías antidisturbios desplegados en una calle de la capital donde ardía una hoguera.

Se dispararon gases lacrimógenos durante una protesta ante el colegio de abogados de Teherán, donde los manifestantes, que parecían ser decenas, habían coreado «mujeres, libertad de vida», según mostraron los videos publicados en las redes sociales. Reuters no pudo verificar las imágenes de forma independiente.

En un esfuerzo aparentemente coordinado, grupos de activistas pidieron a los manifestantes que se reunieran desde primera hora de la tarde, rompiendo el patrón de manifestaciones nocturnas que ha prevalecido desde que los disturbios comenzaron a sacudir Irán hace casi cuatro semanas.

Aunque los observadores no creen que las protestas vayan a derrocar al Gobierno -las autoridades resistieron seis meses de protestas en 2009 por unas disputadas elecciones-, los disturbios han puesto de manifiesto las frustraciones reprimidas sobre las libertades y los derechos.

La muerte de Amini ha tocado una fibra sensible, sacando a la calle a un amplio rango de iraníes, con manifestantes que expresan su enfado por la mano dura de la policía de la moral y dicen que la víctima podría haber sido la madre, la hermana o la hija de cualquiera.

La organización de Derechos Humanos de Irán, con sede en Noruega, afirmó que el número de muertos había aumentado hasta al menos 201 civiles durante los disturbios, entre ellos 23 menores. Su anterior informe, del 8 de octubre, cifraba el número de muertos en 185.

Las autoridades han dicho que han muerto unos 20 miembros de las fuerzas de seguridad. Irán ha acusado a sus enemigos, incluido Estados Unidos, de fomentar los disturbios.

«Estos disturbios dispersos son el diseño pasivo y torpe del enemigo contra los grandes e innovadores desarrollos y movimientos de la nación iraní», sostuvo Jamenei.

 

 

 

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