La vida es como es, y la gran mayoría de las cosas que suceden escapan a nuestro control. Pero podemos elegir desde dónde nos paramos frente a esa situación. Recordá que: no es lo que nos pasa, es “qué hacemos” con lo que nos pasa. Ser protagonista de tu vida es una elección.
Tenés dos opciones: o dejar que las cosas pasen alrededor tuyo, o hacer que las cosas pasen, a través tuyo. Somos parte de una experiencia y no vinimos a ser espectadores en la vida necesariamente, aunque es una opción…
Ser víctima es asumir un papel secundario, donde depositamos toda la responsabilidad por las cosas que “nos pasan” en otra persona, en la vida, en las situaciones. Un lugar que es seguro por ser conocido, pero que nos cierra todo tipo de posibilidad y nos deja estancados en el mismo lugar.
Es responsabilizar al entorno y no asumir responsabilidad por tu propia vida. Es anhelar una vida diferente, pero creer que no somos merecedores de ella. Quien se sitúa en este lugar, tiene un papel pasivo, de conformidad, donde se ve más chico que sus circunstancias.
Está en un estado de inconsciencia, donde se pregunta por qué le pasa lo que le pasa, cree que es injusto, vive en automático, acepta lo que dice la mente sin cuestionarlo. Se queja, busca justificaciones, dice cosas como “no puedo hacer nada, no sirvo para éstas cosas o me hiciste enojar”.
En lo personal creo que, la víctima no existe, en todo caso es un protagonista que eligió victimizarse, un irresponsable, porque elige no responder, esa es su respuesta ante sus propios actos.
Busca consuelo, se lamenta sin hacer una autocrítica. Está en un estado de inercia, donde hace las mismas cosas aunque obtenga los mismos resultados. Recordá esto: la gente no te hace cosas, la gente hace cosas, y vos decidís si te afectan o no.
Si te haces cargo, si te quedás ahí, si asumis que sos merecedor de ese lugar donde te colocan los demás, es probable que termines aceptándolo. La buena noticia es que una vez que tomes conciencia y des el primer paso, ya estás saliendo de ahí.
El protagonista se siente capaz de forjar su propio destino. Ve que puede hacer para que los resultados sean diferentes y qué necesita aprender. Se cree más grande que sus circunstancias, hace que las cosas ocurran, se ocupa. Busca alternativas, aprende.
Se pregunta “para qué” le pasa lo que le pasa. Vive consciente de su mundo interior y del mundo que lo rodea, potencia su vida. Revisa sus emociones, se pregunta qué va a hacer para que lo mismo no le vuelva a pasar. Transforma su realidad, es resiliente, se siente poderoso. Se acepta y elige lo que quiere.
La invitación de hoy, es a que te observes y decidas en qué lugar te querés parar… A que cada uno de nosotros hagamos una gran historia, siendo protagonistas de nuestra vida, una que valga la pena recordar, o que sea recordada por alguien más.
Te dejo para que pienses. La pregunta no es ¿qué vas a hacer? La pregunta es ¿quién vas a ser hoy? La respuesta está en vos.
Si precisás un acompañamiento para transitar ésta etapa de tu vida, pedí posibilidades, pedí coaching.
Ester Inglese
Coach Ontológico Profesional Socio AACOP 6580
Coach de Prosperidad en Formación
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