El huracán Ian azotó el oeste de Cuba y ahora avanza hacia Florida: hubo evacuaciones y más de un millón de personas se quedaron sin suministro eléctrico

(Reuters) -El huracán Ian azotó el oeste de Cuba este martes, obligando a evacuaciones masivas y dejando sin suministro eléctrico a cerca de un millón de personas por el impacto de los fuertes vientos y lluvia, que provocaron inundaciones mientras avanza hacia Florida.

Ian, de Categoría 3, estaba a 425 kilómetros al sur de Sarasota, Florida, el martes por la tarde, con vientos máximos sostenidos de unos 195 kilómetros por hora, dijo el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH) en un informe.

«Esto es desastroso, nunca se había visto de esta forma, a veces pasa un huracán pero no de esta magnitud, esto fue un desastre», dijo Abel Hernández, de 49 años y habitante de Pinar del Río.

Se espera que se fortalezca aún más el martes, tras abrirse camino a través de la zona agrícola de Cuba al oeste de La Habana y emergiendo al sureste del Golfo de México, alcanzando la fuerza de Categoría 4 antes de aproximarse a la costa oeste de Florida, añadió el CNH.

El gobierno estadounidense declaró el lunes una emergencia de salud pública para Florida, en previsión de la llegada de la tormenta y dijo que estaba trabajando con funcionarios locales para brindar apoyo ante su proximidad.

El huracán Ian tocó tierra en la provincia cubana de Pinar del Río temprano el martes, lo que llevó a funcionarios a cortar el suministro eléctrico a toda el provincia de 850.000 habitantes como medida de protección y evacuar a 40.000 personas de zonas costeras bajas, según medios locales.

Mayelín Suárez, una pinareña que vende helados en la capital provincial, aún se estremecía nerviosa después de una noche que calificó como «la más negra de su vida».

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«Casi perdemos el techo de nuestra casa», dijo Suárez por teléfono a Reuters. «Mi hija, mi esposo y yo nos atamos para sujetarnos con una cuerda para que el techo de la casa no fuera arrasado y se fuera volando», añadió.

Techos de metal improvisados en casas y edificios en todo la región, donde las viviendas y la infraestructura son anticuadas y vulnerables, estaban esparcidos por calles y patios tras el paso de la tormenta.

Pinar del Río es una región escasamente poblada pero es el principal productor de cultivos agrícolas y tabaco. Medios estatales dijeron que los agricultores habían recolectado 33.000 toneladas de tabaco de cosechas anteriores antes de la tormenta, aunque las imágenes en redes sociales mostraron destrucción en muchos campos de tabaco.

La lluvia y los vientos azotaron también La Habana la madrugada del martes, pero parecía probable que la ciudad -bajo alerta de tormenta tropical y preparándose para una potencial marejada ciclónica más tarde el martes- se salvara de la peor parte de los vientos más potentes de Ian.

Félix Hernández, vigilante nocturno en una fábrica de licores en La Habana, dijo que en la ciudad todo seguía como siempre, donde los vendedores ambulantes estaban temprano en la mañana vendiendo aguacates y ya se veían filas para comprar pollo, un fenómeno cotidiano en Cuba.

«Somos increíblemente afortunados de que Ian no haya cruzado La Habana porque más de la mitad de la ciudad se habría derrumbado», dijo Hernández, de 51 años.

El huracán golpea a Cuba en medio de una grave crisis económica. Los apagones de horas se han convertido en eventos cotidianos en gran parte de la isla caribeña -aún antes de Ian- y hay escasez de alimentos, medicinas y combustible.

El Servicio Meteorológico Nacional dijo que se espera que el huracán Ian traiga vientos huracanados de hasta 209 km/h y lluvias en el área de Tampa, comenzando temprano el miércoles hasta el jueves por la noche.

La marejada ciclónica asociada podría causar daños de entre devastadores a catastróficos, dejando algunos lugares potencialmente inhabitables durante semanas o meses, advirtió el servicio, instando a residentes a mudarse a lugares seguros antes de la llegada de la tormenta.

Melissa Wolcott Martino, de 78 años, editora jubilada de una revista en la localidad de St. Petersburg, estaba empacando apresuradamente sus objetos de valor y guardando a sus dos gatos y un conejo la madrugada del martes antes de la llegada del huracán.

«Estamos justo en el agua, a lo largo de un canal, así que sabemos que esto podría ser devastador. Parece que el ojo saldrá sobre nuestra casa. Ahora tengo miedo, así que nos vamos», señaló.

El último gran huracán que golpeó Tampa fue en 1921, cuando la tormenta Tarpon Springs azotó el área con vientos de 193 km/h, causando la muerte a ocho personas, dijo el Servicio Meteorológico Nacional.

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